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El cuerpo en Psicoanálisis” ( Parte I):

 En esta entrega, la  psicóloga Violeta Paolini explica las diferencias que existen entre el arte y el psicoanálisis. Escuchá su columna a partir de las 12:00 por Fm Andina.
12/06/2019
El cuerpo en Psicoanálisis” ( Parte I):

Buenos días, comparto un texto que escribí en ocasión de una de las Charlas abiertas a la Comunidad, para retomarlo puesto que será el tema que nos ocupará en varias actividades este año. En la clínica es de lo que se trata: cuerpos afectados o desafectados por los afectos y las palabras. Tema fundamental del que se padece o disfruta.

La angustia, las inhibiciones y los síntomas se sienten en los cuerpos de los seres hablantes y la intervención del analista apunta a producir efectos en los tratamientos.

Además comenzaremos a trabajar sobre la articulación entre Psicoanálisis y Arte.

 

Un cuerpo en Psicoanálisis no va de suyo, el pasaje de ser un  organismo a tener un cuerpo es una apropiación, se trata de un cuerpo que habla y goza: un parletre.

Lacan reemplaza la pulsión freudiana por la sustancia gozante, que va a ser finalmente “el cuerpo mismo” y propone ir contra la perspectiva del primer Freud: el síntoma histérico habla espontáneamente,  lo cual será puesto en cuestión a partir del autismo del síntoma, versión Joice: “eso no habla, eso goza”, goza sin hablar, fuera de sentido. El síntoma es esencialmente silencioso, se requiere la operación del pasaje por el Otro, para que el síntoma se ponga a hablar. En eso consiste nuestra práctica,  en una perspectiva de una palabra “creacionista”. En la clínica  es necesario abrir a una nueva significación, para poder hacer algo nuevo.

Se puede trazar un arco desde los cuerpos que recibimos en los consultorios, los síntomas como acontecimientos del cuerpo, la angustia; al cuerpo suelto con el que se puede liberar la pulsión de muerte para poder hacer un uso más vital, cómo llevar un cuerpo, disfrutarlo, siempre un poco extraño, en tanto no nos pertenece, no lo manejamos.

En la danza, el canto, la escritura, la música, la fotografía, el teatro, se pone en juego el cuerpo. Una Otra (hétero) manera de hacer con el síntoma, lo que nos interroga a los analistas,  mediados por la palabra; pero en el arte, mejor dejarse llevar, siendo que los artistas nos llevan la delantera.

En un mundo hecho de palabras, de historias, nuestro modelo para armar es un modelo donde las piezas no encajan,  piezas sueltas, sin sentido, con las que los artistas crean, y las convierten en un objeto estético y con las que el Psicoanálisis conduce a un efecto de reducción, restos sintomáticos, que luego funcionan como restos fecundos.

En el arte, se trata de un saber hacer, el baile por ejemplo: cuando se baila no se piensa, se disfruta, así como lo vemos en los efectos de un análisis: recuperar el cuerpo, sentir un cuerpo, encorps,  traducción también del seminario  “Aún,” donde resuena en relación a lo femenino, la soltura de dicha posición.

El análisis altera el soliloquio inaudible, ese hablar con el cuerpo, porque consigue fluidificarlo, reducir su rigidez, volverlo, no sin algunos avatares, más habituado a la vida.

Entonces, cuerpos sueltos, aireados, singulares, pero aún así, enlazados. Resueltos.

 

Violeta Paolini, Psicoanalista Miembro de la EOL y AMP.

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