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Como evitar que un perro muerda a un niño o incluso a ti

En esta entrega, al adiestradora canina Adriana Martineli explica una serie de tips  básicos para convivir armónicamente con tu mascota.
25/10/2019
Como evitar que un perro muerda a un niño o incluso a ti

Queridos lectores, hoy voy a hablar de un tema poco feliz: a veces los perros nos lastiman o pueden lastimar a nuestros niños.

Muchas son las familias que quieren ver a sus hijos crecer con un amigo canino. La mayoría de los perros cuidan a nuestro bebé o niño, avisan cuando lloran, juegan juntos, duermen abrazados y comparten hasta las galletitas. Los chicos se acostumbran a compartir, a ver que el otro ser también siente, a que genera una reacción en todo lo que hace. Y esto me resulta maravilloso.

Pero no todos los perros tienen el don de ser perfectos para los niños. Y aquí es donde debemos estar atentos.

Si el perro se incorpora a la familia ya habiendo niños, éste suele adaptarse muy bien a esta manada. Pero cuando hemos tenido un perro durante muchos años como "hijo único", su reacción no será igual ante la llegada de un intruso que le saque su lugar. Los invito a ver la columna del día 15 de julio de 2019 en este diario, donde hablamos de la llegada de un bebé a casa.

Aunque amo a los perros, no puedo evitar conocer las estadísticas y saber que la mayor cantidad de mordidas se dirigen a niños. ¿Y saben por qué?

Los niños no suelen detectar las señales de descontento que el perro emite, es más, los niños muy pequeños, se divierten ante la reacción de dolor de un perro. Y hay perros muy protectores que soportarán el máximo de dolor que puedan, pero otros que no están dispuestos a sufrir por este niños que les tira las oreja, la cola, los pellizca e incluso los muerde.

Es muy importante que no dejemos solos a un niño menor de seis años con nuestro perro, o hasta que veamos que nuestro hijo entiende que no debe molestar a este ser que también tiene sus límites.

Muchas veces el niño invade el espacio del perro, su cucha, su comida o lo despierta cuando éste está descansando. Como padres debemos estar presentes e ir enseñando que eso no se hace.

También debemos explicar al niño que no debe tocar perros desconocidos. La mayoría de los pequeños se sienten atraídos en la calle o en la plaza por perros que andan jugando sueltos, tienen un imán especial por ellos, pero no los conocemos. Y el niño suele abrazar directamente al perro. A la mayoría de los perros no les gusta que los abracen, los asusta ver que una persona caiga encima de su cara y los niños suelen no fallar en este punto.

También debemos enseñarles a no acercarse a perros atados. El perro atado suele estar con un cierto nivel de estres, tiene muy delimitado su territorio, y un pequeño lo invade. Sus reacciones no suelen ser las más agradables, y suele ser la cara del niño la que sufre las consecuencias.

Los chicos adoran meterse en la cucha del perro, en su colchón e incluso en el sillón cuando el perro duerme, no todos los perros aceptan esto.

También es común que los niños que gatean se acerquen al perro e intenten morderlos. Los niños ven que los perros agarran todo con su boca, incluso pueden agarrar el ruedo del pantalón del menor. El nene aprende de este ejemplo y suele hacer lo mismo con su perro y es muy común que muerdan las orejas de su mascota. Imaginen que eso debe doler. La única manera que tiene el perro de manifestar su dolor es huyendo o tirando el tarascón. La reacción esperada es que el perro se aleje de esta situación, pero el niño suele perseguirlo hasta que este se siente arrinconado.

Entonces, es responsabilidad de los padres supervisar cada momento entre el menor y el perro. Al menos hasta que el niño sea consciente de lo que genera. También es responsabilidad de los padres enseñarles a sus hijos a respetar las mascotas, sus espacios, sus tiempos de descanso y su sensibilidad.

Muchos padres asustan de pequeños a sus hijos, para evitar así que se acerquen a los perros. Quizás evitan mordeduras de pequeños, pero están generando jóvenes y adultos temerosos a estos seres maravillosos que nos acompañan. Y hay mucha gente que tiene fobia y pánico a caminar en la calle en un lugar como este, donde los perros andan sueltos en todos los barrios. Este tipo de personas, son potenciales exponentes para ser mordidos en algún momento de su vida, porque su miedo no los hace actuar correctamente y el perro puede detectar esta señal.

Aquí hemos dado vuelta la página y me refiero al adulto caminando por la calle. ¿Qué debemos hacer si nos encontramos amenazados por un perro en la vía pública?

Si te sentís amenazado, no corras, no grites y no agarres ni un palo ni una piedra.

El correr te convierte en la presa de ese perro.

El gritar y moverte descontroladamente aumenta el estrés de ambos. Se que es fácil de decir pero no es fácil de manejar en esa situación.

No agarres piedras ni palos porque el perro se sentirá atacado e intentará defenderse.

Entonces, ¿que debes hacer??? Quédate quieto en el lugar, respira profundo intentando controlar tu ritmo cardíaco, cruza los brazos sobre tu pecho, eso te resguarda las manos y da mejor postura a tu cuerpo. Levanta la cabeza, una pose erguida ayuda a que el perro crea que no tienes miedo. Nunca mires a los ojos al perro que te amenaza, puede tomarlo como un desafío. A veces podes ayudarte emitiendo un grito grueso, como echando al perro de este lugar, una especie de advertencia. Bajo ningún punto de vista sigas caminando si el perro aún te asecha, debes esperar a que este se dé la vuelta y se retire por completo. Entonces podes seguir caminando fingiendo que no tienes miedo y a un ritmo normal. ¡No corras!

 

Espero que les sirva un poquito estas instrucciones y advertencias. ¡Hasta la próxima!

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