Comercios locales realizan acciones para reducir el Impacto ambiental

Toda acción genera una reacción. Cada paso de nuestra vida cotidiana deja una huella ecológica que altera el entorno natural en el que vivimos. En Villa La Angostura no somos la excepción. Quienes la habitamos y quienes nos visitan somos todos responsables de cuidar la naturaleza que nos rodea.

Con nuestra nota de hoy, desde Agenda Verde nos propusimos visualizar algunas acciones verdes en comercio, gastronomía y hotelería para generar fuerza de contagio. Estas actividades son un eslabón fundamental en lo que refiere al impacto ecológico. Hay varios emprendimientos locales que ya despertaron su conciencia social y ambiental y están revisando sus prácticas cotidianas y activando su compromiso a través de la adopción de hábitos verdes, que ayudan a reducir la producción de residuos.

¿Por dónde empezar? La reducción de plástico es clave. Observamos chocolaterías que implementaron un cambio en los envases de los productos: bolsas reutilizables y las biodegradables, tanto en la presentación para la venta como en el correo interno para la distribución de sus productos.

Bolsa de almidón de maíz biodegradable que se entrega a los clientes que van a comprar chocolates, y necesitan una bolsa.

O este otro ejemplo, en el que la creatividad se pone al servicio del cambio generando la sorpresa en los clientes: en otra chocolatería-heladería se ofrece un chocolate si decidís no llevarte una bolsa plástica cuando realizas tu compra.

Chocolatería y heladería que premia con un chocolate a los clientes que prefieren no aceptar bolsas de plástico

¿Quién se anima a jugar el juego? El que empiece a creer que CADA COSA QUE HACEMOS CUENTA.

En gastronomía conocimos a Lemú – Barra rodante. Romina nos contó sobre su experiencia: una propuesta de servicio de bebidas con conciencia social y ambiental. Lemú utiliza vajilla reutilizable, sello con tinta biodegradable (casera), papel reciclado no utiliza sorbetes y prioriza la comunicación con pizarras y medios de comunicación virtuales para evitar la generación de residuos. Romina es asesorada por un técnico en medio ambiente, que le sugiere las formas en que el impacto ambiental de su barra rodante sea cada vez más bajo.

Barra rodante con pizarras para comunicar, chulengo y decoraciones reutilizadas en un evento de Empresas B.

En el restaurant 1853 también tienen muchos ejemplos que hacen de la experiencia gastronómica una oportunidad de reducción del impacto. Su propietaria, Milagros, nos contó cómo están trabajando para concientizar al sector. Después de visitar la planta de tratamiento de residuos sólidos diseñaron un circuito de reciclado y una iconografía para pegar en los tachos para la separación de basura. También compostan y tienen un pequeño vivero. No usan ningún plástico descartable. Y como cada semana cambian la carta, para no desechar tanto papel de los nuevos menús la carta se ofrece con un código QR, que se lee fácilmente con cualquier teléfono celular.

En ambos emprendimientos demuestran que en gastronomía la separación y el compostaje hacen la diferencia y ¡SON POSIBLES! Además, apuestan a fortalecer el circuito orientado a la economía circular y el consumo responsable eligiendo productos y materias primas zonales para así disminuir la huella de carbono, buscando que sus proveedores sientan compromiso con el medio ambiente y los clientes reciban productos locales y frescos.

La Casita de la Oma es un comercio tradicional de nuestra localidad y se caracteriza por ser pionera en algunas de estas prácticas. Allí además de hacer compost desde sus inicios en 1991 y reducir el uso de plásticos de único uso, reutilizan envases de sachets de leche como bolsas para entregar productos, y lo convierten en un paquete reciclado. Este es otro ejemplo práctico y fácil de implementar que reduce el plástico sin elevar los costos.

Es cuestión de animarse a empezar y poner en juego la curiosidad, creatividad y la capacidad de aprender. Por lo que nos cuentan todos estos comerciantes, los clientes reciben con mucho agrado todos estos gestos.

En el Apart Hotel Altos de Antilhué, por ejemplo, dado que los departamentos están equipados con cocina para uso de los huéspedes, allí se explica y ponen en práctica la separación de residuos que se realiza en la localidad. Esta es una acción que busca que el turista se sume, experimente y aprenda hábitos verdes. Mirta nos comentó que 9 de cada 10 personas muestran interés y ejecutan los consejos recibidos. Hay muy buena recepción, sobre todo en los jóvenes. Luego, los dueños disponen los residuos en los ecopuntos de nuestra localidad. Reutilizan elementos como las bolsas plásticas, compostan y utilizan detergente casero y orgánico, lo que moviliza la curiosidad de los visitantes.

Cartel que colocan en cada departamento de un apart hotel: en el recuadro se explica a los huéspedes cómo se separan los residuos en la localidad

Como comunidad nos parece importante visibilizar estas iniciativas. Si valoramos la diferencia que generan estos comerciantes que buscan un cambio en el manejo de sus negocios, nosotros podemos como clientes elegir hacia donde orientar nuestro consumo para generar una economía local más comprometida.

¿Qué otros emprendimientos locales se sumaron al cambio? ¡Seguramente muchos más! Los invitamos a publicar sus experiencias en nuestro sitio de Facebook agendaverdeangostura para celebrar que cada vez somos más y poder generar una red que siga impulsando esta fuerza positiva en Villa la Angostura.

Links a los comercios mencionados en la nota:

Apart hotel Altos de Antilhué: http://www.altosdeantilhue.com.ar/

Casa de Té Casita de la Oma: https://www.facebook.com/casitaoma/?ref=aymt_homepage_panel

Restaurant 1853: https://es-la.facebook.com/1853Ok/

Lemú Barra Rodante: Instagram @lemubarrarodante

Chocolatería y heladería Tante Frida: https://es-la.facebook.com/pages/category/Specialty-Grocery-Store/Tante-Frida-Villa-La-Angostura-167785813654423/

Chocolatería Mamuschka: www.mamuschka.com/

Autoras: Eugenia Ceraso y Mirta Salazar. Editoras de la nota: Odette Dub y Luciana Elizalde