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SALUD

La muerte súbita en bebés, ¿puede evitarse?

La muerte súbita puede sucederle a cualquier niño sano dentro de los primeros meses de la vida, especialmente entre el segundo y quinto o sexto mes. Aunque no se sabe la causa, hay algunas medidas que disminuyen las probabilidades.
27/05/2018
La muerte súbita en bebés, ¿puede evitarse?

 La muerte súbita de los niños, conocida como síndrome de la muerte súbita del lactante, porque sólo mata a los niños en estos primeros meses de vida, nada tiene que ver con la muerte súbita del adulto ni del deportista. Estos fallecen súbitamente porque padecen, sin saberlo, una anomalía en el corazón que les produce arritmias cardiacas, motivo por el que el corazón deja de bombear sangre a los tejidos.

Los niños pequeños mueren estando previamente sanos, con el corazón y el resto de órganos también sanos. La muerte súbita de adultos y niños tiene en común sólo el nombre que define que en ambos casos el fallecimiento sucede súbitamente, sin preámbulos. Los niños fallecen mientras duermen, los adultos realizando cualquier actividad, deportiva o no.

La muerte súbita es relativamente frecuente, puede sucederle a cualquier niño sano dentro de los primeros meses de la vida, especialmente entre el segundo y quinto o sexto mes (edad que tienen ocho de cada 10 de las víctimas), sólo en el 15% sucede en el segundo semestre de la vida.

Después del primer mes de vida, esta enfermedad es la que más niños menores de medio año mata en los países desarrollados. Cuando uno de estos niños, hasta entonces sanos, es encontrado, al ir a despertarlo, sin vida, la familia sufre un auténtico mazazo; una pesadilla que les genera con sentimientos de culpa por no haber podido adelantarse a este fatal acontecimiento. Además, la rapidez del suceso dificulta y retrasa el duelo, sentimiento necesario para aceptar adecuadamente la muerte de un ser tan querido. Por ello estos padres necesitan apoyo afectivo, soporte psicológico y mucha comprensión. Su dolor es tan grande que tardan mucho en recuperarse, en ser lo que eran antes del suceso.

Aunque se desconoce la causa de la muerte súbita del lactante, puede prevenirse con bastante probabilidad de éxito. Esta enfermedad que se conoce desde los tiempos bíblicos, desde mucho antes que los niños recibiesen vacunas, ha sido investigada con intensidad en las últimas décadas, desconociéndose la o las causas exactas que la producen. Este motivo ha permitido especular con más de cien hipótesis posibles, ninguna de ellas confirmada.

La última se relaciona con un trastorno en la secreción de serotonina en el tronco cerebral, lugar donde está situado el centro que organiza, automatiza y permite la respiración (Paterson D y cols. JAMA 2006; 1296:2143-4 y JAMA 2010; 303-5). Conocemos sin embargo que en los países occidentales el número de casos anuales se ha mantenido constante, a pesar de que el número total de niños fallecidos en el primer año de vida ha ido progresivamente descendiendo conforme mejoraban las medidas nutritivas, higiénicas y sanitarias. Éstas han sido decisivas para aumentar la supervivencia, pero no para bajar la mortalidad por muerte súbita.

¿Qué niños tienen riesgo?
-Sólo los niños pequeños, sobre todo los que tienen entre dos y seis meses. Los mayores de 12 meses de edad están protegidos.
-Los prematuros o con peso bajo para su edad gestacional.
-Los hermanos gemelos, especialmente en las siguientes horas del episodio. También los hermanos nacidos en los siguientes embarazos.
-Los hijos de madres adictas a cualquier droga, incluido el tabaco.
-No tienen más riesgos los niños vomitadores, tampoco los que regurgitan ni los tosedores. La vacunación, la fiebre que ésta puede producir, la fiebre por cualquier otra causa incluido los catarros, no predisponen a la muerte súbita.

¿Puede prevenirse la muerte súbita?
Aunque no se sabe la causa, se conoce con seguridad que las siguientes actuaciones disminuyen mucho la posibilidad de sufrir este accidente:

Dormir boca arriba. En Nueva Zelanda y otros países en los que existía la costumbre de poner a los niños boca abajo, con el objeto de disminuir el riesgo de asfixia por vómito, una campaña de divulgación consiguió que el cambio de postura, haciendo que los pequeños durmieran boca arriba; desde entonces el número de casos de muerte súbita descendió drásticamente.

La Asociación Española de Pediatría, la Sociedad Americana de Pediatría y la mayoría de las sociedades pediátricas del mundo se han unido a la campaña 'Ponle a dormir boca arriba'. Los niños sanos están protegidos contra el vómito, a través de la tos, tragar el vómito, despertarse o llorar evitando así que el contenido del vómito pase al pulmón. En el peor de los casos estos niños pueden sufrir una neumonía por aspiración pero no la muerte.

Evitar el humo del tabaco. Los niños cuyas madres fuman durante el embarazo y en el primer año de vida tienen varias veces más riesgo de padecer esta terrible enfermedad. Tampoco pueden fumar los padres delante del feto ni de su hijo nacido, predispone también, por tanto, nada de humo.

Evitar el sobrecalentamiento del bebé, esto se suele producir por introducir al niño en la cama de los padres, para dormir. Esta acción es adecuada para jugar, arrullar o acariciar al bebé, pero no para dormir. El sobrecalentamiento se produce también por tapar con ropa de cama excesivamente al bebé, estos deben dormir siempre con la cabeza descubierta.

Aunque no se sabe son seguridad, el uso del chupete protege contra la muerte súbita (Jenik AG y colb. J Pediatrics 2009; 1155:350-4. Hanzet M et al. Neonatology 2010; 97:61-6). La lactancia materna también parece proteger contra la muerte súbita, con seguridad previene otras muchas enfermedades, no sólo de la infancia, también en la edad adulta; además es el mejor sedante natural conocido, es barato, ecológico, por todo ello es altamente recomendable.

 Colecho: aseguran que reduce un 50% el riesgo de muerte súbita en los bebés

La polémica parece no tener fin. Cada vez es más usual conocer padres que adoptan la práctica del colecho. Ya sea como último recurso en busca del descanso ante un niño con múltiples despertares nocturnos, para facilitar la lactancia durante la noche, o como consecuencia de un concienzudo análisis de los beneficios de compartir la cama familiar.

Cualquiera sea la causa, y pese a que las voces en contra también son muchas, no son pocos los especialistas que recomiendan que los padres compartan la cama con el bebé por lo menos durante los seis primeros meses de vida.

En este sentido, un informe del Centro de Estudios alemán GeSID sobre el síndrome de muerte súbita del lactante, demostró que dormir cerca del bebé favorece la lactancia materna y reduce en un 50% su riesgo de muerte al mes de vida.

Es que durante el colecho, el niño duerme en sincronía con la madre y tiene acceso al pecho, de forma que el amamantamiento es más sencillo y menos agotador. Esto favorece a mantener la lactancia durante más tiempo, y en consecuencia, a su sistema inmunológico, al aspecto emocional y vincular que también ayuda a su desarrollo.

En línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, este tipo de sistema favorece el acceso del niño al pecho de la madre también durante la noche. Así, se incrementan las tomas nocturnas que son esenciales para el recién nacido ya que, en horas de la noche, el nivel de prolactina aumenta y el bebé encuentra mayor cantidad de alimento.

Y si bien muchas celebrities expresaron su posición a favor del colecho con la publicación de fotos en sus redes sociales en las cuales se encontraban descansando junto a sus bebés, la pregunta no puede dejar de hacerse: ¿cuáles son los beneficios de esta práctica? ¿Qué es lo que se debe tener en cuenta a la hora de implementarla?

Desde Unicef resaltan que "el lugar más seguro donde puede dormir un bebé es en una cuna junto a sus padres, por eso recomiendan elegir cunas adosadas a la cama ya que dormir con el bebé en el mismo lugar o en el sofá, es muy peligroso".

Las llamadas "cunas de colecho" cuentan con laterales desmontables, que permiten unirla a la cama de los padres y propiciar el sueño compartido.

"Este tipo de cunas aseguran todas las ventajas de un colecho sano ya que puede ajustarse a la cama de los padres de manera firme y segura gracias a su sistema de anclaje", indicó Silvina Meriggi, gerente de Marketing de Chicco, quien destacó que "de esta manera, los bebés pueden dormir muy cerca de sus padres , pero en un espacio propio".

Las llamadas "cunas de colecho" cuentan con laterales desmontables, que permiten unirla a la cama de los padres

Desde el observatorio de la marca elaboraron una serie de consejos para un descanso seguro y sano junto al bebé:

-Evitar el uso de mantas, almohadas grandes y animales de peluche, ya que pueden cubrir la cara del bebé, especialmente durante sus primeros meses de vida.

-Colocar la cuna lo más lejos posible de ventanas, estufas o aparatos electrónicos.

-Mantener la temperatura ambiente de la habitación entre 18°C y 20°C, y la humedad entre 40% y 60%.

-No fumar en las habitaciones donde se encuentra el bebé.

-Elegir una cuna que permita la proximidad del bebé a la cama de sus padres.

-Asegurarse de que no queden espacios entre la cuna del bebé y la cama. Esto podría dar lugar a que quede atrapado.

-Tener en cuenta que el uso de chupetes también protege al bebé contra el síndrome de muerte súbita del lactante durante el sueño.


 

Fuente: elmundo.es | porJuan Casado,  jefe de Servicio del Hospital Infantil del Niño Jesús y profesor de pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid./Infobae

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