“Cuando los hijos se van a estudiar a otras ciudades: ¿qué vendrá?”

Pregunta que surgió en el programa anterior en relación a qué pasa con el resto de la familia cuando, (en nuestra localidad es muy común) los niños crecen y quieren estudiar alguna carrera que no se dicte por aquí, se muden lejos, o decidan probar otros horizontes simplemente, aventurarse a conocer nuevos lugares, lo que conmueve la dinámica familiar en gran medida.

Más allá de las incertidumbres de los que parten: si les gusta el nuevo modo de vida, las carreras, si hacen lazos sociales,  si se adaptan, etc., se produce otra cuestión que es quizás un espacio a rearmar, así haya otros integrantes de la familia, además de la pareja si es que así está conformada la familia, puesto que también se da el caso que se quede una persona a vivir en el pueblo, y a veces puede tener sus propias actividades: trabajo, ocupaciones, amigos, o no.

Cómo reubicarse subjetivamente frente a un reacomodamiento de tiempos, responsabilidades, espacios en donde habrá que elegir qué hacer, o qué no hacer ya.

Frecuentemente se dan casos en donde cada uno sigue con lo suyo, si es que tenían organizado cierto estilo de vida, o queda ese tan esperado tiempo para hacer lo que antes se complicaba.

Otras, sin embargo no se sabe muy bien cómo vivir ante estos cambios. Claro que depende de cómo esté cada uno! Puede aparecer angustia, tristeza, dado que son duelos, cambios de etapas. Pero no tiene que ser necesariamente un problema, sorprendentemente tal vez se encuentre o reencuentre alguien consigo mismo,  en esa pausa que se produce, o con el otro, de una forma renovada, y por qué no, mejor aún.

A cada momento de la vida, ya que lo preguntaron padres de adolescentes la vez pasada, se le puede encontrar el gusto, y es bueno movilizarse y renovarse para mantener el deseo vivo y en movimiento.

Lo seguimos conversando en la Radio, los esperamos!

Violeta Paolini. Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.