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La ONG Vida Silvestre envió carta al gobernador de Río Negro por la caza de Pumas

La ONG pide informes al gobierno rionegrino por la intención manifestada por el Gobernador Weretilneck de poner en práctica la ley provincial 763 del año 1972 que otorga incentivos económicos a productores agropecuarios que maten pumas.
20/04/2015
La ONG Vida Silvestre envió carta al gobernador de Río Negro por la caza de Pumas

Desde Vida Silvestre enviamos una carta a la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia de Río Negro, manifestando nuestra preocupación ante las declaraciones del Gobernador Weretilneck de poner en práctica la ley provincial 763 del año 1972 que otorga incentivos económicos a productores agropecuarios que maten pumas.

Esta Ley Provincial va en contra de lo establecido por la Ley Nacional 22.421, de Protección y Conservación de la Fauna Silvestre, que declara a la misma de interés público, haciendo de su protección y uso racional una obligación del Estado. A su vez, de tomarse decisiones en ausencia de certezas científicas, se vulnerarían los principios sostenidos por la Ley Nacional 25.265 Ley General del Ambiente.

Es por ello que solicitamos información técnica que justifique la puesta en práctica de la Ley Provincial 763 del año 1972 como: copia del instrumento legal que regula la implementación de la Ley Provincial 763 al que el Sr. Gobernador hizo referencia. Asimismo, de haberse conformado la Comisión Central de Lucha contra las Poblaciones Animales Silvestres prevista en el artículo 2 de dicha ley, quiénes son sus integrantes; Grado de avance en el desarrollo e implementación de medidas de mitigación no letales; Si existen estudios poblacionales actualizados de las especies silvestres afectadas por la norma y que permitan inferir el posible impacto de la aplicación de la medida; Registro y estadísticas oficiales de las situaciones y/o eventos de predación de grandes carnívoros sobre ganado doméstico, y una estimación del daño económico derivado de dichos eventos.

Hay que tener en cuenta que hay métodos no letales que son eficaces para el manejo de las situaciones conflictivas entre el ganado y los pumas que sólo requieren cambios de orden práctico en la cultura de trabajo de los productores. Plantear la eliminación física como única respuesta significa perder de vista el escenario total. Esto es un lujo que considerando el estado ambiental del mundo actual, no podemos permitirnos.

Ya en 2012, desde Vida Silvestre expresamos nuestra preocupación por la vigencia de la Ley Provincial 763 del año 1972, , a través de una nota firmada por 20.000 personas, en apoyo de la derogación de la medida, junto con una serie de propuestas de medidas no letales recomendadas para analizar su posible implementación. En ese momento nos comunicaron que si bien la Ley estaba vigente no se había reglamentado su implementación y que se estaba iniciando un proceso para el desarrollo de mitigación no letales para las interacciones negativas entre predadores silvestres y ganadería.

Desde Vida Silvestre nos ponemos a disposición a fin de colaborar estableciendo vínculos entre la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Río Negro y expertos en la temática que puedan realizar aportes científicamente fundados sobre medidas de mitigación no letales.

Sobre el conflicto entre pumas y productores

El conflicto entre productores agropecuarios y animales silvestres es tan antiguo como la actividad misma. Desde entonces, y con un énfasis dramático en las últimas décadas, los ecosistemas silvestres y las especies que los habitan han ido perdiendo esta disputa sin consideración a lo que se pierde con ello en términos de servicios ambientales como la calidad del agua, de los suelos, secuestro de gases de invernadero, control de especies portadoras de zoonosis, desarrollo de actividades económicas no extractivas como el turismo –tanto o más lucrativas que las otras y con mejor distribución de los beneficios-. Cuando se implementan este tipo de medidas sabemos lo que supuestamente ganamos pero no tenemos dimensión de lo que perdemos con la afectación del funcionamiento natural de los ecosistemas.

El ataque a ganado doméstico no es un evento aislado, sino que es consecuencia de una serie de factores ambientales dinámicos que resulta en un conflicto. La competición del hombre por los mismos recursos alimenticios con el felino, eliminando por medio de la caza o forzando el desplazamiento de sus presas silvestres, puede provocar la disminución en las densidades de estas últimas y el establecimiento del ganado como única oferta alimentaria. Las prácticas y manejo ganadero y finalmente la distribución y abundancia de las presas son factores que predisponen a la especie a la depredación de animales domésticos.

En el caso del puma, es necesario resaltar que éste tiende a evitar la presencia humana y la de sus animales domésticos- que no forman parte de su dieta natural- siempre que el ambiente en el que viva le ofrezca áreas suficientemente grandes y con una oferta saludable de presas naturales. Al mismo tiempo, es importante destacar que no todos los individuos resultan problemáticos, sino que ocasionalmente algunos de ellos predan recurrentemente sobre animales domésticos. En este marco, es que existen posibilidades de aplicar una diversidad de acciones y medidas (incluyendo el control específico sobre individuos problemáticos), de menor impacto y mayor eficiencia que la lucha indiscriminada contra la especie.

 

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