"Peronismo dividido: El ejemplo aquí no prende"

EL EJEMPLO AQUÍ NO PRENDE

¿A quién puede servir, que el Peronismo  vaya tan dividido en las próximas elecciones a intendente y concejales en Villa La Angostura? ¿Al Movimiento Popular Neuquino? ¿A Juntos por el cambio,  que en definitiva fue en el único lugar regional donde logró… arañando, un empate técnico? ¿Cuál es el ejemplo que los Gómez, los Panessis o los Calderones cumplen a rajatablas, emulando el éxito nacional – inédito – que la propia líder del Movimiento pergeñó y construyó? 

En un cuento de Lewis Carrol, el escenario sería idéntico. Tienen más espacio las venganzas personales, que las construcciones colectivas, y aquí, exactamente encontraremos el precio de la derrota. En especial, porque todo aquel que no desea comulgar con la derecha gobernante o el pendulante accionar del partido provincial, no tiene lugar donde refugiar su voto. De hecho, dos de las tres partes en que pretende presentarse los representantes del Peronismo en sus distintas vertiente, están confiadas, irreductiblemente, en que van a salir triunfadores. Nunca más cierto aquello que “en política, dos más dos, muchas veces no son  cuatro”.

A caballo de la realidad asfixiante que transita el país, sería este, el momento propicio para dejar de lado apetencias personales y pensar en tareas de reconstrucción colectiva, que son esenciales para la mayor parte de la población que carece de enseres básicos de subsistencia, como los medicamentos, la alimentación y los recursos educativos elementales.

Con la intransigencia de algunos, el desparpajo de otros, el anacronismo de los terceros y la avaricia de los que quieren desfinanciar  al estado mientras cobran pingües ganancias - el derrumbe de Huemul sobre la ruta es el paradigma de los oportunistas-, sólo se construye con un objetivo ineludible: la derrota. 

Advertidos, incluso por cientos de votantes, que es una “verdadera lástima” esta división estéril cuando  corren vientos propicios para un triunfo de la unidad, no quisieron enterarse. O no les conviene. 

Todavía, si realmente piensan en la gente como tanto lo pregonan, están a tiempo de evitar la crónica de una derrota anunciada.

Carlos Garay