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"CACERÍA DE BRUJAS"
La pareja varada en Europa aún no pudo regresar al país y en las redes aseguraban que estaban en la localidad
Bajo un perfil falso, un comentario en las redes aseguraba que Diego Merino y su mujer Marina Roma habían regresado de Europa y que Merino estaba circulando en la localidad sin cumplir el aislamiento obligatorio.
Lo que podría haber sido un rumor falso sin confirmar, con el humor social actual y la "cacería de brujas" que va ganando espacios en la comunidad, la "fake news" corrió como reguero de pólvora y hubo vecinos que fueron hasta su casa para verificar si era verdad.
"Salí rumbo a Argentina el jueves pasado desde París y en la escala en Londres no me dejaron abordar. Quedé varado acá...y tomándolo con soda, me alquilé un departemento por un mes y voy viendo que onda", cuenta a DiarioAndino desde Londres el vecino Diego Merino, y envió fotos del lugar donde están viviendo.
Sobre el rumor que circuló y sus consecuencias, explicó: "Dos días atras me llamaron del Hospital porque recibieron denuncias anonimas sobre mi, contagiando gente sin hacer la cuarentena. Ayer (rompiendo la cuarentena) fueron unas personas hasta mi casa y hablaron con Male (la hija de Marina, mi mujer) diciendo que me habían visto manejando.
Ante esta situación, Merino planteó: "En que pueblo estamos viviendo? Inventan un culpable y salen a cazarlo? Todos los ´buenos vecinos´ quieren sangre? agreden, persiguen y putean...y rompen la cuarentena y se presentan en mi casa...y la seguridad de nuestras hijas?".
Una "cacería de brujas" que se replica en todo el país
La cuarentena obligatoria extendida, la crisis económica y el temor por el contagio, generaron un caldo de cultivo para que se genere una verdadera "cacería de brujas" y enfrentamientos entre vecinos en todo el país.
Por un lado, justificado, hay una fuerte sanción social para aquel que incumple con la cuarentena obligatoria. Pero por otro, se generó una fuerte discriminación a aquellas personas que pueden estar más expuesas por su trabajo, si es un caso sospechoso o peor aún, si es portador del virus.
En Buenos Aires vecinos de un consorcio discriminaron a una médica que había alquilado en el edificio, prohibiéndole usar espacios comunes y hasta "tocar" los picaportes. Más cerca, días atrás cuando se conoció el fallecimiento de un hombre de Centernario por Coronavirus, algunos vecinos arengaban para ir a quemarle la casa y el kiosco a la familia.
En San Martín de los Andes se viralizó la lista de todos los contactos que había tenido la mujer que finalmente falleció por Coronavirus, una información sensible que encendió una verdadera "cacería" que por fortuna no terminó en violencia. La filtración de esa información confidencial ahora está en la justicia y hay nueve médicos que están siendo investigados por eso.
En Villa La Angostura, tras conocerse la existencia de un caso sospechoso que estaba internado en San Martín -que finalmente dio negativo por Coronavirus- mucha gente reclamó la identidad del hombre, exigiéndole a los medios y a las autoridades que difundieran el nombre, pese a que difundir la identidad del paciente es ilegal y viola su derecho a la intimidad, un derecho que todos gozamos.
