Cómo fue el allanamiento a la Pollería

Durante casi tres horas, ayer personal de la Policía Federal llevó a cabo una minuciosa revisión del local de Las Fucsias al 40 en donde funcionaba la pollería "Mundo pollo", que según se sospecha, era en realidad una “pantalla” donde se vendían drogas.

El procedimiento comenzó cerca de las 13 horas, y para ingresar fue necesario la intervención de un cerrajero que tras un arduo trabajo, logró destrabar la cerradura y evitar así romper la puerta. La jueza federal de Zapala, Silvina Domínguez, a cargo de los procedimientos,  había ordenado abrir la puerta y no romperla para evitar después tener que dejar una consigna policial toda la noche en el lugar. 

 Una vez adentro, se realizó un pormenorizado rastrillaje que incluyó revisiones en todas las dependencias del local ( salón de ventas, cocina, pasillos y parte superior del mismo),  heladeras, bolsas de pan rallado y harina,  utensilios, muebles, cajones, etc, incluso hasta en el cielorraso  del comercio.

 Culminada esa primera revisión, un perro de la policía federal especialmente adiestrado en la detección de drogas, recorrió todo el comercio pero no detectó ninguna sustancia.

Por último, el personal policial volvió a efectuar un segundo rastrillaje pormenorizado.

 Si bien no se encontraron rastros de ninguna droga, se incautaron cuadernos con anotaciones que tenía el propietario del comercio y tres bolsas de residuos de consorcio que estaban en un cesto de basura y que presentaba innumerables cortes en círculos pequeños ( del tamaño de una hamburguesa aproximadamente) y que se presume eran recortes que luego se utilizan para dosificar cocaína en pequeñas dosis.

Los mensajes de texto

Mientras se procedía con el operativo el cronista de este medio que lo presenciaba, recibió varios  mensajes de texto de vecinos de la localidad que alertaban sobre el allanamiento.

 Tres de esos mensajes sostenían que dentro del comercio se había encontrado “pasta y marihuana”, “un kilo de cocaína” y “mucha droga”. Otro mensaje aún mas llamativo decía: “Ahora revisan las cámaras para ver quienes eran los clientes”.

En concreto, no se halló ninguna cantidad de droga y el local no cuenta con cámaras de seguridad.

El propietario del local

Antes de que finalice el operativo, se hizo presente el hijo del dueño del inmueble.

 Según explicó el joven: “hace meses que el dueño de la pollería, (Daniel Neira) me había anunciado que realizaría algunos cambios estéticos dentro del comercio. Por esa razón se encontraba cerrado al público y con la vidriera tapada por papeles madera que impedía ver hacia su interior".

 Si bien las modificaciones no se concretaron, Neira pagaba religiosamente su alquiler.

“Yo lo único que quiero es recuperar el local porque necesito alquilarlo” repitió varias veces el dueño del inmueble quien luego del allanamiento procedió a cambiar la cerradura del mismo.