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ARCHIVOS DEL SUR

"Y un día, también tuvimos museo"

Archivos del Sur recuerda el Museo Histórico Regional en sus 25 años de vida.
21/06/2020
"Y un día, también tuvimos museo"
Lic.Claudia Della Negra, Silvia Dominguez (dirección provincial de cultura)y Mechi Palavecino -1999
Lic.Claudia Della Negra, Silvia Dominguez (dirección provincial de cultura)y Mechi Palavecino -1999

Mechi fue la primera empleada del museo, la pionera, y, como siempre sucede en esos casos, le tocó llevar la peor parte, trabajar a 5 km de su casa sin saber manejar y sin que el pueblo contase con servicio de colectivo urbano, pasar frío en edificios con escasa calefacción, no contar con línea telefónica cuando tener celulares era aún un lujo para pocos, esperar 6 años para lograr hacer comprar una computadora, no contar con personal de limpieza casi nunca porque “el museo queda lejos”, y muchas privaciones mas impensadas hoy,  ante la realidad actual del Museo.

Memorias de Mechi Palavecino, museóloga y profesora de Historia UNComahue.

“El Museo es una Institución permanente, sin fines de lucro al servicio de la comunidad y su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente con fines de educación, estudio y recreación.” Definición de Museo del ICOM, concilio Internacional de Museos.

Después de 22 años de ausencia, en abril de 1995 regresé, con mi marido y mis dos hijos pequeños a este, mi pueblo, con mi titulo de Profesora de Enseñanza Primaria. En el gobierno municipal estaba en ese momento Mariano Barria (Nano) último intendente NIC (nacido y criado, para los que no lo saben)  que tuvimos. 

Ese año la fiesta del pueblo tuvo que posponerse por el fallecimiento de nuestro querido obispo neuquino,  Monseñor de Nevares el 18 de mayo, hecho que sumió a la provincia en  duelo durante una semana. Con la realización de los actos conmemorativos se cortó la cinta de inauguración del Museo Histórico Regional, localizado en la casa del Director de la Ex Escuela Nº 104, ubicada en la Planta de Campamentos Educativos Nº 3 , en el Puerto. El Museo se inauguró y permaneció cerrado, como suele suceder generalmente, lo que generó críticas desde la sociedad y los medios locales, especialmente del periódico El Pionero dirigido por Arlette Neyens,  quien lo llamó “Museo por un dia”. Nano entonces me convocó para trabajar en él y desarrollarlo. Al contratarme, comenzó a funcionar entonces el Museo, era el 1° de Junio de ese año 1995 y es por eso que este mes, el Museo cumple 25 años de existencia ¡Sus bodas de Plata!  

El Proyecto del Museo lo habia escrito el director de Cultura en ese momento  Sr. Conrad Meier. Se preveia Histórico Regional y de Ciencias Naturales, y se habia hecho un comodato con un profesional del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, el Dr. Ferrariis, quien habia aportado 5 cajas con elementos  y libros, pero que nada tenian que ver con nuestra región.

Se pensó que el edificio a ocupar fuese toda la Planta de Campamentos, no solo la casa del Director, y que la planta se trasladase a las instalaciones que tiene la Provincia en Huemul, cedidas por Parques Nacionales. Esto no llegó a concretarse y por diferencias con el Intendente, Conrad renunció a su cargo sin que el Museo se llegase a abrir y sin dejar en el Municipio los elementos y fotografias que habia estado recopilando para ese fin. Nano contrató entonces como Director a Humberto Mülenphfordt , quien en poco tiempo debió conseguir el acervo necesario para exponer en  el futuro Museo.

Asi, el comedor de la casa, convertido en la única sala , se equipó con dos grandes vitrinas  prestadas por Cecilia Girgenti, Directora del Museo de la Patagonia de Parques Nacionales, y alli se exhibieron elementos de la vida cotidiana de algunas familias como: Avila, recuerdo especialmente una cámara fotográfica Kodak, con fuelle, muy antigua, una balanza con platos de bronce y pesas del mismo material, entre otras cosas, familia Matias,creo que era una plancha antigua, y no recuerdo que otras cosas mas, elementos del Ingeniero Naval Otto Mülenphfordt, abuelo de Beto, una colección de maquetas de embarcaciones que surcaron el lago,  confeccionadas por Jorge Mogensen, y fotografias antiguas de la región, del Archivo fotográfico del Sr. Ricardo Vallmitjana, de Bariloche.

La vitrina en el primer edificio del museo

Con esos elementos se inauguró nuestro Museo. El Edificio tenia dos habitaciones, que estaban desocupadas, un baño,  el comedor, que era la única sala de exposición, y una cocina, donde habia un escritorio de chapa.

Como la chimenea de la sala estaba anulada, no habia calefacción. El Sr. José Riffo, que era secretario de gobierno en esa gestión, me prestó, de su  propiedad,  una garrafa de 4 kg., con una hornalla, para que calentara agua para mi refrigerio y yo la dejaba encendida abajo del escritorio asi lograba no congelarme ese invierno, que fue tan crudo.

Más adelante Edgardo Krembs me prestó una estufa Fensa, a kerosene y porteriormente se sacaron los ladrillos del hogar y me calefaccioné con leña, que siempre estaba verde y mojada. Recuerdo que Carlos  Tierno, que trabajaba en la Planta, me facilitaba astillitas para que lograra encenderla. Recuerdo también que una vez me visitó Estela Cúneo, arqueóloga de la dirección de cultura de Provincia y para trabajar conmigo se alquilo un equipo de nieve en el centro, por el frio que hacia dentro  del Museo.

Para desarrollar el Museo, yo salia a visitar a los antiguos pobladores a quienes conocia por haberme criado en este pueblo de muy pequeña, y les solicitaba elementos de su vida cotidiana, en préstamo, para exibir. Un dia visito el Museo el Sr. Werner Diem y manifestó su deseo de llevar elementos de su familia. Su padre fue un gran botánico y montañista. Conrad en ese tiempo seguia disgustado con el Intendente por lo cual nunca pisó el Museo mientras estuvo en ese edificio.

En junio de ese año hubo elecciones internas del Movimiento Popular Neuquino: la lista amarilla, respondia a Felipe Sapag y estaba representada por Miguel Cárdenas y la lista blanca, respondia a Jorge Sobich y estaba representada por Roberto Cacault. Triunfó la lista blanca. En las elecciones Municipales posteriores hubo dos candidatos que se consideraron ganadores, el Dr. Panessi, que representaba al peronismo y estaba apoyado por una lista colectora de la Unión de Centro Democrático, y el Prof. Cacault, que no reconoció esa colectora.

Esto fue un tanto extraño, ya que ambos candidatos se consideraron ganadores y pretendieron festejar el triunfo con su gente … el problema era que muchos vecinos no se animaban a ir al festejo por temor a que finalmente no fuese la lista ganadora. No querian quedar pegados. Cosas de pueblo, que, a la luz de los años,  me genera una sonrisa.

La justicia electoral intervino el municipio hasta que se dictaminó quien era el ganador, así asumió Julia Diez por tres meses aproximadamente. Julia era amiga de mi madre, y, conversando con ella, me sugirió hablar con Maria Esther Petrich, Museóloga, quien además es profesora de Historia y Geografía.

Maria Esther, con muy buena disposicion, me planteó, entre otras cosas, que  debia estudiar  Museologia como lo habia hecho ella, a distancia, y me dio todas las indicaciones del ISFD Nº8 de La Plata, único lugar en el país en ese momento, que tenia esa modalifdad (muchos de los compañeros Mueseólogos del interior del país han realizado su formación bajo esta modalidad en la misma institución, incluso venian compañeras desde Uruguay, ya que alli no existia la carrera).

Cuando asumió el Dr. Panessi le solicité permiso para viajar a La Plata a capacitarme y él accedio a mi pedido. El municipio me dio permiso, pasaje y viáticos. La carrera tenia tres años de duración. Asi, en mayo de 1996 comencé a cursar y posteriormente, Cultura de la Provincia, a cargo de  la Prof.Luz Font, me facilitó los pasajes y el Municipio, los viáticos. 

En esta época el Museo comenzó a conocerse en la región. Pudimos comenzar a traer invitados, entre ellos a la arqueóloga Ana Maria Albornoz, a dar una charla sobre las pinturas rupestres de la Isla Victoria, en Casa de la Cultura. En Cultura estaba Maria Elena Morán, Mara, como coordinadora y  conté con su apoyo.

En el año ‘98 por una inundación en el edificio, se decidió mudar el Museo a la antigua usina, donde está actualmente. El edificio habia sido construido por Parques Nacionales en sus inicios, hoy Patrimonio Municipal, desocupado por Prefectura, la que se habia trasladado al antiguo Correo (casa en la que crecí), pero que, Menem mediante, el correo estaba privatizado por lo cual ya no le correspondía al Estado darle ubicación.

Mudarme a la ex Usina fué un salto cualitativo para el desarrollo del Museo, ya que la sala de máquinas era de 7m x 5m, habia otras instalaciones y un piso superior. Fue posible trasladar la antigua canoa monóxila, hecha de coihue, que mide 6,5m por 90 cm de ancho y es de una sola pieza, un coihue ahuecado, que fue y es el elemento mas antiguo y valioso con  que cuenta el Museo. La misma habia estado en resguardo en el predio del Sr. Meier, cubierta por un techo. Conrad, en este tiempo se reconcilió con el Museo y comenzó lentamente a visitarlo y de a poco, a traer algunas de las cosas que habia atesorado. 

Transporte de la canoa.

El Dr. Panessi fue el Intendente que mas se ocupó y visitó el Museo, lo hacia periódicamente, no asi todos los que lo siguieron en esa función, quienes algunos ni siquiera lo conocen. Siempre sostuve y lo sigo haciendo, que esto sucede cuando nos gobiernan personas que no son de nuestra localidad, no tienen amor por una historia que no los representa, y aquí me refiero específicamente a los gobernantes, no a todas las personas, ya que hubo y hay muchos vecinos que se interesaron e interesan por la historia del lugar que eligieron para vivir y tratan de interiorizarse y rescatarla.

Esto lo vivi en el Museo, siempre tuve la desinteresada colaboracion de tantas personas que me dieron una mano  en la organización de las exposiciones, en la difusión de las charlas, en colaborar comprando cosas que se necesitaban, considerando que nunca  el Museo contó con presupuesto propio, siempre se dependió de Cultura y muchas veces para los directores habia otras prioridades. Traté de que el Museo mostrara la vida de los antiguos pobladores, de los vecinos comunes, no los que vienen al pueblo solamente en vacaciones.

Tenia elementos de familias como Colletti, Martinez, Martin, Monsalve, Pinuer, Sobarzo, Cárdenas, Barria y tantas otras. Segundo Cárdenas, a cargo de Parques y Jardines, fue la persona que desde el municipio mas se preocupó por ayudarme a resolver los problemas en ese momento, al punto que yo solicite depender de su dirección hasta que el secretario de Gobierno, Sr. Cassano le prohibio ayudarme.

Ese año 1999 invité a la localidad a Rodolfo Casamiquela,  investigador del CENPAT (Centro Científico Nacional Patagónico), de Puerto Madryn, a disertar sobre Pirámides y laberintos, fue una charla interesante. Por aquel entonces su presencia no generaba conflictos como si los hubo  más tarde cuando fue a disertar a la biblioteca Sarmiento en Bariloche, y afirmó que los mapuches venian de Chile, hecho este que generó una gran polémica ya que esta muy demostrada la falacia de esta afirmación, pero el Dr. Casamiquela era zoologo y no antropólogo. 

Casamiquela, Dr. Panessi y Mechi Palavecino.

En enero de 1999 se rescató del lago la segunda canoa monóxila que es parte de la muestra permanente del Museo. La misma fue depositada en el predio de Parques Nacionales que se encuentra frente al Museo, a sugerencia del Lic. Adam Hajduk y la Lic. Mónica Valentini, quienes propusieron conservarla hasta definir su destino en un piletón en el suelo, que se cubrio con nylon de alta densidad y se lleno de agua. Allí se colocó  la canoa, que estaba deteriorandose al ser sacada del agua y depositada en el galpón de chapa de Parques. El agua no se debia estancar. En ese tiempo tomé contacto con Romina Braicovich, que actualmente es licenciada en antropologia y especializada en arqueologia subacuática quien comenzó a monitorear las canoas para constatar su estado de conservación en el Museo. 

La canoa en el piletón

En el año 2000, para conmemorar los 5 años del Museo, colaboré con Maria Andrade en su cena de los pobladores que se hizo el en el Centro de Jubilados, Pablo Fraimber y Gerardo Ghioldi, desde la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer documentaron el evento. En ese tiempo la directora de Cultura fue Adriana Verdeccia, que entendia mucho sobre el tema del patrimonio, cosa que no siempre pasó con otros directores. La secretaria de Gobierno fue Susana March y en el 2001 se hizo la primer ordenanza de Defensa del Patrimonio Municipal, y se creó la Primer Comisión de Patrimonio, pero de esto hablaremos en otro momento.

Cuando falleció Nano Barria, creo que en el 2002, medio pueblo estaba en su velorio y entierro.  Personas que normalmente no se veian, se encontraban allí y tenian necesidad de comunicarse. En ese momento sentí que era muy injusto que los viejos habitantes de la “Villa antigua”, solamente se congregaran para enterrar a algun vecino, porque actualmente las actividades que se hacen concurren los nuevos habitantes y los viejos se van marginando. Conversando con  doña Panchita Martin en una oportunidad,  ellla me decia que no salia, porque cuando lo hacia no conocia a nadie, y ese es el sentimiento de muchos de los viejos vecinos ante el crecimiento aluvional que tuvo el pueblo desde la terminación del asfalto. A partir de esto, con Héctor Barbagelata decidimos hacer un encuentro de antiguos pobladores, para tener un espacio propio de socialización.

El problema que aquí se planteó fue ¿quien era “antiguo poblador”? y yo decidi que habia que poner un limite que lo fijara y fue 1980, porque consideré que hasta esa fecha la gente que venia a vivir al pueblo lo hacia respetando nuestra idiosincracia y asimilandose. Después de esa fecha comenzó a haber un crecimiento mas sostenido y con el menemato esto fue aluvional, como ya dije. En el gobierno de Roberto Cacault, se envió a trabajar al Museo a Enrique Rogel por unos meses, en esa gestión tambien logré que después de tantos años se comprara una computadora y deje de utilizar mi maquina de escribir. En el año 2003, se decidió que el Museo se debia trasladar al centro, al edificio que desocupaba Obras Públicas y que habia sido, desde 1972 aproximadamente, la segunda Usina del pueblo.

Esto porque en ese tiempo se habia generado el tema de los hidroaviones y se pensó que el edificio del Museo, sobre el lago, era un buen lugar para instalar la oficina de los mismos. La movilización de los vecinos del pueblo y de la vecina ciudad de Bariloche, logro frenar ese proyecto.  Actualmente funciona allí el Honorable Consejo Deliberante. 

Se contrató en ese tiempo a Marta Sobarzo, para trabajar conmigo, y ambas debimos realizar la segunda mudanza del Museo. Recuerdo que Conrad Meier se enojó mucho con esta decisión, porque él siempre sostuvo que el lugar ideal para el Museo era el Centro Histórico de la Villa, que es su Área Fundacional, en el actual Puerto.

Yo en parte coincidia con él, pero tambien pensaba que el Museo debia ser para el pueblo, y para los turistas, como valor agregado, y al estar en el puerto, la gente del pueblo casi no concurre alli porque queda incómodo, y los turistas, habiendo un buen cartel que lo señalice, van a todas partes. Con Martita realizamos un listado de antiguos pobladores, ya que no existía ese dato en el registro civil.

Barrio por barrio y manzana por manzana verificamos quien era antiguo poblador y quien no. Pudimos hacer eso gracias a que Martita nació aquí y conoce todas las familias, Chequeamos el listado con otras personas referentes, y asi llegamos a la lista que actualmente está en la Plaza de los Pioneros en el monumento. La hicimos al año ‘40, ‘60 y creo que ‘80.

Al estar en el centro, con una sala de 15 m x 25m, el trabajo del Museo se incrementó notablemente. Los alumnos de las escuelas concurrian a hacer sus trabajos sobre la historia local, a ver objetos, fotografias, los cuadros de los intendentes, de los cuales, tambien otro dia, contare su historia… Nosotras realizabamos exposiciones temporarias cada dos meses aproximadamente, saliamos a pedir cosas en préstamo a los vecinos, armabamos la exposición, para la inauguración invitábamos a todos, el intendente hacia la apertura oficial, y ofreciamos un vino.

Al momento de desarmar la exposición, generalmente los vecinos no querian que se les devolvieran sus pertenencias y preferian dejarlas. Fue la mejor época que viví en el Museo. Al estar en el centro, los vecinos lo visitaban frecuentemente y colaboraban con él, creo que recién en ese momento se tomo conciencia de su significado e importancia. Recuerdo que Lita y Tomasito Martinez traian tortas fritas y venian a tomar mate con nosotras, mientras miraban las cosas nuevas que exponiamos o me traian otras que habian conseguido.Trabajaron alli tambien en ese tiempo, Eduardo López y Héctor Pino. 

Yo tenia arreglos con los guias de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Cuyo, que me traian los contingentes  de50 personas semanalmente,  en el horario que ellos podian  y si era necesario,  les abria el Museo si es que no llegaban en horario. Cerro Bayo SA habia donado una gran maqueta del cerro que encantaba a los visitantes. Tuvimos también la cabina telefonica del Correo, que era de madera y muy grande ¡Recuerdo a los alumnos de las escuelas metiéndose alli adentro! ¡¡¡Una vez un nene me preguntó si era un ascensor!!!

El primer encuentro de pobladores lo organizamos para el 25 de mayo de 2005, solicité la parroquia ya que no queria utilizar espacios municiaples para no politizar el evento, y los invitados tenian que ser exclusivamente antiguos pobladores. Hicimos invitaciones para todas las antiguas familias y en mi vehiculo fuimos casa por casa a entregarlas, nos llevó varios dias hacerlo. Desde el municipio me decian que hiciese un llamado en los medios, pero consideré que era necesario que la invitacion fuese personalizada.

No es lo mismo escuchar la invitación por radio , o leerla en un medio que recibirla a su nombre en su domicilio, aunque  esta forma pudiera ser mas comoda obviamente.  Fue un éxito el encuentro, vinieron unas 80 personas a pesar de que nevaba y no se buscó a nadie, lo que dificulto que la gente que no tenia vehiculo pudiese llegar. Pero fue una hermosa experiencia. Se hicieron tres encuentros más.

Yo solicitaba a los pobladores que trajesen fotografias para escanear y formar el Archivo Fotográfico que tiene el museo, asi fue cómo lo comenzamos. En encuentros posteriores yo llevaba las fotografias tamaño 15 x 21 en folios, en biblioratos y los vecinos las compartian y recordaban, esto porque antes mucha gente no tenia cámara fotográfica, no era como ahora que todos filmamos con los celulares.

Al ir contando la historia del Museo vamos recordando tambien retazos de la historia de los últimos 25 años del pueblo. En el convencimiento de que no se puede querer lo que no se conoce, esto continuará…

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