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HISTORIA

El Hotel Correntoso festejó sus 100 años

Con la presencia de algunos funcionarios, antiguos pobladores y vecinos, el mítico hotel celebró ayer su siglo de vida. Fotos.
09/04/2017
El Hotel Correntoso festejó sus 100 años

Celebrando sus primeros 100 años, el Hotel Correntoso realizó ayer un acto al pie del histórico edificio. Participaron de la ceremonia representantes de instituciones, autoridades de distintas fuerzas, como Parques Nacionales, Policía y Bomberos Voluntarios, el intendente Guillermo Caruso y el propietario del hotel, Alejandro Laurence, junto a su familia.

Se escuchó el himno nacional y provincial.  Laurence, visiblemente emocionado, brindó unas palabras. Luego fue el turno del jefe comunal y un cura párroco de Bariloche que bendijo el hotel y las instalaciones. 

La celebración continuó dentro del hotel, con un ágape para los presentes  y la reproducción de un video institucional por los 100 años. 

Historia del Hotel

En 1917, Primo Capraro construyó una pequeña cabaña de madera y un muelle en la unión del río Correntoso con el lago Nahuel Huapi, impactado por el paisaje. Al lugar, sólo podía accederse por barco o hidroavión, y pronto comenzó a recibir visitas de amigos y pescadores.
Enclavado en la roca, el Correntoso está ubicado en un lugar privilegiado y tiene una vista impresionante del lago Nahuel Huapi y de la desembocadura del río del mismo nombre.

Las visitas fueron aumentando, y en 1929 Capraro, propietario de una maderera, un aserradero y una casa de ramos generales, decidió la ampliación del establecimiento, incrementando a 20 las habitaciones, y añadiendo un comedor con una espectacular vista al lago.
El hotel acrecentó su prestigio internacionalmente, y tuvo su época de mayor esplendor en 1936, dirigido por el hijo de Primo, Francisco Capraro.

Él resolvió construir el primer edificio de mampostería. Los extranjeros enloquecían, además, por las truchas que se pescaban en la desembocadura, y la elite local elegía con frecuencia este destino. De hecho, el por entonces presidente Humberto Illia lo escogió para su descanso.

Para entonces, Bariloche iniciaba su crecimiento y la oferta hotelera no tenía grandes dimensiones: y aún no estaban en funcionamiento importantes hoteles como el Llao Llao y el Catedral.

Esta situación se modificó pronto, con la explosión de la zona como destino turístico y la proliferación de alojamientos, culminando con la venta del Hotel Correntoso en la década del 70. A partir de allí, sus instalaciones pasaron por un par de propietarios, hasta que fueron utilizadas por grupos de estudiantes de una congregación religiosa y por acampantes; pero se decidió su cierre a principios de los noventa.

La falta de mantenimiento y el avance de la maleza atentaron contra su elegancia durante más de seis años y lo dejaron en ruinas. La familia Laurence lo adquirió y luego de remodelarlo y refaccionarlo -respetando la estética original- lo reinauguró en enero de 2003. 


Fuente: Diario Rio Negro/DiarioAndino

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