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"El Nahuelito existe"

Vecina de Villa La Angostura registró con su cámara un extraño fenómeno en el lago

Melisa Reinhold, joven periodista local, tomó fotos del momento y relató lo que vio.
13/02/2020
Vecina de Villa La Angostura registró con su cámara un extraño fenómeno en el lago

Calor, lago planchado y mucho sol. Así estaba la tarde del lunes 10 de febrero, alrededor de las 19, en la zona de Piedras Coloradas.

Melisa Reinhold, periodista oriunda de Villa La Angostura, estaba con su novio en una playa alejada cuando advirtió un extraño movimiento en el agua.

"Cuando el ruido del agua moverse sonó, instintivamente miramos hacia el lugar. El lago planchado comenzó a tener un oleaje extraño. Una sola ola entre tanta calma comenzó a alzarse a toda velocidad, con una sombra negra coronando el recorrido", relató Melisa.

En diálogo con DiarioAndino aseguró que "fueron segundos no más de que apareció esa cosa y después se volvió a sumergir".

Semanas atrás otros dos jovenes locales registraron un movimiento similar en la zona de Puerto Elma y filmaron un video.

Como suele suceder, se tejieron distintas hipótesis, ninguna con fundamento científico: una que señala que se trata sólo de un efecto visual provocado por una gran ola "fantasma" que dejan las embarcaciones grandes y que al chocar contra la costa rebotan y vuelven;  otra que apunta a la existencia de una especie de mantarrayas gigante;  y por supuesto, la tradicional leyenda del "Nahuelito".  

Por el momento no hay información oficial.

Compartimos aquí el relato completo de Melisa Reinhold:

"Dicen que es grande, que es gigante. Un monstruo milenario que habita en las aguas profundas de deshielo. Nadie sabe bien qué come, qué es o por qué a veces (y solo a veces) se muestra cuando hay poca gente atenta mirando al lago. Y aunque durante mucho tiempo fui escéptica, hoy doy fe de que el Nahuelito existe.

Ayer me fui a una playa con mi novio, muy alejados de todo. Ya era el atardecer y estábamos solos en la costa. Él, leía; yo, lo molestaba sacándole fotos. Por eso, cuando el ruido del agua moverse sonó (¿fue una trucha saltar?), instintivamente miramos hacia el lugar.

El lago planchado comenzó a tener un oleaje extraño. Una sola ola entre tanta calma comenzó a alzarse a toda velocidad, con una sombra negra coronando el recorrido. Me emocioné. Como tenía la cámara en mano, logré rápido fotografiar el momento, antes de que el monstruo se asuste con mi lente de gran alcance y vuelva a sumergirse en el Nahuel Huapi. Fueron segundos, acaso diez, pero que quedaron inmortalizados en la fotografía de un ser casi invisible.

Con Tobias nos miramos. Sin dar crédito a nuestros ojos le hicimos zoom a la foto. Con píxeles borrosos, típico de los momentos desesperados, vemos la forma de un ojo negro, de un pez con fama de dinosaurio. Fue el Nahuelito, no hay más dudas.

Al día siguiente, cuando llegué al pueblo y mostré la foto, me miraron sorprendidos y me dijeron que había captado al cuero. Me dijeron que son unas mantarrayas nadando en grupo y que debe de haber sido eso lo que vi. Pero a mi no me jodan, nunca vimos una mantarrayas en el lago.

Por eso yo voy a seguir diciendo que vi al Nahuelito. Porque entre explicaciones lógicas pero poco estudiadas y criaturas mitológicas, escojo creer en lo segundo."

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