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ANÁLISIS

A un año del inicio de la cuarentena: Cómo lo vivió Villa La Angostura

Las restricciones, contradicciones y las falencias que dejó al desnudo. Por Mariana M. Fernández.
20/03/2021
A un año del inicio de la cuarentena: Cómo lo vivió Villa La Angostura

Por Mariana Muriel Fernández

El 20 de marzo de 2020 la Argentina inauguró un extenso período de aislamiento y restricción en las libertades individuales para evitar la propagación del nuevo Coronavirus. El objetivo era evitar el colapso del sistema sanitario.

No se diferenció entre aquellas localidades o regiones que tenían casos y las que no. La reclusión fue absoluta, para todos. Se suspendieron las clases y cientos de actividades económicas.

En Villa La Angostura el acatamiento a las medidas nacionales, provinciales y municipales fue total. De pronto, las calles, lagos y montañas se vaciaron. No importaba si estabas solo en medio de la montaña o del lago sin otro ser humano cerca: estaba prohibido circular. 

Durante las primeras semanas de reclusión obligatoria, el único signo de vida que provenía de la calle eran los perros, la fauna autóctona y la voz del intendente Fabio Stefani que recordaba a los vecinos que no podían salir. Las salidas al supermercado o la farmacia fueron el único contacto con el mundo exterior.

Los primeros cuatro casos de Coronavirus fueron en abril: una familia que había regresado de Brasil. La familia cumplió con la cuarentena obligatoria y estuvo casi dos meses aislada. Después hubo meses sin nuevos casos hasta septiembre, donde se produjo un pequeño brote que fue contenido. 

Las contradicciones en las normativas fueron la constante de la pandemia.

Por presión social y económica, habilitaron algunas actividades como la construcción, gimnasios y locales gastronómicos, pero las clases presenciales nunca volvieron.  Los chicos no podían asistir a clases tradicionales en la escuela pública, pero si a talleres recreativos en establecimientos privados. Mientras una niña podía compartir una clase de danza con otras diez en un lugar cerrado, no se le permitía asistir a una clase de inglés presencial con otros tres chicos. 

El golpe económico

La parálisis económica golpeó duro al sector privado, sostén del 70% de la economía local. Fueron casi nueve meses sin turistas, situación que volvió a confirmar que es el turismo el motor de la economía. 

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Durante esos meses los comercios sobrevivieron con la compra local por parte de los 3200 empleados públicos que tiene la Villa, los ahorros que muchos debieron sacrificar para llegar hasta fin de año,  y "nuevos vecinos" de alto poder adquisitivo que, pese a las restricciones de ingreso, pudieron entrar.

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No hubo temporada de invierno, muchos comercios no resistieron la eterna temporada baja y debieron cerrar sus puertas. En algunos casos los propietarios fueron contemplativos y redujeron los montos de alquiler, en otros casos no.  Algunos comerciantes aprovecharon y se mudaron, negociaron mejores contratos de alquiler, pero también hubo vecinos que se animaron a abrir en medio de la pandemia.

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Por otro lado, de la necesidad surgieron propuestas solidarias y alternativas, como las compras comunitarias de la Escuela Don Jaime de Nevares y la Mesa de Asociativismo, ambas con el impulso del sector privado.

En noviembre se habilitó el turismo para pescadores, luego segunda residencia, y en diciembre el turismo general. Los requisitos eran varios, como la obligatoriedad de tener una reserva en un complejo hotelero habilitado, registro en la página municipal y seguro Covid para mayores de 60. Pero fue imposible el control por parte del personal de Turismo y policía, y finalmente el 1ero de marzo se blanqueó la situación: sólo se pedía el certificado de circulación nacional. 

Pero esta mañana el Municipio sacó un nuevo decreto donde vuelve a restablecer los requisitos (ver aparte).

Salud pública

Con las fiestas se produjo un estallido de casos de Coronavirus. En enero hubo días en los cuales colapsó el sistema: los médicos debían decidir quién tenía más chances de vivir para derivarlo a una cama de Terapia Intensiva.

Pese al contexto, fue imposible restringir y disponer medidas de aislamiento general, con una Villa al tope de turistas. 

Si bien el Hospital había sumado recursos, los nueve meses de preparación no alcanzaron y debieron improvisar. Paralelamente, la inoperancia del Estado "bobo" y las mezquindades políticas impidieron que se pudiera instalar un centro de testeo de asintomáticos con los test Neokit que había donado el Instituto Malbrán, una herramienta imprescindible en la estrategia sanitaria, que si hubiera funcionado quizás habría podido evitar el colapso que se llevó la vida de muchos adultos mayores. 

Crisis política

Como corolario, se precipitó una crisis política e institucional sin precedentes en el gobierno municipal que derivó en un secretario destituido, renuncias de funcionarios y siete concejales imputados por llevar a cabo un juicio político

El contexto exigía transparencia en las compras, contrataciones y en la difusión de la información. Pero nunca hubo- ni hay- voluntad política de transparencia. La máxima expresión de esa forma de hacer política fue la denuncia penal y la difamación pública por parte del Municipio a quién escribe estas líneas, cuando simplemente consultaba decretos públicos en la secretaria privada del intendente. 

 

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