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MEDIO AMBIENTE & ECOLOGÍA

Incendio de la selva amazónica ¿Un síntoma del "progreso"? Parte I

En una nueva columna de DiarioAndino, el Ingeniero Agrónomo y consultor ambiental Rodolfo Herrero, analiza las causas del incendio en la selva amazónica e invita a reflexionar sobre las posibles consecuencias.
29/08/2019
Incendio de la selva amazónica ¿Un síntoma del "progreso"? Parte I
Imagen del 25 de agosto del Satélite Sentinel-2A: uno de los incendios de mayor superficie en la Amazonía, con más de 100 kilómetros de largo. De la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Servicio de emergencias de Copernicus: Fuente: ESA, Copernicus.
Imagen del 25 de agosto del Satélite Sentinel-2A: uno de los incendios de mayor superficie en la Amazonía, con más de 100 kilómetros de largo. De la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Servicio de emergencias de Copernicus: Fuente: ESA, Copernicus.

Por Rodolfo Herrero *
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Los incendios forestales se producen por la participación necesaria de una fuente de ignición. Solo existen tres fuentes: la actividad volcánica, descargas eléctricas en superficie (rayos) y causas antrópicas (las generadas por la actividad humana).

De acuerdo con la información disponible al día de la fecha, los incendios en la selva amazónica son de origen antrópicos y fueron provocados por el fenómeno del denominado "avance de la frontera agrícola", donde madereros, ganaderos y agricultores realizan una práctica basada en una antigua técnica cultural denominada "Roza y quema".

Según estudios antropológicos, etnológicos y etnobotánicos esta técnica fue desarrollada y muy utilizada en Mesoamérica, Amazonia y Sudamérica Noroccidental y Meridional. Las comunidades prehispánicas utilizaban el fuego para generar comunicación entre sectores, trasladarse más rápidamente y con mayor seguridad, controlar plagas e insectos, crear forraje, defenderse en la guerra, cazar y habilitar áreas para desarrollar sus cultivos.

Estas comunidades aplicaban técnicas de manejo del fuego de manera que podían controlar la superficie quemada y la intensidad del fuego.

Como ejemplo sobresaliente del uso de esta práctica se debe mencionar la cultura Maya en la cual el fundamento de su economía estaba basado en la agricultura por medio de esta técnica.

La misma consistía en preparar mediante la tala y quema un área determinada de la selva, para luego generar el espacio para introducir los cultivos. Se cultivaba ese predio varios años hasta que disminuía la producción por agotamiento del suelo. Luego se preparaba otro sector de la selva del mismo modo, y no se volvía a sembrar el primero hasta que esa tierra no mostraba índices de recuperación de fertilidad.

Por este motivo, este sistema agrícola requería disponer de un amplio territorio. Como consecuencia, las ciudades-estado se hallaban dispersas, con amplias zonas desmontadas alrededor esperando mejores condiciones del suelo para volver a cultivar en ellas.

Según los estudios arqueológicos basados en registros etnobotánicos, coinciden en teorizar que el misterioso colapso de la cultura Maya habría sido desencadenado por el sistema de uso territorial y sus métodos de cultivo, los cuales no pudieron afrontar extensos períodos de sequia, ello a pesar de su gran organización social, económico comercial y tecnológica.

Sin embargo otras comunidades más pequeñas y menos organizadas que desarrollaban distintos sistemas de cultivo, sí pudieron sobrevivir a los períodos de sequía.

Los estudios detallan que el uso indiscriminado de los recursos naturales disponibles causó deforestación y daños irreversibles en su sistema agrícola.

El sistema basado en prácticas culturales de roza y quema no pudo amortiguar extensos periodos de sequia, puesto que no habían desarrollado técnicas de racionalización del agua para cultivos, como si lo hicieron otras culturas. Estos factores impidieron cultivar la suficiente cantidad de alimentos para mantener a una población que, para esa época, llegaba alrededor de un millón de habitantes en toda la Cuenca.

Este ejemplo de desequilibrio entre sociedades y su medio ambiente se ha repetido a lo largo de toda la historia de la humanidad, ello a pesar del nivel de desarrollo y organización social alcanzado.

El caso del incendio en la selva amazónica cobra gran relevancia por ser el área con mayor biodiversidad del mundo, la cual es vital para la regulación climática del planeta.

Los incendios forestales se producen principalmente en las regiones amazónicas que están siendo severamente afectadas por la deforestación. Los municipios más afectados son justamente los que presentaban alarmantes tasas de desforestación.

Al respecto cabe destacar que en gran medida los desmontes y sus prácticas asociadas no son actividades clandestinas, sino actividades autorizadas que siguen un lineamiento de políticas de estado.

De acuerdo a los modernos conceptos de gestión territorial, el abordaje e intervención de zonas ecológicamente funcionales se denomina Cambio de uso del suelo. Es decir, en el caso del Amazonas se trata de áreas que presentan una importante provisión de servicios eco sistémicos, sin duda la más grande del planeta, no solo a sus comunidades indígenas y campesinas asociadas, sino al mundo entero.

En ella es el propio Estado que en base a sus políticas de gestión territorial define que son zonas aptas para que el suelo cambie su función de Bosques a zonas productivas. Dicha transformación resulta en los primeros años en una pérdida neta de biodiversidad, biomasa, altas tasas de generación de monóxido, etc. hasta que se consolida con los años un nuevo agro ecosistema (agrícola, ganadero, forestal o mixto silvopastoril).

Es importante destacar que los nuevos sistemas si bien resultan altamente productivos en cuanto a los rindes de sus cultivos y crecimientos madereros, ello en razón del paquete tecnológico aplicado; resultan sumamente pobres en cuanto a los servicios eco sistémicos que brindan y amenazantes en cuanto a la diversidad biológica. Por tanto que el daño generado al ambiente no tiene solución.

Por otra parte e íntimamente ligado al cambio de uso del suelo se suceden un conjunto de conflictos y problemas sociales económicos y ambientales en las comunidades campesinas e indígenas, que tampoco tienen solución por la pérdida de hábitat.

Desde el punto de vista de un análisis agronómico, los sistemas agropecuarios y forestales extensivos que se están implementando en el Amazonas se puede afirmar que responden a un modelo de producción altamente demandante de tecnología y superficie, por ello también altamente sensible a las contingencias ambientales cada vez más frecuentes en un contexto global de cambio climático.

Una vez más se destaca que dichos modelos productivos característicos de un supuesto progreso forman parte de las políticas públicas del sector y en gran medida constituyen el sustento de la economía.

Tal vez vale la pena detenerse en este punto y reflexionar respecto como los Mayas hace muchos siglos atrás lograron crear una civilización altamente organizada y tecnológica pero no pudieron encontrar un equilibrio entre sus necesidades y demandas y el medio ambiente.

*Mgs.Ingeniero Agrónomo, consultor ambiental

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