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De Domingo a Domingo

Dejaron pasar una oportunidad de oro

Los concejales pidieron a Provincia que convoque al Consejo Consultivo para el "repintado" del mapa de bosques, pero no contemplaron ampliar la convocatoria a juntas vecinales y asociaciones intermedias. Los fantasmas siempre vuelven. Lee la columna editorial de DiarioAndino.
01/07/2018
Dejaron pasar una oportunidad de oro

Tuvieron en sus manos la posibilidad de volver a sentar las bases necesarias para que el Complade vuelva a funcionar como supo hacerlo hasta que incomodó a Cacault, a los desarrolladores amigos de Cacault y algunos sectores interesados. Pero no, la dejaron pasar.

Entonces los concejales de los cinco partidos con representación parlamentaria, votaron para que sea únicamente el Consejo Consultivo quien pueda intervenir en el “repintado” del mapa actual de la Ley de Bosques. Dicho en criollo: la tarea quedará solo en manos de Arquitectos, Agrimensores e Ingenieros.

Si bien es claro que la Ley establece que la actualización del mapa es para mantener o elevar el nivel de conservación de los bosques, también es cierto que varios miembros de estos tres colegios tiempo atrás apoyaban a Gustavo Zwanck cuando proponía, en nombre de una supuesta “autonomía municipal”-como también proponía Cacault-, pasar por arriba de una Ley Provincial y de una Ley Nacional para garantizar la flexibilidad de la aplicación de la ley que pretendían un número muy reducido de desarrolladores.

Cierto es que actualmente el Consejo Consultivo no es el grupo “lobista” que en algún momento supo ser, pero siempre existe la posibilidad de que un cambio de autoridades dentro de los colegios conlleven una vuelta a los inicios ( cabe recordar que fueron estos grupos los que en plena reconstrucción pos volcánica y viendo que no podían imponer su voluntad en el Complade, se autoproclamaron los encargados de planificar cómo debería crecer  la localidad y formaron “la mesa chica”.)

Y en parte gracias a ellos, en medio de fuertes presiones del sector inmobiliario y constructivo para flexibilizar el Código, en el 2012 se sancionó el  Código de Planeamiento Urbano actual (ordenanza 2659) que establecía mayor densidad constructiva que en el conurbano bonaerense o Ciudad de Buenos Aires. Esa vez hicieron un marco regulatorio que  permitía, por ejemplo, que si algún propietario hubiera querido instalar una fábrica en la Avenida Arrayanes, hubiera podido.

Más acá en el tiempo y con cambio de autoridades internas,  mostraron signos de coherencia  y en el 2016 los concejales actuales de la oposición, arquitectos e ingenieros que integran el Consejo Consultivo estudiaron y modificaron los enormes errores del Código, e  incorporaron, por ejemplo, índices urbanísticos para dos áreas que en la ordenanza 2659 del 2012 quedaron afuera: el área única “AA” Banda Bosque y la subárea “A” Banda costera-área lacustre Brazo última Esperanza.

Pese a todo esto, días atrás cuando tras la publicación de una serie de notas de Diario Andino sobre la polémica del Sendero del Río Bonito motivó una fuerte movida social, ni el Colegio de Arquitectos, ni el de Ingenieros, ni el de Agrimensores, salieron abiertamente a plantear su visión profesional y técnica al respecto. Paradójicamente, los vecinos no pedían la intervención de los colegios pero sí la de Alerta Angostura.

 Ahora, que hay que “repintar” el mapa, Alerta Angostura se queda afuera y serán representativos de todo el pueblo, 40  arquitectos, 4 agrimensores y 4 ingenieros.

No es por desmerecerlos,  porque seguramente tienen conocimientos y experiencia sobre urbanismo y saben más que el resto cómo planificar un pueblo.

Pero los vecinos tienen todo el derecho –y obligación- de decidir cómo quieren desarrollar su lugar en el mundo. Si la mayoría de la comunidad prefiere mantener el bosque y limitar la capacidad constructiva,  deberá respetarse esa voluntad. Lo mismo sucedió en su momento con el “no al casino”: en aquella oportunidad los vecinos decidieron que no querían un casino en su comunidad, y la voluntad de la mayoría quedó plasmada en una ordenanza que los prohíbe.

Por eso, el desarrollo de una comunidad no se decide sólo desde lo “técnico”. Hay decisiones que nos comprometen a todos.

Esa capacidad técnica del Consejo Consultivo, bien podría estar acompañada por la participación de una ONG que ha demostrado sobradas veces estar a la altura de los hechos, incluso haciendo aportes técnicos que no habían sido contemplados por los técnicos. A ese cónclave se le podrían sumar las pocas juntas vecinales que sobrevivieron a Cacault y algunas otras instituciones, y la visión seguramente sería más profunda y rica.

Se sabe que el bloque del MPN, como siempre,  terminaría votando lo que Hensel les ordenará,  y viendo la historia reciente, no hubiera sido un voto a favor de alentar la participación ciudadana. Pero los concejales del FPV, PRO y Primero Angostura, que esta vez tenían en sus manos la oportunidad de sentar nuevamente las bases de la participación ciudadana, la dejaron pasar. Lamentablemente.  

Columna Editorial de DiarioAndino

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