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La Biblioteca Popular despide a Don Oscar Oliwa

Era el socio más longevo de la Biblioteca. Falleció el viernes pasado en Villa La Angostura.
02/12/2020
La Biblioteca Popular despide a Don Oscar Oliwa

Desde la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer queremos despedir a nuestro socio más longevo Don Oscar Oliwa que falleció el viernes pasado a la madrugada en su querida Villa La Angostura.

A pedido de todo el colectivo de la Bayer le pedimos un recuerdo a su hijo el Dr. Jorge Oliwa y nos contó que nació en Varsovia en 1923. Llegó al país al año de edad. Cursó estudios y primarios y luego, a los 13 años empezó a trabajar en una fábrica de perchas. A esa edad se hizo cargo del cuidado de su padre, quien estaba relegado a una silla de ruedas y gravemente enfermo de tuberculosis. Comenzó a los 15 años sus estudios de música con el maestro D´Alessandro llegando a tocar el bandoneón en orquestas típicas. Paralelamente estudió pintura con distintos maestros. Unos años después se transforma en un ávido lector, hábito que nunca dejó. Vivió desde el año 1952 en el barrio porteño de Parque Chas y desde 2010 en Villa La Angostura. De profesión marroquinero tuvo 2 hijos y luego 4 nietos y 2 bisnietos…



Cuenta su hijo Jorge que de chico lo llevaba al mítico gasómetro de Avenida la Plata, aunque cuando don Oscar vivía en Villa Crespo era fanático de Chacarita, pero al cambiar de cancha don Oscar se enojó a tal punto que se hizo de San Lorenzo.
Don Oscar fue un laburante que solo pudiendo cursar la primaria fue un amante del arte en general. La extraordinaria pasión por los libros y su asociación a la Bayer merece un capítulo aparte.

Don Oscar fue nuestro socio vitalicio más longevo, nuestra bibliotecaria María José López recuerda que cuando venía con su señora doña María Kichinovsky, ella lo acompañaba para que él no se llevara muchos libros porque decía que se ponía a leer desenfrenadamente y no le hacía caso a ella, entonces “intentaba” controlarlo sentándose en una de las mesas de la biblioteca, se sentaba a la distancia con los brazos cruzados mirándolo fijamente para que cumpla el requisito de llevar pocos libros. Él la miraba de costado y se reía, intentando “hacer trampa” y llevarse alguno más con las complicidades de las bibliotecarias que tenían que mediar gustosamente en la encrucijada. La cara de pícaro al realizar la “operación” aún está vívida en las bibliotecarias de la Bayer. Fue famoso el día que sacó de su bolsillo, el cuaderno almacenero ante la estupefacción de María José, era un cuaderno donde anotaba prolijamente todo lo que había leído.


La Biblioteca Popular Osvaldo Bayer abraza fuertemente a los Oliwa.


Hasta siempre Oscar.

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