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ARCHIVOS DEL SUR

La primera escuela del paraje Correntoso

En esta nota de Archivos del Sur, Coti Carmoney cuenta la historia de la primera escuela y el contexto de Villa La Angostura en la década del 20´.
09/05/2020
La primera escuela del paraje Correntoso
El maestro Perez y señora junto a alumnos y padres.
El maestro Perez y señora junto a alumnos y padres.

Las memorias de doña Coti Carmoney son insuperables por dos cosas: por un lado la forma que narró su larga vida y por otra la precisión de sus vivencias que nos permite obtener un registro impecable de un sinfín de acontecimientos históricos. Por eso fue nuestro primer libro editado por Archivos del Sur en el año 2005.

Hoy queremos presentarles sus vivencias de alumna en la primera escuela que funcionó en el paraje Correntoso. Fue testigo clave de esas primeras generaciones de chicos que asistieron a la educación pública en la localidad. La mayoría de ellos eran mapuche o chilenos. 

Recordemos que Coti nació un 19 de mayo de 1922 en Selvana. 

 

El miércoles pasado presentamos en Diario Andino una entrevista al pedagogo Nano Balbo sobre “La escuela después de la Pandemia” y aprovechamos para que nos cuente con que bagaje llegaban los maestros a las escuelas rurales de la cordillera y el conflicto de la negociación cultural:

 “La escuela es una institución añejamente urbana. Cuando va al ámbito rural vemos que la disposición del edificio es urbana, el maestro tiene formación urbana, los materiales son urbanos, todo es urbano y se encuentra con un alumno que viene de una cultura rural que no la puede decodificar.

Para que esa escuela sea pública no le queda otra que colonizar porque termina imponiendo la cultura de la escuela por sobre la cultura rural. Los maestros más piolas que encontramos en nuestra provincia, muchos en la zona rural se dieron cuenta de esto y por intuición se dejaron influenciar por la cultura de sus alumnos y vieron que era mucho más fructífero esa negociación cultural que hicieron, no por directivas sino porque eran buenos tipos y por respetar a su alumno. Todavía hoy el desafío es ese. 

La escuela pública es la escuela democrática. En la escuela se negocian culturas, se negocian modas y lenguajes, todo lo que significa un patrimonio cultural. 

 A muchos de los alumnos se les obliga a renunciar a su patrimonio cultural  para poder transitar por el sistema educativo y cuando salen de la escuela lo pasan a buscar. Ahora, ese alumno está con su patrimonio cultural la mayor parte del día ya que en la escuela  está sólo 4 horas, entonces termina yendo a la escuela como Sí, porque actúa en función de lo que el docente quiere escuchar y no dice lo que piensa porque tiene miedo a no poder transitar”


Archivo Parques Nacionales

La primera escuela de Villa La Angostura se creó en 1928 y se inauguró el 2 de mayo de 1932 en el paraje hasta entonces conocido como Correntoso. Allí asistían pobladores de zonas distantes como el Chucao, Machete, Rincón, Macal, Última Esperanza, Cumelén, Puerto Manzano y el Colorado, para educarse bajo la tutela del Señor Rodolfo Henry, su primer director (Libro histórico de la escuela N° 104). Estaba ubicada frente a la Isla Menéndez, en el medio del monte en donde hoy está la Universidad de Cuyo. Al estar a orillas del Nahuel Huapi el frio noroeste era demoledor.  Era una casita rosa con piso de tierra, un lugar humilde con bancos y un pizarrón. 

 (Informe final de los resultados del Relevamiento Territorial, histórico, social y cultural de la comunidad mapuce LOF PAICHIL ANTRIAO - HUELLAS Y SENDEROS)

A continuación la entrevista a doña Coti. 


Archivos del Sur

Lean atentos ya que intentaremos obtener muchísimas conclusiones de esta nota en próximas entregas en especial como fue el proceso de argentinizar a niños mapuche y chilenos.

La escuela (que se llamaría 104) después de la llegada del primer Puesto Policial a orillas del rio Correntoso fue la primera presencia real y continua en el tiempo del estado argentino en la frontera con Chile.

 La infancia, la escuela

La primera alegría que tuvimos grande, fue cuando empezamos la escuela, cuando cantamos el himno nacional y la tristeza grande fue cuando murió mi padre, que fue en 1935 el 12 de diciembre ( el papá de Coti falleció haciendo el camino de los Siete Lagos en cercanías de Ruca Malen) .

Cuando cantamos el himno nacional, nosotros decíamos: -“Las liebres del mundo responden” ¿Vió? Ja ja  ja.

Llegamos a la casa y el papá dijo - A ver que les enseñó el maestro,- ¡Ay! papá que lindo, lo que cantamos, -¿Qué cantaron?,  -¡Ay! un canto que dice:  -” Las liebres del mundo responden al gran pueblo argentino salud,- ¡Qué lindo!, bueno dice:  - Mañana me traen esa palabra bien clarita, ¡Eh!.

Van a la escuela, pongan cuidado en que les enseña el maestro, no que estén así, ¿las liebres? ¡Cómo se les ocurre que las liebres del mundo van a responder!, ¡“Oeron”!, eso tiene que tener otro significado, ¡Escucharon! Mañana sin falta lo quiero saber.


Crédito:  Libro Histórico de la escuela 104

Nosotros cantábamos “las liebres del mundo responden”, jugando, ¿vio?, era porque nos había gustado tanto. 

Fuimos a la escuela, cantamos el himno nacional y decía: - “las liebres del...” bueno quedamos así. Nos veníamos ya, y yo le digo a David (su hermano): - yo voy a volver, pero, ¿A qué?  Me dice – pero viste que  decía las liebres del mundo y papá  nos va hacer algo, bueno - volvé, pero el maestro te va a retar, - ¿Qué me va a retar por preguntarle?

Fui corriendo y me dijo el maestro - ¿Qué te pasó diablo que venís corriendo?, y yo le digo: - No, señor discúlpeme, ¿sabe qué? ¿Qué es eso  que cantamos que dice “las liebres del mundo responden”?

¿Cómo que es eso?, me dijo:  - ¿Qué les enseñé yo?, ¿Qué es lo que cantaron?, ¿Eso? ¡No! , yo no les enseñé que digan eso. 

Disculpe señor, porque no entendimos y mi papá quiere que llevemos bien claritas esas cosas. – ¡Ahh!,  eso es un padre. Vení para acá,  parate ahí.  Dice: - “los libres del mundo responden al gran pueblo argentino salud”, y  no es eso, es el HIMNO NACIONAL de nuestra patria, ¡Eh!, ¿Cómo  que es eso?.- Disculpe señor-,  -¡Repetilo! Me lo va a repetir 10 veces.

Me lo hizo repetir 10 veces y - ¡Cuidado que tenga que venir tu pobre padre acá, por  ustedes!, ¿no?,  porque yo estoy para eso, para enseñarles.

Los libres del mundo responden al gran pueblo argentino salud,  eso es el  himno nacional argentino, respetuosamente las cosas de nuestra patria, ¿Oeron?.

 - Si, señor. Bueno me “jui”, y “los libres del mundo responden al gran pueblo argentino salud”, y David  me dijo:  - ¿Conseguiste algo? 

 Le digo: -  los libres del mundo responden, no son las liebres, ja, ja.

 Llegamos  a la casa ¿Y? ¿Qué fue? -  Si papá, estábamos equivocados, son los libres del mundo y no es que es eso, es el himno nacional argentino y ¡qué bonito es papá!

 ¿Vieron? Así se  educan los chicos, ahora me pongo contento. Y nosotros contentos

 ¿Cómo era la escuela?


Crédito:  Libro Histórico de la escuela 104

Estaba en la Isla Menéndez, de este lado.

Era una casita como esta, ¡No! Esto es un chalet como escuela. 

Tenía piso de tierra, era así nomás, muy humilde, unos banquitos bien pobrecitos, un pizarrón y patio era todo, porque era todo monte, claro, no había nada, así que esa era la escuela pero, con mucha  educación el maestro tan bueno. 

Era padre, era maestro, era compañero, era amigo.

Que  nos pegaba en ese tiempo ¡si!  Nos ponía las manos así, pero para  nosotros eso no era nada, porque él era algo hermoso.

 ¿Un solo maestro?

¡Un solo maestro!, ¿Sabe lo que es? 

Que yo siempre les digo: - dejó todo, pobrecito, era del Chaco, y mi padre, cuando nos llevó a la escuela dijo: - ese es un maestro.

Señor  maestro: - estos son mis hijos, cualquier cosa que hagan de mal, mándeme una nota. Es un maestro, este hombre dejó todo en su pueblo, para venir a este lugar a sufrir como nosotros, con el barro, con las heladas, con la nieve, con las grandes lluvias, con el frío grande, sin tener una casa, porque tenía un rancho nomás el maestro, donde cocinaba la señora con cuatro chicos, dejó todo por una  educación para ustedes, así que lo van a respetar más que a mí, ¡“Oeron”!

 Ahí  deben tener el respeto, porque yo como padre, yo les puedo pegar, pero el pobrecito viniendo de tan lejos, va a sufrir un montón acá, y dijo el maestro: - desde ya sé que voy a sufrir, pero estoy para esto, pero con el apoyo suyo Carmoney, si todos los padres vienen y con este apoyo, vamos a salir adelante, vamos a combatir el frío y todas las cosas malas.

 Y así “jue” y cuando nosotros nos portábamos mal, el maestro nos decía: -chicos vayan a la costa, busquen piedritas, medias cantudas. 

Nosotros sabíamos que eran para la penitencia y nosotros íbamos corriendo y traíamos las chatitas, bueno, señor: - acá trajimos las piedras, -pónganlas allá y ahora se hincan ¡Ahí! , ¡Una hora!  Bueno nos hincábamos, pero eso no nos hacía nada, ¿Vió?  ¡Porque eran chatitas las piedras! Y ahí estábamos, con la manito atrás y ninguno se movía, ¡Eh!

Nosotros le teníamos un respeto enorme al maestro. 

Para nosotros el maestro era lo más sagrado que podía haber.


Crédito:  Libro Histórico de la escuela 104

¿Cómo se llamaba el maestro?.

Sergio Alberto Pérez, la señora no me acuerdo, era tan buena la pobrecita.

Ella daba también clases de costura.

¿Y el maestro que cosas les enseñaba?

Oh!!!! Todo de la patria. Nosotros sabemos todo por el maestro, todo, todo. Ninguna otra cosa, decir extranjera de nada. Nunca, siempre fue la patria, y la primer poesía que nos enseñó, era linda y yo la aprendí enseguida, era cortita.

¿Se la acuerda?

Si, yo me acuerdo todo, esa poesía  decía :

 el 25 de mayo, 

el patio de mi escuelita, 

se vistió todo de fiesta,

  sol en todos los rincones, 

y flores en las macetas, 

a cada boca, una estrofa, 

sabor a patria nueva

  en cada pecho argentino,

  prendida una escarapela.

 Esa fue mi primer poesía, pero si yo sé un montón.

Acá agarro a mis nietos y les explico: - Abuela y ¿Porque ahora no nos enseñan?, y no sé hijo. ¡Tantas cosas lindas que usted sabe! Y ¿Usted que decía abuela?

A nosotros nos ponía en fila el maestro, siempre saludando a la bandera y la otra sobre el hombro del niño y nosotros decíamos así: 

 La bandera blanca y celeste, 

Dios se la ha dado, 

no ha sido jamás atada

  al carro triunfal 

de ningún vencedor de la tierra, 

que flamee por siempre 

como símbolo de libertad, 

objeto y fin de nuestra vida, 

que el honor sea su aliento 

  la gloria sobre ola 

y la justicia su imperio. 

Decíamos:- buen día señor y entrábamos a la escuela.

 El maestro decía que el que miraba para abajo no era un argentino limpio, así, bien alto se pone el libro para leer, así se mira la bandera.

Era una persona cariñosa  que cuando tenía que ser duro era duro, lo que enseñaba era todo cierto, solito se las arreglaba con todos los grados.

Los maestros mágicos

 El maestro Pérez, ¿fue el único que vino para acá?

 No, el primer maestro que hubo fue Suárez y Henri (la escuela 104 se crea el 6 de julio de 1928, se funda el 2 de mayo de 1932. Su primer director fue Rodolfo Inabit Henri con una inscripción de 58 alumnos. El 18 de septiembre de 1933 es nombrado Julio Suarez. A mediados de julio de 1934 son trasladados y asume un 27 de agosto el maestro Sergio Pérez, libro histórico de la escuela 104)

Eran mágicos.

Eso también nos gustaba. Fuimos a la escuela, ¿usted sabe? que nos enseñaban a hacer magia y nosotros estábamos chochos.

Nos reunía a todos: - Vengan acá niños, bueno:- ¿ Ven esto? – Si señor.

Miren, ahora yo me lo como y vos me prendés un fósforo (le decía al otro).

Él abría, se ponía algo acá y el otro, prendía fuego y ¡pshhhhhh! le salía llama por todos lados. - ¿ Les gustó? – Si Señor.

- Tóquelo que es un huevo. – Si es un huevo. Bueno, daba la vuelta. Todos los chicos tocábamos el huevito. Se paraba al medio otra vez: - bueno ahora este huevito me lo como yo. Se lo tragaba y nosotros todos así...y después decía: - bueno a ver, a ver, a ver, el huevito que yo me comí, lo tenés vos. - No, Señor. A ver.... ¡Y lo tenía el chico!

Eso para nosotros era, ¡Era hermoso!. 

Hubiéramos sido mágicos si ese maestro quedaba. Ja, ja.

Después nos hacía ir a...había un árbol grande (a veces quiero ir a ver si está ese árbol, todavía ¿Vió?) y decía: - bueno, ustedes se ponen todos alrededor de ése, uno va a balar como vaca, el otro relinchaba como caballo, el otro maullaba como gato, el otro como perro, otro cacareaba como gallina. A nosotros mismos nos hacía hacer él y otro cantaba como gallo ¡ todo así!.

Y después no era más. Hacía otras cosas, que me parecen que mi hermano Anastasio todavía sabe algo. No le he preguntado porque se va  a enojar, algo sabía, había aprendido.

Y bueno: - váyanse niños, mañana vengan a la misma hora.

Y un día mi papá me llamó: - vengan acá ¿Qué es lo que hacen ustedes en la escuela? ¿A ver los deberes? Cómo me pasó esto que no me había acordado que estos chicos van a la escuela? ¿Qué hacen? - Nada papá, - ¿Cómo nada?

Y todos los padres empezaron a apretar a los chicos y tuvimos que decir que hacían magia, que estábamos aprendiendo.

Yo no sé si eran los Meier, si los Meier pare... que estaban ya viejitos.

Ellos hicieron hacer una nota con un guardabosque que es muerto también, que es el padre de Dorita Barbagelata. (Andrés Beros)

Si, hicieron la nota que el maestro enseñaba magia. 

Y los echaron a los dos maestros y ahí vino el maestro Pérez, sino nosotros hubiéramos sido todos mágicos, ja, ja, ja.....Pero era lindo para nosotros ¿Vio?  


 Se acuerda se sus compañeros de clase, ¿por qué no nos habla de ellos?

Están  todos muertos ahora, los Chumuy, fuimos compañeros de escuela, el Herminio,  José María, Pancho que es el único que vive de los Chumuy y después estaban los Santana, que ellos están todos muertos padre y madre, también estaba Sandalio Carlos. De las chicas no me acuerdo el nombre, todos están muertos. Estaban los Ruices, que vivían del otro lado de la Isla Menéndez, también están muertos no queda ninguno, y los Barría, todavía quedan unos pocos, si todavía quedan de los compañeros de escuela, unos  Ferreira pero no están , están muertos todos, si  somos ¡¡reviejos!!,

Lo que pasa es que mis compañeros murieron muy jóvenes, los Santana y los Ruices murieron jovencitos, iban muriendo unos tras de otro. 


El sábado 15 de mayo el pueblo cumple 88 años desde su fundación. En la próxima entrega hablaremos de este hecho histórico.

 Para contactos

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