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ECONOMÍA

Economistas advierten cierta "ancla temporal" de los precios, aunque siguen en niveles altos

Compartimos parte del informe de febrero realizado por el Departamento de Economía del IAE de la Universidad Austral. El tema: "precios" y contexto interno.
17/02/2020
Economistas advierten cierta "ancla temporal" de los precios, aunque siguen en niveles altos

*Por Martín Calveira

Necesidad de estabilización inflacionaria en el nuevo gobierno

  •  La inflación mensual minorista de enero fue 2,3%. Se sitúa en un menor nivel respecto del último semestre de 2019 y por debajo del promedio mensual del año 2019.
  •  El ritmo de crecimiento de los precios de la economía parece encontrar cierta ancla temporal pero en niveles relativamente altos. La nueva gestión económica espera efectos derivados de las fuertes restricciones monetarias y programas de precios.
  • Las restricciones cambiarias parecen tener efectos sobre la dinámica de precios. Cierta estabilidad del tipo de cambio puede ser más eficaz junto con el lanzamiento de programas de precios regulados.
  • Luego de un año de fuerte volatilidad y recesión la gestión económica deberá establecer un programa de estabilización no solo sobre los precios sino sobre los efectos generados en los ingresos de asalariados.
  • El ajuste de las cuentas públicas puede ser un factor relevante sobre la inflación pero es sustancial que la gestión implemente un programa que revea el deterioro de los ingresos y los desalineamientos de las variables de la economía.
  • El nivel general de precios minoristas (IPC) evidenció un crecimiento de 2,3% mensual en enero, registrando un nivel menos respecto al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central que fue de 3,5%.
  • Mientras que las proyecciones de inflación minorista de febrero se establecen en 3,1%.
  • El panorama inicial de precios es determinado por expectativas que se conformaron por la inflación anual del año 2019. Mientras que Índice de Precios Minoristas (IPC) se situó en 53% anual, el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró una suba de 58,5% anual.
  • La inflación del mes de enero 2020 registró un aumento mensual de 2,3%. Lo que la sitúa en el menor nivel desde julio 2019.
  • Se destaca que el rubro de mayor incidencia en la dinámica, Alimentos y bebidas no alcohólicas, registró una variación mensual de 4,7%.
  • Si bien con cierta disminución, la dinámica inflacionaria continúa determinada por la incertidumbre derivada de la ausencia de un programa de estabilización integral. El sesgo que notamos en la gestión sobre la necesaria reprogramación de deuda, se deberá ajustar a la necesidad de atender los desafíos que presenta el estado actual de la dinámica de precios.
  • El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), realizado por el Banco Central estima que la inflación minorista mensual de febrero se situará en 3,1% configurando un 51% anual.
  • Es cardinal que se establezcan estrategias que generen convergencia en las expectativas y decisiones de precios. Una puede situarse en acuerdos de precios de un mayor espacio de tiempo, y que alcance a todos los sectores formadores de precios.
  • La actualización del programa Precios Cuidados puede ser un elemento para establecer precios referenciales, pero no dista de ser un factor antiinflacionario dado su limitado alcance y su irrelevancia sobre las expectativas y las decisiones de los formadores de precios. 
  • Decisiones de precios en alta inflación no solo inducen mayores costos en toda la estructura económica, sino que ralentizan decisiones económicas y financieras. Sin dudas, el impacto sobre la economía real es la profundización de la recesión en el marco de alta inflación.
  • Si bien el ritmo de crecimiento de precios y las proyecciones REM siguen siendo desalentadoras en el corto y mediano plazo, notamos cierta reversión a niveles menores en un contexto de ausencia de volatilidad del tipo de cambio. No obstante, esto dependerá de lo que ocurra con el lado financiero de la economía.
  • El nivel general de precios mayoristas de diciembre de 2019, estimado a través del índice IPIM del INDEC, registró un crecimiento del 3,7% intermensual, acumulando un 58,5% durante el año 2019.
  • El costo de la construcción estimado por el Índice del Costo de la Construcción (ICC) en el Gran Buenos Aires registró un aumento de 1,7% en diciembre de 2019 respecto del mes anterior. Este resultado surge como consecuencia del alza de 2,4% en Materiales, Mano de obra en 1,1% y 2,5% en otros Gastos generales.
  • El poder adquisitivo total de los salarios (empleo registrado e informal) continúa con ajustes negativos respecto a la dinámica de precios minoristas y, más aún, por la suspensión del cálculo de actualización de los haberes jubilatorios. No obstante, se espera que la estabilidad cambiaria temporal y se hace notoria la necesidad de implementación de un plan antiinflacionario que minimice esos efectos negativos sobre los ingresos salariales.
  • En ese sentido, una medida parcial de ajuste puede notarse al observar que en el período enero-noviembre del año 2019, el promedio mensual de crecimiento de los ingresos totales fue 3%, el cual fue menor al crecimiento mensual del IPC registrado en 3,6%.
  • Las últimas estimaciones del INDEC muestran que el índice de salarios del total registrado tuvo un crecimiento de 2,3% en noviembre de 2019 respecto al mes anterior, resultante del incremento de 2,8% del sector privado registrado y un aumento de 1,7% del sector público. Mientras que el aumento en el sector no registrado estuvo en línea con el sector formal, pues la variación salarial mensual de ese período para el sector fue 2,3%. 
  • En la comparación interanual respecto de noviembre de 2018, el aumento de interanual de precios minoristas es sustancialmente mayor respecto a los salarios totales. Mientras que los salarios crecieron 40,7% interanual durante noviembre 2019, la inflación doméstica aumentó 51,4% interanual. Esto representa una contracción de los ingresos ajustados por la inflación doméstica de 10,7%.
  • Se torna sustancial que la gestión económica implemente un programa de estabilización a los efectos de introducir elementos relacionados a la minimización de los efectos contractivos sobre los ingresos de los asalariados. Esto es, una política de ingresos estable y coordinada con la política fiscal y monetaria. No solo a los efectos de evitar otra escalada negativa de redistribución de la riqueza, sino como un elemento de reactivación del consumo y de la demanda agregada. 

Mucha tensión con el pago de los bonos y un plan para recuperar crecimiento y estabilidad todavía ausente

Por Eduardo L. Fracchia

El mundo crece al 3,3% este año. Si bien desde 2009 fue positivo el escenario para los emergentes, siempre hay nubarrones. En esta línea de amenazas, destaca el coronavirus que afecta básicamente a China, el Brexit con repercusiones acotadas, la guerra comercial USA- China que se ha moderado y el amesetamiento de la región.

Trump va a ganar y se afianzará una economía americana en expansión no necesariamente por mérito de la gestión del Presidente republicano, sino por una fase económica expansiva desde 2010.
El presidente Fernandez (AF) continúa con buen nivel de imagen. Los votantes de Macri dicen que la gestión económica termina mal y los votantes K consideran que AF sacará al país adelante. Sigue la polarización.

El viaje a Europa fue positivo. AF fue elogiado como en su momento Macri. Hay buenas relaciones con el FMI y la expectativa que Trump vuelva a apoyar. Esto no deja de ser curioso porque Trump le había puesto fichas a Macri en contra del populismo K.
En la región, Brasil no ayuda mucho porque crece poco y plantea temas que incomodan al oficialismo. Solá en Brasilia moderó tensiones tratando de adaptarse al nuevo arancel externo común, propuesto para el Mercosur.

En estos dos meses (este texto es del 13 de febrero justo después del discurso de Guzmán) pareciera que lo sustantivo fue el ajuste fiscal y la preparación de la propuesta de deuda. Guzmán viene en lo académico del tema deuda, y existe riesgo en que se demore y no se avance en un plan integral de crecimiento y de estabilización. El gobierno insiste en que se va por etapas, pero para recuperar confianza es clave un plan consistente.

Pesce, en el Banco Central, avanza con política monetaria laxa. Las Leliq se pagan con mayor plazo y la tasa de interés baja. Fue un clamor del sistema productivo en tiempos de Cambiemos, pero tiene riesgos la política monetaria expansiva.

La actividad sigue fría porque el salario real, por inercia, está muy bajo y hay más desempleo. Las sumas fijas son incentivos incompletos para recuperar ingresos y las paritarias se sitúan cerca del 30 % con una inflación que va a estar en 2020 en torno del 45%. Evitar cláusulas gatillo es peligroso para los trabajadores sindicalizados y para el sector informal urbano. Los programas de suministro de alimentos del Ministro Arroyo son de gran impacto social, pero no afectan al consumo agregado que caerá este año por la reducción del ingreso real.
Por otra parte, seguramente para cerrar a cero el déficit primario -que es de un punto del producto- se va a recortar la ley de Macri de ajuste jubilatorio, con lo cual los jubilados recibirán seguramente menos de lo prometido por el gobierno “neoliberal”. Quizás los que tienen haberes menores obtengan un monto relativamente mejor.
Esta cuestión previsional suma dudas sobre la recuperación del consumo que es la  variable estrella de la macro para los K. Las otras dos claves son inversión y exportaciones, de las que se espera poco por el contexto de precios internacionales, retenciones e inseguridad jurídica para invertir. El cepo, la prohibición de girar utilidades y la violación de derechos de propiedad por el nuevo impuesto a fondos en el exterior, son perjudiciales para la inversión.

La inflación no es un objetivo central del gobierno. Para Fernández es un tema a conseguir recién en 2030, con 40 % en 2020 se festeja. Es una cuestión delicada que no descienda la inflación, a pesar del ancla cambiaria, el ancla de tarifas, el ancla de paritarias, el ancla de sueldos públicos, y los precios cuidados.


El sector externo sigue bien pero por la recesión. Esta supone descenso de importaciones que incluso se van a amarrar más con sistema de licencias. La cosecha pinta bien en toneladas y el clima esta vez sumó. Los precios compensaron un poco un impuesto tan nuestro como son las retenciones.


En cuanto al sector real se observan problemas en la cadena de pagos, hay empresas importantes como Ribeiro, Vicentín y Garbarino con tensiones serias de deuda.


La actividad, si se concreta para bien la renegociación de la deuda propuesta por Fernández, y con una recuperación parcial del consumo, puede dar un crecimiento del 1% en el PIB durante 2021, con 30% de inflación el año que viene.

Esto puede complicar la elección de medio término, a la que se llegaría con una macro complicada y pobreza cerca de 35%. A favor del gobierno juega que la oposición no va a ser fuerte en 2021
por la fragilidad del Pro y por su alianza débil con el radicalismo.

Respecto a la deuda pareciera que viene una quita fuerte a bonistas. Esto supone una postura agresiva. No se espera mayor superávit primario sobre la mesa como ocurrió en la solución uruguaya. Stiglitz pide una quita grande. Cristina aspira a una quita de quien no puede hacerla por sus propios estatutos, el Fondo Monetario. Son señales confusas.

El tipo real de cambio puede atrasarse si no crece al menos 20 % este año el nominal. Pareciera que hay vocación de populismo cambiario para no corregirlo para arriba, lo que si sube es el dólar informal con una brecha por ahora manejable. Si se descuida la emisión, se amplía la brecha.

Las provincias parecían que estaban sanas fiscalmente, pero aparecieron deudas, tema complejo. El caso más notorio es la provincia de Buenos Aires. Se presentaba bien llevada por Lacunza y Vidal, pero Kicillof percibe una situación muy límite. Su estilo de negociación en enero de amenazar para después terminar pagando es muy cuestionable.

Las reservas se han movido poco pero no estamos en un ciclo de acumulación. La tentación de emitir está a la vuelta de la esquina, esperemos haya un manejo prudencial de la moneda porque la demanda de dinero es frágil.

Desde 2012 estamos con problemas macroeconómicos que afectan directamente al plano social. Se administran las empresas en un contexto de deterioro. Hay historias de éxito e incluso hasta unicornios, hay empresas rentables pero el panorama general es de atraso e impotencia con una capacidad al 50%. El peronismo, esta vez sin billetera, tiene otra nueva oportunidad, pero pareciera que en base a regulaciones, controles y cambios de reglas de juego como las planteadas al sector intensivo en conocimiento, no vamos a arrancar. Seguimos esperando todas las cartas de los policy makers, por ahora ocultas.

El sector energético, en particular, es clave. No existe un plan integral para el área, se pone mucha expectativa en Vaca Muerta pero el nivel de fracturas hidráulicas no ha crecido mucho en los últimos meses.

En definitiva, estamos con mucha expectativa, nos sorprende que el Fondo esté tan cercano después de haberle fallado. El mundo no nos cree y por esto el riesgo país es 2000 y no 200 puntos básicos, como en el promedio de la región, sin considerar a Ecuador y Venezuela. Hay que ver cómo avanza la bien tratada negociación de la deuda, el Plan “guardado”, las decisiones del día a día del gobierno, y la reacción del círculo rojo a las propuestas del oficialismo.

 

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