Vacunación: "Omisión, discriminación y decisiones políticas"

Señor Director de Diario Andino:

Mi papá tiene 92 años, esta triste y decepcionado. Es extremadamente raro verlo así. Espero toda la semana a los enfermeros, que, como en otras ocasiones han venido a casa a vacunarlo contra neumonía y gripe ya que se anotó rápidamente en la convocatoria voluntaria para la aplicación de la Sputnik V.

La Resolución nacional 2883/2020 establece el plan estratégico para la vacunación contra el Covid 19, estableciendo un cronograma de aplicación criterioso basado en los grupos de más riesgo, el cual se está llevando adelante en todo el país.

El mismo establece en su artículo 6 la aplicación de las vacunas aprobadas en forma “voluntaria, equitativa gratuita” además dice que “deberá garantizarse a toda la población objetivo” ésta última definida como la de mayor riesgo.

La vacuna ha sido aprobada por la ANMAT para su aplicación en adultos mayores, sin prohibiciones ni topes de edad, no registrándose datos contundentes de efectos adversos en personas sin patologías médicas severas.

Durante los días jueves y viernes se llevó a cabo la vacunación de los adultos mayores en la franja que abarca desde los 80 hasta 90 años, quedando los mayores de 90 para “otra etapa”.

Mi pregunta es ¿cuál otra etapa sería?, ya que de acuerdo al régimen vigente siguen en el cronograma los mayores de 70 a 80 años y luego, comprensiblemente y ante el comienzo del ciclo lectivo, todo el personal vinculado a la educación.

Podríamos decir que es una priorización en el margen de las personas con más mortalidad producida por esta enfermedad.  Probablemente los mayores de 90 no tengan tanto “índice” por una cuestión lógica: No hay tanta gente tan longeva.

También podría decir también que hay escasez de vacunas, pero si el mismo hospital llamó a los abuelos que no estaban inscriptos para vacunarse, no entiendo cómo no pueden incluir en nuestra localidad a los mayores de 90. Ya que supongo, no deben ser tantos.

Muchos creen que pasar el nonagésimo cumpleaños en símbolo de vivir demasiado, o que generalmente se llega en un estado poco virtuoso. Cuan equivocados estamos. Mi padre tiene maravillosos, saludables, activos y lúcidos 92 años. Lamentablemente hoy vive aislado, y hace casi un año que vive encerrado. Espera ansioso la vacuna, para poder abrazar a su único nieto y tener algo de normalidad y contacto social.

A mi padre se le está vedando un derecho, no un privilegio y tiene prioridad porque manifestó su voluntad. No tiene por qué esperar. No tiene el tiempo para esperar.  No sé si es omisión o discriminación. Que hoy no esté vacunado es una decisión política de parte del gobierno provincial, lejos de lo que estipula el eje nacional.

Espero que se reconsidere porque la sensación que deja, es, una vez más, falta de ética.

Magui Eisenacht

DNI 21.477.601