Pedersen asumió nuevamente la presidencia del Comité Arturo Illia

El pasado martes (16/7) por la noche, se realizó el acto de renovación de autoridades en el Comité “Arturo Umberto Illia” de la Unión Cívica Radical local.

Asistieron las nuevas autoridades, afiliados y simpatizantes.

El acto e inició con la vista de un corto de 15 minutos "recordando al expresidente cuyo nombre lleva el Comité, y que rememora la asunción y la confabulación iniciada por un conjunto de medios y las fuerzas Armadas de entonces, encabezadas por el General Onganía.Acto seguido se dio lectura a la Resolución de la jueza electoral Dra. Carolina Pandolfi, aprobando la lista violeta y ordenando la proclamación de la misma a la Junta Electoral del Radicalismo que la había impugnado", sostuvo el Comité en un comunicado.

Posteriormente se leyó la conformación de las autoridades, que son:
Presidente: Gunardo Pedersen
Vice: Roxana Barahona
Secretario: Florencio Reymundo
Tesorera: Cristina Zulma Ferreyra
Vocales: Emanuel Valdebenito, Daniel Antriao, Lidia Garcia, y
Vocales suplentes: Jacinto Andino y Estaban Jaques

Roxana Barahona dio lectura a un texto del boletín “Voz Radical” número 243  que cerró el acto y que reproducimos a continuación:
…”Ante la desaparición física de Fernando de La Rúa, y a la vez la renovación de autoridades, no queda otra que pararse un momento y reflexionar.
Todo pasa, como dice la canción y cada vez, la vida se recrea y nace de nuevo. De esta interminable lógica ¿qué queda?

El sedimento queda. El aporte que cada uno hace a su familia, a su escuela, a su barrio, a su patria, y también a su partido político.
Estos – los partidos – no son una ley mosaica. “Ningún partido me representa” se oye por ahí. Lo expresamos alguna vez así muchos de nosotros, sin pensar que no es el partido unidireccionalmente que “me representa”. El partido es el instrumento.
Como un piano o una guitarra. Pero el que digita el teclado, o las cuerdas, es el que le da vida.

Por eso, amigo, vecino: No es solo el partido el que “me tiene que representar”. Es. ni nada más ni nada menos, que el instrumento. Y ojalá que a la hora de tocar ese instrumento, el ejecutante sea el mejor, porque el destino de
su concierto, de su canción, de su ritmo, es el pueblo. Cuando alguien tiempla las cuerdas (en este caso vocales o del instrumento), ojalá que exprese armónicamente la canción o la sinfonía del bien común.

El partido es también una comunidad de voluntades, pero su trabajo nunca termina, como nunca se termina la Primavera de Vivaldi. Es un conjunto de voluntades que debe sonar armónico.

Por eso, el partido debe ser la salvaguarda de un modo de pensar común, aunque quepan improvisaciones. Dentro de un partido no se puede tocar a la vez en clave de sol y de fa.

El partido tiene una identidad, e infinitas posibilidades. Pero la identidad es requisito para que el ciudadano tenga una idea, una fe, un creer de que luchará por ideales que comparte. O que al menos tiene un lineamiento que lo haga previsible.
Por eso, es que estamos al borde de la desaparición de los partidos.

Recalculando, dijo la gallega del GPS:
Vuelva atrás y retome el camino de sus convicciones. Los vecinos que se sientan fielmente interpretados, se lo agradecerán.
Afinemos los instrumentos, y esta sinfonía va en calve de sol.
Sol de la esperanza, sol del amanecer que recrea la voluntad de respirar, de mirar el cielo, de desear y luchar por una vida mejor.

Mientras, los mayores estaremos abriendo el paso a los de mediana edad, y a los jóvenes para que sueñen y luchen en el mismo deseo. Una sociedad más igualitaria. Y Justa.