Entre Pandemias y arquitecturas: dos turinenses en Villa La Angostura

Foto: Liliana Pittarello junto a Susana Ferrari entrando al Seminario sobre don Augusto Ferrari en la Facultad de Arquitectura Córdoba

Por Gerardo Ghioldi

Liliana Pittarello y Riccardo Bedrone son dos italianos de Turín a los cuales la Pandemia los atrapó en nuestro pueblo a mediados de marzo.

Fue a fines de febrero que llegaron a Córdoba para participar del Seminario organizado por el arquitecto Horacio Gnemmi de la Universidad de Arquitectura de Córdoba sobre la vida y obra de mi abuelo materno, el pintor y arquitecto piamontés Augusto Cesar Ferrari, autor entre otras de la magnífica Iglesia del Sagrado Corazón más conocida como la Iglesia de los Capuchinos en Córdoba capital. Hace unos años Liliana se jubiló y empezar a interesarse y apasionarse por la obra de los artistas arquitectos italianos que emigraron a la Argentina a fines del siglo XIX y principios del XX.

Riccardo Bedrone es arquitecto y fue hasta hace muy poco, profesor de Urbanismo del prestigioso Politécnico de Turín. Fue durante 17 años el presidente del Colegio de Arquitectos turinense. En el 2012, Argentina participó en la Bienal de Venecia con la presentación de un pabellón extraordinario como lo describió Magdalena Faillace, directora general de Asuntos Culturales de la Cancillería hace 8 años:

…Es una enorme instalación ideada por Clorindo Testa, maestro de arquitectos, en la que junto con un recorrido por nuestra historia e influencias arquitectónicas se exhiben también los proyectos ganadores en concursos nacionales e internacionales. Así, el presente y el pasado se iluminan mutuamente y se confrontan. La idea inicial se fue desarrollando y ampliando gracias al aporte de todo el grupo convocado…

Riccardo fue el responsable de llevar a Turín la muestra argentina en 2013 y luego realiza un convenio con Argentina para realizar en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires una Muestra sobre arquitectura italiana.

La arquitecta Liliana Pittarello por otra parte fue Superintendenta de Bellas Artes durante 40 años en el Ministerio de Cultura Italiano. Entre 1987- 1991 fue la Directora del Castillo Sant' Angelo en Roma, también conocido como el Mausoleo de Adriano que es una fortaleza situada en el margen derecho del río Tíber, a escasa distancia de la Ciudad del Vaticano.

Desde  su cargo en el Ministerio (1991– 2007) fue la responsable de las actividades en la designación de Génova, como Capital Europea de la Cultura en 2004. Junto a su equipo de colaboradores obtuvo el reconocimiento de la Unesco en la declaración de Patrimonios Mundiales de la Humanidad sobre Génova y Liguria en 2006-2007 y en 2010 de un nuevo reconocimiento de la Unesco en Piamonte.

No es solo el viaje turístico por nuestro país el que los trae una y otra vez a la Argentina.

El amor de Riccardo por este país empezó siendo niño cuando en junio de 1950 llegó junto a su familia a Adrogué. Los años de posguerra fueron muy difíciles, prácticamente había que reconstruir a Italia. Su papá, era técnico y decide trasladarse con su familia a Buenos Aires como representante de maquinarias metalúrgicas alemanas. Luego de un tiempo su familia volvió a Italia.

Esos años fueron extraordinarios para el pequeño Riccardo quedando grabados en su memoria y con las ganas de volver  a recorrer la vieja calle España en la ciudad del sur de Buenos Aires.

Ya en 2010, ambos jubilados, regresan a la Argentina para conocerla de norte a sur y Liliana Pittarello se interesa por la vida y obra del gran arquitecto piamontés Vittorio Meano constructor del Congreso de la Nación y junto a Francesco Tamburini y Jules Dormal fueron los creadores del teatro Colon.

Es en esa investigación que se interesa por la vida y obra de don Augusto. En Buenos Aires conoce a la familia Ferrari y luego de un largo trabajo de investigación logra el reconocimiento de don Augusto en 2018 en una hermosa y valorada exposición en la mismísima Academia Albertina de Turín donde don Augusto estudio pintura decorativa a principios del siglo XX.

Volviendo al comienzo de la nota, nos encontramos en Córdoba con Liliana y Riccardo para participar en el Seminario a principios de marzo. Al saber que vivía en la hermosa Villa La Angostura se animaron a viajar por la zona de Los Lagos. Y aquí les cayó encima la Pandemia y las medidas restrictivas de movilidad y encierro que todos conocemos.

Imagínense que solo nombrar la palabra Italia en esos días llevaba a todo tipo de pavores. Nuevamente se hicieron los estudios en la salita de Barrio Norte siendo tratados muy bien por los médicos y enfermeros que ahí trabajan.

Por lo menos tenían el papelito de que no estaban contagiados. Lo llevaban plastificado a todos lados como si fuera un pasaporte contra el miedo.

De a poco con un otoño espectacular como hace años no se veía por esos lares, empiezan a relacionarse con los angosturenses y por otro lado a recibir por Whats App todos los días las terribles noticias sobre la Pandemia que llegaban de primera mano de su querido y ahora lejano Turín.

A medida que se iban flexibilizando las medidas de cuidado empezaron a salir a la farmacia, al supermercado, a la despensa El Arbolito a metros de la casa donde consiguieron feliz alojamiento. El taxista Martín los lleva a recorrer nuestras bellezas y caminan mucho todos los días cuando el clima invernal lo permite. Compran chocolate casi a diario y un par de camperas en el Viejo Pastor. Se cortan el pelo con doña Olga y Pablo.

La preocupación por volver a su casa está siempre presente y así fue que me entrevisté con el Secretario de Turismo Alejandro Kuryluk para ver cuándo se puede montar el operativo retorno que significa para dos jubilados italianos un viaje largo e impreciso hasta llegar a Buenos Aires y luego esperar que la embajada Italiana pueda organizar un vuelo para repatriar a sus conciudadanos. Por otro lado solicitan que los italianos y europeos varados en la zona de Los Lagos se pongan en contacto con la Secretaria de Turismo de Villa la Angostura para tratar de organizar un viaje conjunto a Buenos Aires.

La estadía les permite perfeccionar su castellano y están muy contentos por estar en nuestro pueblo y por el trato recibido por los vecinos.

Como son ambos arquitectos y apasionados por el Patrimonio están estudiando la obra de Bustillo in situ. Los libros de arquitectura patagónica de la Biblioteca Bayer los ayudan a pasar las horas.

Mientras tanto si los ves paseando por el centro invitémoslos a tomar un cafecito con chocolate.

Gerardo Ghioldi