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EDITORIAL

Esperando el milagro  

La oposición está sumida en un letargo que termina siendo funcional al oficialismo. ¿Falta de reacción, desidia o intoxicación de corrección política?
20/05/2018
Esperando el milagro   

Del Editor al lector

“Se llama milagro a un hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”

El MPN le podría prender una vela, rezarle diez padres nuestros y ofrecer una bonificación especial a fin de año a la oposición. Es que pese a gozar de mayoría propia y de coincidir en muchos temas, por temor, sobredosis de corrección política o desidia, la oposición no reacciona. Mira aletargada  cómo la realidad la va superando y no logra encontrar la fuerza o voz necesaria para gritar que las cosas están mal y exigir explicaciones en los ámbitos institucionales que corresponde.

Tiempo atrás el secretario de turismo les dijo que se había equivocado en la interpretación  de la norma que regula las ATT y por eso había intentado habilitar a través de una excepción –sin pasar por el Concejo Deliberante- los departamentos del hotel Correntoso. También les dijo que el dictamen legal que recomendaba habilitarlos le servía para rechazarle al propietario la habilitación (sí, así de contradictoria es la explicación).Los concejales le creyeron, lo retaron y le pidieron que no lo volviera a hacer.

Pero meses después, el rebelde funcionario volvió a interpretar la norma a “su manera” y otorgó una habilitación como “cabaña” a los departamentos. Se basó, como siempre,  en otro dictamen del Mago de Oz. Los concejales, esta vez muy ofendidos, decidieron…pedir un dictamen externo a un abogado para que les diga si está bien o está mal y analizar si citan al funcionario a una interpelación.

“Es que sino queda como que es una cuestión política”, se escuchó en algún pasillo. Y si, lamento informarles a los señores concejales que los cargos que ocupan son políticos, y sus actos son políticos. Los eligió el pueblo para que hagan política; de la buena, claro,  no politiquería.

El concejal no solo tiene la obligación de sancionar normas, sino también de ejercer el rol de fiscalizador del poder Ejecutivo. Es una de las funciones inherentes al cargo. Los bloques opositores representan las minorías silenciosas que no votaron al partido gobernante. A su vez esas minorías conforman una mayoría que no votó al oficialismo. Ahí radica su verdadero poder.

Esta semana la comunidad se enteró a través de DiarioAndino que el secretario de Turismo rechazó sin mediar explicación una carrera que convocaba unos 600 corredores.  No se lo justificó a nadie, o al menos no a los que debía. En un abrir y cerrar de ojos le hizo perder a la economía del pueblo la posibilidad de tener buen movimiento turístico un fin de semana de temporada baja.

¿Y la oposición que dijo? Nada. Sólo la Cámara de Comercio salió a manifestarse y pedirá explicaciones al funcionario.

El Ejecutivo pagó millones –y cobra abultadas sumas a los vecinos-por una obra de asfalto mal hecha. Ahora contrató otras dos empresas para que rompan el pavimento recién inaugurado y hacer las obras necesarias destinadas a evitar que se inunden las calles. La funcionaria responsable aseguró que está bien, que se hacen así ese tipo de obras…

Una concejal al menos dijo que pediría informes…y con eso parece que alcanza. En el limbo del sueño de los justos aparecen cada tanto reacciones aisladas, algunos atisbos de liderazgo y cintura política. Pero son sólo eso, intentos.

Los temas mueren en los pedidos de informes. El oficialismo no responde, y todo queda ahí. “No sirve de nada denunciar, la justicia no hace nada”, se escuchó decir a un edil. Pero es obligación de los concejales denunciar si corresponde, al margen de si la justicia le baja o no el pulgar. En todo caso, esa justicia adicta deberá rendir cuentas a la sociedad. Mínimamente le costará la credibilidad y alguna vez, quizás, una renuncia.

Sin duda que después de leer estas líneas algunos concejales de la oposición se defenderán aludiendo a ejemplos, como el hecho de  que no han aprobado las rendiciones de cuenta de este gobierno, que han citado a funcionarios informalmente, que exigen informes y que se han peleado con el oficialismo más de una vez. Pero  desde afuera, esa oposición se ve tímida, como asustada, con escaso poder de reacción.

Del oficialismo no se puede esperar más que obsecuencia ciega ( lamentablemente). La vara para la oposición es mucho más alta. La historia les exige, les reclama que ejerzan su rol con fuerza.

Y en ese devenir constante de la historia,  los vecinos seguirán esperando el milagro. La gota “divina” que rebalse el vaso y despierte a una oposición dormida.

 

 Editorial DiarioAndino

 

 

 

 

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