"Por más educadores ambientales"

Se está por aprobar la Ley Nacional para la Implementación de la Educación Ambiental Integral, una ley que promete poner en la agenda educativa este tema tan importante.

La educación ambiental se refiere, desde una perspectiva acotada, a cuestiones del entorno natural; y desde un sentido amplio a todo lo relacionado con nuestro entorno, tanto natural, social como económico. Una de las grandes apuestas de este proyecto de ley es este enfoque holístico, integral, del ambiente. Además, propone que no sólo se transfieran estos contenidos en el marco de la educación formal, sino también de la informal, es decir, fuera de las instituciones educativas tradicionales y que esa trasferencia sea de forma transversal, por ejemplo, incluyendo las cuestiones ambientales en la currícula de materias como biología o ecología y también en historia, geografía y educación cívica conjuntamente. 

Y acá es donde queremos hacer énfasis, en la importancia de esa educación no institucional, y en la responsabilidad de todas/os las/os vecinas/os en educarnos al respecto y compartir ese conocimiento para generar un cambio positivo. Como se dice habitualmente, el “boca en boca” es la mejor recomendación y si logramos de manera respetuosa compartir nuestros saberes ambientales y aprender con otras/os vecinas/os, ese aprendizaje será bien aprehendido, tomado e incorporado en nuestros hábitos cotidianos. 

Si nos ponemos a pensar, seguramente encontremos en nuestros recuerdos aquella persona que algún día nos dio un conocimiento que incorporamos automáticamente en nuestras acciones o que nos despertó algún tipo de curiosidad sobre algo relacionado con el ambiente.

Ese tipo de aprendizaje debería ser mucho más frecuente, deberíamos ser más propensos a recibir y dar conocimiento. Piensen qué pasaría si todas/os las/os vecinas/os compartimos respetuosamente nuestros conocimientos ambientales y en mayor o menor medida fuéramos educadoras/es ambientales.

Por ejemplo, si vemos que en la playa o en la vía pública alguien deja residuos, qué pasaría si en vez de pensar que es un acto de mala educación o falta de respeto, nos acercarnos a compartirle a esa persona que eso que acaba de hacer nos perjudica como comunidad. Lo mismo ocurre cuando vemos que alguien está haciendo fuego y puede generar riesgo de incendio, podríamos quedarnos callados y no generar ningún cambio, o acercarnos a pedirle que apague el fuego por el riesgo que implica (ver nota).

Esto requiere mucho respeto por el prójimo, tanto al transmitir el mensaje como al recibirlo. Ahí entra el aspecto social de la educación ambiental, al tener gran potencial para generar comunidad entre las personas. 

En Agenda Verde proponemos acciones que lleven adelante cambios hacia un ambiente más sano, más desde el punto de vista estricto de la definición, pero estamos convencidas/os que no hay posibilidad de respetar la naturaleza, si las otras patas del ambiente, la social y la económica, no se consideran.

Y cuando hablamos de económica no nos referimos a la acumulación de riquezas, sino por el contrario, a la generación de una economía con conciencia ambiental, que sea más equitativa y que nos permita vivir mejor con menor uso de recursos. Este es un gran desafío que tenemos por delante, equilibrar esas tres patas del ambiente integral y para eso es necesario que nos involucremos, cada una/o desde su pequeño lugar. Porque eso de aportar un granito de arena, está comprobado que aporta mucho más que eso.

Hoy estaremos en la radio hablando sobre esto. Si querés saber más sobre Agenda Verde, visitá nuestro Facebook o Instagram @agendaverdeangostura, la página web https://agendaverdeangostura.blogspot.com/ donde están recopiladas nuestras notas sobre la reducción de residuos y cuidado del ambiente, o escribinos al email: [email protected].

Autora: Luciana Elizalde