¿Cómo se va elaborando la realidad en tiempos de cuarentena?

Ya sea en lugares del mundo donde persiste el  aislamiento, el  distanciamiento social, las fases de ciertas libertades, flexibilización, en fin, nombres que intentan nombrar lo innombrable de lo que aún no tiene respuesta, hay consecuencias. Tanto en los individuos, como en las familias, así como también en las sociedades.

Hoy escuchaba una conferencia de España, vía las redes que nos permiten intercambiar experiencias, de países de donde podemos tomar cosas que han funcionado y no, dado que cada lugar inventa lo que le va sirviendo. Allí hablábamos de lo que en términos psicoanalíticos se llama los tiempos lógicos: Tiempo de ver, comprender y concluír, que explicaré en el programa de radio, y que si bien se piensan para transitar en un análisis, también se pueden pensar los tiempos a tramitar en un traumatismo, es decir, la irrupción de un real, como el coronavirus, que ha escapado hasta al saber de la  ciencia.

No hubo instante de ver, no se tuvo tiempo en Europa, aquí sí, por suerte, para darnos la posibilidad de prepararnos con cierta antelación; y ahora, no hay al parecer, en algunos casos, tiempo de comprender, es decir, de hacer los duelos necesarios de las pérdidas que se están produciendo, la mayor y más trágica son las muertes de miles de seres humanos, pero también otras: proyectos, sueños, trabajos, planes, etc.

Si bien decimos que en Psicoanálisis la realidad es fantasmática, es decir, tiene que ver con el inconsciente de cada ser hablante, hay la situación real que nos atraviesa a todos, y depende de con qué recursos cuente cada uno para poder afrontarlo.

Inmediatamente, tanto en Europa como en Buenos aires se ha dado una salida un tanto maníaca al salir a correr, al ir a las playas, sin cuidados por el otro, además de la urgencia por poner el cuerpo a moverse.

La salida de esta pandemia, como lo venimos planteando no será sin los otros, de a poco, sin desbocarse, con el deseo de volver a la vida que llevábamos, o mejor, sin duda es lo que anhelamos, y es un gusto enorme poder retomar algunas cosas, como encuentros, actividades, trabajos, rutinas, pero advertidos de que el cuidado por nosotros y por el otro tiene que estar.

Si no caemos en una negación bastante tonta, y la pulsión de muerte, que nos lleva a lo peor, aparece rápidamente.

Agradezcamos las posibilidades que tenemos en nuestra localidad y pensemos, que ya hemos recorrido un largo camino, los esperamos para conversar, muchas gracias!

Violeta Paolini, Psicoanalista, Miembro de la EOL y AMP