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A cinco años de la erupción: Una comunidad fortalecida

Un día como hoy, hace cinco años, un fenómeno natural sin precedentes en la historia reciente sorprendía a los angosturenses.
04/06/2016
A cinco años de la erupción: Una comunidad fortalecida

Por Mariana M. Fernández*

“Estalló un volcán, están cayendo piedras calientes”, resonó en mi celular la voz de un guía de montaña que se encontraba en el cerro Dormilón. Segundos- o minutos después-, comenzó a llover arena.

Era el 4 de junio cerca de las 15:15. Las fuerzas de seguridad terminaban una reunión en la Casa de la Cultura que habían convocado para repasar el protocolo ante una eventual erupción: si caía ceniza se declaraba el máximo nivel de emergencia.

Fue cuestión de minutos: de pronto la noche abrupta, arena que caía del cielo y el trueno constante y profundo que amenazaba desde lejos.

Después, ya es una crónica conocida: filas de autos cargando combustible, vecinos agolpados en los super comprando comida y agua, y desesperación por saber qué estaba pasando. La verdad es que se sabía poco, sólo que había estallado un volcán.

Esa tarde, muchos angosturenses se enteraron de que del otro lado de la cordillera, muy cerca, existían volcanes activos y que una erupción podría afectarlos.

"De esto no se vuelve”, pensé, y pensamos muchos, aunque cuando la realidad supera la ficción, nadie se anima a decirlo en voz alta. La sensación del “paraíso perdido” fue inevitable.

Durante 9 meses la comunidad estuvo movilizada: vecinos ayudándose unos a otros, sacando la ceniza de los patios, de las calles, distribuyendo agua, barbijos, armando planes económicos para salir de la emergencia, cocinando gratis, prestando el oído, organizando actividades para los chicos, para los más grandes, ideando maneras de superar la pesadilla. Claro que hubo miserias y oportunistas, que también formaron parte del mismo fenómeno.

Dicen que las comunidades que atraviesan experiencias como éstas y logran superarlas se transforman en comunidades “resilentes”. El año pasado la erupción del volcán Calbuco sorprendió puso a prueba a la comunidad: los vecinos tomaron la noticia con calma y se prepararon para esperar lo peor, sin sobresaltos.

“Lo que pasó es que la erupción se hizo carne en la gente. Como fue un evento tan violento en nuestra vida, lo tomamos con naturalidad. Con el Calbuco, la gente fue tranquila a comprar al super, en ningún momento hubo desesperación, o pánico. Estamos más preparados, no solamente los organismos oficiales sino la comunidad”, asegura David Tressens, actual coordinador de la zona sur de Protección Civil de la Provincia, y ex coordinador del Comando de Emergencia Volcánica durante la erupción del Puyehue –Cordón Caulle.

La Angostura actualmente tiene un protocolo y un sistema de información articulado entre todas las fuerzas que se activa si hay una emergencia como la erupción de un volcán.

“Sólo espero que a mi hijo, cuando le llegue su momento, pelee contra esto en mejores condiciones que las que nos tocaron. ¿Si creo que algo aprendimos?, no lo sé, a veces tengo dudas, a veces no. Lo que sí sé es que nada será igual, creció la tierra 30 centímetros, nosotros crecimos más”, aseguró tiempo después Emilio Molla, de Protección Civil del Municipio, quién trabajó varios meses también dentro del Comando de Emergencia.

-Qué significo la erupción volcánica?

“La erupción me dio un sentido de pertenencia y arraigo a este lugar que no tenía antes , fue conmovedora sentir la solidaridad entre los vecinos , y todavía me sorprendo cuando miro el verde del parque y veo el milagro de la naturaleza”, dice Ana G, jubilada y vecina angosturense desde hace 15 años.

* Diario Río Negro

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