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REFLEXIONES

Le entraron a robar a la casa y se llevaron bolsas con comida

Daniel Brito, columnista de DiarioAndino y FM Andina, fue víctima de un robo en su vivienda y reflexiona sobre la realidad que golpea.
07/06/2018
Le entraron a robar a la casa y se llevaron bolsas con comida

Esta vez no voy a hablar de economía, el valor del dólar, ni siquiera del desarrollo sostenible de la localidad, al  menos directamente.

Me robaron…

Más allá de esto existe una realidad innegable que considero necesario expresar.   Es posible que sea una mezcla de: impotencia, incertidumbre, desasosiego  la que me lleva a la catarsis pública, que me impulsa a ser reflexivo y mirar más allá del hecho puntual. 

Para dar sustento a este “enfoque” deseo compartir el detalle pormenorizado de los elementos sustraídos: 1 Docena de huevos, 1 botella de aceite, ½ kilo de queso port salut, ½ kilo de queso cremoso, 2 plantas de lechuga capuchina, ½ kilo de tomates, 1 kilo de cebollas, 1 kilo de papas, 1 bolsa de zanahorias, 2 leches, 1 queso crema abierto, 2 mermeladas “diet”, 4 bananas, 2 naranjas (incomibles), 1 paquete de tapas para empanadas, 1 tapa pascualina, 4 cervezas (era una promoción), 1 agua tónica, ½ kilo de carne picada congelada , 1 kg de pan congelado y 1 paquete grande de vainillas. 

No quiero olvidarme de mencionar la guitarra criolla blanca de mi hijo (foto), 2 cañas de pescar con las cucharitas y una cámara de fotos que funciona mal por lo que difícilmente la puedan vender.

Frente a este cachetazo de realidad surge la pregunta de ¿que lleva a una persona a hacer esto? ¿Qué le sucede a una sociedad en la que una familia consuma la comida robada de otra casa? Hay un personaje de ficción que se llama “el devorador de pecados”, acá se va a hacer realidad en estos días…

Desde hace algún tiempo estoy trabajando proactivamente en la búsqueda de soluciones a problemas vinculados a lo social y lo económico;  incluso tratando de obtener indicadores que muestren la importancia de la educación en la cultura del trabajo y el desarrollo de las personas.   Las estadísticas llegaron a mi casa, vaciaron la heladera y me dejaron un gusto amargo en la boca.  Una dosis de pragmatismo muy útil para poner en valor lo que vengo observando y documentando.

Más allá de esto voy a seguir trabajando en la Cooperadora del Hospital, voy a seguir trabajando “ad honorem” en la Red de Mentores de Nación, voy a seguir tratando de participar en un grupo de innovación social integrado por vecinos que busca dar solución a esta problemática que hoy entró a mi casa sin pedir  permiso. 

Si me lo hubieran pedido, les habría dado toda la comida e incluso les habría ofrecido ayudarlos para tratar de salir de la “posible” situación de necesidad que están atravesando. No lo vuelvan a hacer, hay otras formas de vivir con dignidad.

Defiendo el lugar donde vivo porque lo adopté como propio pero eso no quita que desee visibilizar la necesidad de ver las cuestiones desde una óptica distinta. Los invito a reflexionar.

Saludos.

Daniel Brito

 

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