Buscan reflotar el proyecto de la balanza de camiones en el acceso a la localidad

Convocados por el futuro presidente del Concejo Deliberante, David Tressens, se formó una comisión de vecinos que trabajarán ad honorem la problemática del Corredor Bioceánico y los camiones de cargas que atraviesan la localidad.

En ese marco, uno de los objetivos es instalar finalmente la balanza de camiones que fue adquirida durante la gestión del ex intendente Ricardo Alonso.

Quienes integran la comisión son vecinos que han seguido y trabajado en la problemática durante muchos años. 

La idea es colocar la balanza en el puesto de Muelle de Piedra, en tierra de Vialidad Nacional. El proyecto habría tenido en su momento el aval del organismo nacional.

En el 2010 se sancionó la ordenanza que establecía la implementación de la balanza. Hubo dos licitaciones y se adquirió el instrumento. En el gobierno de Roberto Cacault, en el 2012, estuvo a punto de instalarse, pero el proyecto quedó trunco.

El actual intendente Guillermo Caruso, quién era el viceintendente, comentó a DiarioAndino que el inconveniente surgió por una cuestión técnica de la balanza que le informó en aquella oportunidad  el director de Tránsito de la Municipalidad, Eduardo Iborquiza.

La balanza estaría guardada en el Corralón Municipal.

Si bien nunca se llegó a colocar, el proyecto y la implementación de medidas de control de camiones generó en su momento el reclamo de varias empresas chilenas y argentinas.

Qué dice la ordenanza vigente
Entre otras cosas, la norma establece que el tránsito de carga nacional o internacional con varios ejes no podrá superar el máximo de peso de 45 toneladas. El Municipio realizaría el control de pesaje, de dimensiones máximas, verificación del contenido de cargas -no está permitido el transporte de cargas peligrosas-y control de velocidad con radares estableciendo limites específicos para camiones.

Aquellos transportes que superen el límite de peso y no cumplan con los requisitos, serán multados.

Por otro lado, el Ejecutivo podría establecer un régimen especial de circulación para los camiones con sustancias peligrosas, quedando prohibido el tránsito de productos y residuos tóxicos industriales. También se barajó el cobro de una tasa de seguridad a todos los transportes de carga que ingresen al ejido, salvo aquellos destinados a abastecer la región de los lagos con alimentos, materiales de construcción, combustibles y otros.