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ESPECIAL PARA DIARIOANDINO | ANÁLISIS

Acreditaciones de comercios y tarjetas: Una discusión millonaria

Nuestro especialista en finanzas y economía, Daniel Brito explica cómo funciona el sistema. "Esta discusión entre el sistema financiero, comercios, gobierno y tarjetas no se agota en las comisiones sino que también está fundamentalmente asociado al sistema de pagos en cuotas sin interés", asegura.
29/09/2016
Acreditaciones de comercios y tarjetas: Una discusión millonaria

En nuestro país tenemos aproximadamente 150 tarjetas de crédito de las cuales 50 son bancarias y 100 son no bancarias. De estas últimas 100 tarjetas, 26 son regionales.

Las ventas minoristas durante el 2015 alcanzaron los $802.800 millones: el 35% fueron hechas en efectivo, el 20% con tarjetas de débito y el 45% con tarjetas de crédito. Las ventas dejaron al sistema financiero comisiones por $13.200 millones, de los cuales, $2.400 millones correspondieron a tarjetas de débito y $10.800 millones provinieron de las ventas con tarjetas de crédito.

Como podrán observar los números son abrumadores y cualquier modificación sobre los porcentajes de comisión que se cobran por estos servicios tiene un fuerte impacto en todos los estamentos de la economía. Para el gobierno y para las distintas cámaras que nuclean las actividades comerciales (CNDC, CAC, CAME) queda claro que no se puede seguir sosteniendo el cuadro tarifario que apalanca esas ganancias para el sistema financiero, pero el problema radica en: ¿cómo salir de este círculo o espiral descendente que tiene un fuerte impacto “negativo” en las actividades comerciales?

Para los que no conocen cómo funciona este sistema puede resultar útil explicar que los comercios en nuestro país pagan una comisión del 3% + impuestos en las ventas realizadas con tarjetas de crédito y 1,5% + impuesto en las ventas realizadas con tarjetas de débito. Además, los que deciden vender en cuotas, pagan aproximadamente 1,4% extra + impuestos por las líneas de financiación. Los comerciantes conocen claramente el impacto que tienen estas comisiones sobre el precio de sus productos/servicios (y en sus ganancias).

Asimismo las Administradoras de tarjetas cobran una comisión “promedio” de $400 mensuales por proveer los equipos mediante los cuales se hacen las ventas.

Esta discusión entre el sistema financiero, comercios, gobierno y tarjetas no se agota en las comisiones sino que también está fundamentalmente asociado al sistema de “pagos en cuotas sin interés” por el actual uso, mal uso y abuso de los planes de cuotas (por el costo financiero implícito). Todo esto sabiendo que, como telón de fondo, se encuentra el hecho ineludible de tener que dar transparencia a una operatoria que la mayoría desconoce y que afecta tanto a los que venden como a los que compran.

En similar sentido se vuelve necesario que hayan más empresas que intervengan en el servicio de acreditación de comercios para evitar conductas anticompetitivas y monopólicas que algunos creen que actualmente ejercen algunas de las dos únicas empresas proveedoras de los servicios.

Si bien quisiera explicar cada cuestión por separado creo que no es posible ya que son todos componentes de una misma situación
Hasta ahora es posible y casi necesario hacer compras mediante planes de cuotas a largo plazo. Sin profundizar demasiado en los motivos podemos comprender que en un entorno de alta inflación y con precios continuamente en alza las cuotas ocupan un lugar importante para concretar una compra o una venta.

Por un lado el comerciante normalmente debe (de manera casi inevitable) evaluar incrementar el valor de su producto/servicio en un 10% al 15% para poder sostener sus ganancias e incluso no perder dinero cuando acepta vender en 12/18/24/36 cuotas sin interés. Traten de pensar lo que significa para un comerciante tener que decidir el precio debiendo considerar: inflación, sueldos (si es que tiene empleados), costos fijos, la competencia y como frutilla del postre tener que sumar al análisis las comisiones cobradas por las tarjeteras. (3% + impuestos + 1,4% por plan de cuotas + $400 del alquiler del equipo).

Del otro lado, quien compra, evalúa la ventaja de hacerlo en cómodas cuotas para obtener algún producto o servicio que no está en condiciones de pagar en efectivo. La mayoría solo evaluamos si podemos pagar la cuota, sin tener en cuenta el valor final de lo que compra (muchos no saben que es el CFT : COSTO FINANCIERO TOTAL).

No es que estas especulaciones o análisis estén mal pero hay un punto en donde tanto el vendedor como el comprador no se benefician…el que nunca deja de ganar es el que cobra las comisiones por la operación (sino relean el primer párrafo).

Si, ya sé…seguimos con inflación alta, el tema es que las perspectivas a futuro del gobierno apuntan a desacelerar la inflación. Si lo logran es necesario atacar el problema tratando de contemplar: la comprensible caída del poder adquisitivo, la normalización del nivel de precios y la reducción de los costos de financiamiento.

Para el ejemplo del comerciante significa que, cuando tenga que sentarse a decidir el precio de su producto/servicio, no deba elaborarlo de la manera descripta en el párrafo anterior y que pueda quitar del cálculo los sobreprecios (del 10% al 15% generado por los planes de cuotas a largo plazo) y los costos de financiamiento de las tarjeteras (aunque sea en parte).

Para el comprador quizás ese sea el momento de empezar a multiplicar el valor de la cuota por el plazo, para calcular cuánto termina pagando y si no le convendría comprar el producto/servicio en menos plazo. La salida que el gobierno se encuentra evaluando actualmente para esta cuestión viene dada por estimular “gradualmente” financiaciones a menores plazos: 3 a 6 cuotas con interés del 1% o el 2%.

¿Como se arma un rompecabezas?

El Senador Alfredo Luenzo propuso (ya cuenta con media sanción del Senado) bajar las comisiones de compra con tarjeta de crédito del 3% al 1,5% y las comisiones por tarjeta de débito del 1,5% a 0%. No es difícil de adivinar que esta propuesta atenta contra las ganancias de un importante sector de la economía y beneficia a buena parte de la sociedad.

Si bien existen elementos muy positivos en la propuesta, llevar las comisiones de tarjetas de débito a 0% tendría consecuencias negativas y así lo considera la CNDC (Comisión Nacional Defensa Competencia) por lo que se estaría buscando llevarla al 0,8%. La reducción seguiría siendo sensiblemente más baja que el porcentaje actual , pero el impacto no sería tan fuerte.

Como parámetro comparativo de las comisiones por compra con tarjeta de crédito en el mundo se sabe que, por ejemplo: Perú cobra 1,5%, Brasil 1,3%, España e Italia menos del 1%. Deberíamos preguntarnos porque pagamos el doble o el triple que otros países y podríamos empezar a buscar la respuesta en el rol del estado.

En esta discusión millonaria entre Bancos, Tarjetas, Secretaría de Comercio, BCRA (son muchos los que tienen algo para decir) es necesario agregar la participación de CAC (Cámara Argentina de Comercio) y CAME (Cámara Argentina de la Mediana Empresa) presentando ante la CNDC (Comisión Nacional Defensa Competencia) argumentos para: no avanzar con el proyecto del Senador Luezo, buscar un nuevo proyecto de ley más amplio y no avalar gran parte de los argumentos que esgrimen los bancos para tratar de frenar estas medidas, entre otras cuestiones.

Más allá de los datos técnicos y de explayarme (¿innecesariamente?) en el estado “intermedio” de las negociaciones, mi mensaje en esta nota está orientado fundamentalmente a tratar de comunicar que es importante tener en cuenta que en el corto plazo se podrían modificar algunos de los parámetros de análisis que se venían utilizando para la formación de precios y que quizás, para algunas actividades comerciales, sea necesario contemplar la posibilidad de tener que adaptarse rápido a los cambios.

En épocas de transición los convenios para vender productos o servicios a plazos largos suelen sufrir transformaciones y lo que pudo haber sido una ventaja competitiva puede convertirse rápidamente en una desventaja competitiva. (¿Alguien recuerda que sucedió con la venta de televisores LCD en 50 cuotas?).

Para aquellos a los que les interesa relacionar cuestiones desearía agregar, como dato de color, que el Total de Créditos Privados en Argentina representan aproximadamente el 14% del PBI (Producto Bruto Interno), esta relación es una de las más bajas del mundo . La distribución actual del total de créditos privados en nuestro país es de: 47% para empresas, 39% en préstamos personales/tarjetas y 14% para HIPOTECARIOS+ PRENDARIOS (es posible decir que este porcentaje es exclusivamente de préstamos prendarios).

Esta composición, actualmente volcada a brindar asistencia a través de préstamos personales y tarjetas, claramente debería cambiar y orientarse a brindar mayor asistencia a través de préstamos hipotecarios (uno de los motores más importante del desarrollo económico).
¿Cuál es el debate de fondo en todas estas cuestiones, que se está poniendo en juego?

Las posibles reducciones en el régimen de comisiones de tarjetas de crédito/débito y las medidas de gobierno, probablemente orientadas a cambiar la composición descripta en el párrafo anterior. Ambas situaciones influirían de manera sustancial sobre los márgenes de comisiones que obtiene el sistema financiero. Por eso se está dando una discusión millonaria en la que se pelea cada centavo.

 

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