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Hepatitis A

 En esta entrega, la bioquímica Milagros Boglich explica de qué se trata, como identificar, como prevenir y cual es el tratamiento para esta enfermedad que rara vez llega a ser mortal.
30/03/2017
Hepatitis A

La Hepatitis A es una enfermedad viral, altamente contagiosa, que afecta al hígado. El virus de la Hepatitis A puede infectar a cualquier persona, produciendo diferentes grados de enfermedad según la edad de cada uno.

El virus de la Hepatitis A se encuentra en la materia fecal de las personas infectadas con este virus. Es muy resistente, tanto al frío como al calor, y puede sobrevivir hasta un año en el agua. El virus se disemina fácilmente en áreas donde hay poco saneamiento ambiental o escasa higiene personal.

A diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no causa hepatopatía crónica y rara vez es mortal, pero puede causar síntomas debilitantes y hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda), que se asocia a una alta mortalidad.

La hepatitis A se presenta esporádicamente y en epidemias en el mundo entero, y tiende a reaparecer periódicamente. El virus de la hepatitis A es una de las causas más frecuentes de infección de transmisión alimentaria

¿Cómo se transmite?

La vía de transmisión más importante es la fecal – oral, a través del contacto con una persona que tiene la infección, ya sea por el contacto directo o consumiendo alimentos:

¿Quiénes tienen mayor probabilidad de contagiarse con Hepatitis A?

  • Niños y jóvenes que viven en la misma casa.
  • Niños y empleados en guarderías, especialmente en las salas que usan pañales.
  • Parejas sexuales.
  • Personas que usan drogas.
  • Viajeros a países donde la Hepatitis A es común.

El contagio comienza una semana antes de los síntomas y se prolonga de una a dos semanas más.

¿Cuáles son los síntomas de la Hepatitis A?

La mayoría de los niños menores de 6 años presentan síntomas inespecíficos, ya sean gastrointestinales o gripales, cursan la infección, diseminan el virus y son la principal fuente de infección para las personas susceptibles.

El periodo de incubación de la hepatitis A suele ser de unos 14–28 días.

Los síntomas de la hepatitis A tienen carácter moderado o grave y comprenden fiebre, malestar, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica ocular). Los infectados no siempre presentan todos esos síntomas.

Los adultos desarrollan signos y síntomas con mayor frecuencia que los niños. La gravedad de la enfermedad, así como la mortalidad, aumentan con la edad. Los menores de seis años infectados no suelen tener síntomas apreciables, y solo el 10% muestran ictericia. Entre los niños más mayores y los adultos la infección suele causar síntomas más graves, con ictericia en más del 70% de los casos.

Ante la presencia de estos síntomas recomendamos la consulta a un centro médico.

Los casos de hepatitis A son clínicamente indistinguibles de otros tipos de hepatitis víricas agudas. El diagnóstico se establece mediante la detección en la sangre de anticuerppos IgM dirigidos específicamente contra el VHA. Otra prueba es la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RT-PCR), que detecta el RNA del virus de la hepatitis A, pero puede necesitar laboratorios especializados.

¿Cómo se puede prevenir?

Tomando las siguientes medidas:

  • Lavarse las manos después de usar el baño, de cambiar un pañal, o antes de preparar la comida o comer.
  • Utilizar lavandina.
  • No manipular alimentos durante el período de contagio.
  • Aplicar la vacuna para la Hepatitis A, que se indica a partir del año de vida, ya que antes los niños están protegidos por los anticuerpos maternos.
  • Se puede usar Inmunoglobulina, pero la protección es solo dentro de las dos semanas siguientes a la exposición al virus. Desde que se dispone de una vacuna para la Hepatitis A segura, de alta y prolongada protección, el uso de la Inmunoglobulina ha disminuido.

 La vacuna de la Hepatitis A

La vacuna es gratuita y de una sola dosis, y se encuentra incluida dentro del Calendario Nacional de Vacunación.

Hasta la fecha se está efectuando un seguimiento estricto de la población vacunada, con una alta cobertura, más del 93% en todo el país, y con alta  persistencia de anticuerpos protectores para la Hepatitis A.

Otros grupos que deben aplicarse la vacuna son:

  • Personal y niños de jardines maternales.
  • Personal de las fuerzas armadas.
  • Personas sexualmente activas.
  • Personas institucionalizadas: empleados, residentes.
  • Trabajadores de la salud.
  • Pacientes con enfermedad hepática crónica.
  • Hemofílicos.
  • Personas VIH-positivas.
  • Trabajadores de la alimentación.
  • Trabajadores de sistemas cloacales.
  • Personal de limpieza de servicios sanitarios de instituciones de salud y educación.
  • Huéspedes inmuno-comprometidos
  • Viajeros a áreas endémicas

La vacunación universal para la Hepatitis A es una estrategia que no sólo logra la protección individual, sino también la reducción de la circulación del virus, induciendo inmunidad en la población general y erradicando completamente la infección.

Es importante continuar con la difusión de las medidas de higiene personal, como así también las de saneamiento ambiental: potabilización del agua y tratamiento adecuado de excretas.

No hay ningún tratamiento específico para la hepatitis A. Los síntomas pueden remitir lentamente, a lo largo de varias semanas o meses. Lo más importante consiste en evitar medicamentos innecesarios. No se deben administrar antieméticos ni paracetamol. La hospitalización es innecesaria en ausencia de insuficiencia hepática aguda. El tratamiento persigue el bienestar y el equilibrio nutricional del paciente, incluida la rehidratación tras los vómitos y diarreas.

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