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“Los políticos fingen cambiar las cosas para que todo siga igual”

Vecino sin techo de VLA señalar que “a días de cumplir seis meses en el pedido de tierras” no obtuvieron respuestas ante el pedido de declaración de emergencia habitacional y regulación de alquileres.
15/04/2021
“Los políticos fingen cambiar las cosas para que todo siga igual”

Con la mente infectada, ensimismada y acelerada en el pensamiento. Creemos que no serán los gobiernos, ni la policía, ni los jueces, ni siquiera la detención de algunos corruptos importantes, lo que acabará con la impunidad que ha contagiado en un solo abrazo mafioso a partidos y empresas contra la raíz de la corrupción. Contra la impunidad de los criminales existe una sola arma: el rechazo de la misma por parte de la sociedad, la de los sin poder.

Nada ni nadie será capaz de acabar con la impunidad de la corrupción sin un despertar de la sociedad que descubra que puede ser más letal que el virus del Ebola, porque además de atentar contra la vida ensucia la dignidad de la nación.

La aceptación manifestada o subliminal de la corrupción y de la impunidad por parte de la sociedad es lo que deja las manos libres a los políticos para asaltar los cofres públicos. ¿Cómo explicar así que sean a veces los políticos y partidos más corruptos los más votados en las urnas?

¿Se deberá ello a la mala conciencia de aquellos ciudadanos que piensan que todo el mundo, cuando puede, roba, soborna y acude a los políticos menos morales porque suelen ser ellos también los más generosos?

No existe, en ningún lugar del mundo, regeneración ética engendrada desde el poder. Sólo la fuerza de una sociedad que un día se despierta y dice “BASTA”, que deja de apreciar a los políticos corruptos, que se avergüenza de aparecer ante el mundo como cómplice del crimen puede cambiar las cosas. Y dirán qué tiene que ver la corrupción con el pedido de tierras. Acá, en Villa La Angostura el negocio inmobiliario es uno de los más suculentos. Con tierras que cotizan en dólares. Como sabrán y es de público conocimiento, la gran estafa con los macro lotes y ese canje de tierras que fue en contra del pueblo y en beneficio de Slot Machines, no supone otra cosa más que corrupción.

La corrupción no suelen cambiarla los políticos porque cada vez que apuestan por reformarse a sí mismos es para mejor blindarse y para aumentar sus propios privilegios.

No la cambian los jueces porque a ellos no les es fácil desatarse de los compromisos que les une al poder y siempre estarán más dispuestos a perdonar al político o empresario corrupto que a la mujer que roba un kilo de arroz en el mercado.

No acaba con la corrupción la policía porque también ella, salvo algunas meritorias excepciones, trabaja a la sombra de los políticos y a ellos acaba sometiéndose. Y si alguna vez intenta hacer uso de la autonomía que le concede la Institución acaba siendo sospechosa y hasta perseguida.

Quién lo sabe muy bien; quién no tiene dudas de que la corrupción y el crimen no se combate desde el poder, porque también él es corrupto y corruptor, es la gente de a pie. Las personas comunes no creen en el poder, ni siquiera cuando en algún caso concreto, ven entrar en la cárcel a políticos y empresarios famosos e importantes. “No va a servir de nada. Van a salir enseguida y van a seguir viviendo como ricos con lo que habían robado”, es lo que se escucha en los comentarios de la calle o se lee en las redes.

 

Lo más grave es que el poder lo sabe. Sabe que también una parte de la sociedad acaba aprovechándose de la corrupción del poder, recibe las migajas y acaba siendo comprada.

De ahí el miedo de los políticos de que la sociedad pueda despertar de su letargo, abrir los ojos y darse cuenta de que la ola de la corrupción amenaza con tragársela. Miedo a que empiecen a exigir responsabilidades.

En las últimas manifestaciones de protesta después de la muerte de Guadalupe, a los políticos no les preocupó demasiado las pancartas pidiendo justicia, sino toda la indignación que causó, tocando a cada mujer de la localidad, eufóricas, indignadas y hartas del desamparo que sufren de parte de un estado que no responde como corresponde, la gran multitud que se manifestó y el surgimiento de una nueva organización de mujeres a las que no se las calla más.

Por otro lado los reclamos de los docentes pidiendo un salario digno ya que hace más de un año no recibieron ningún aumento, pancartas como “Un docente luchando también está enseñando” resuena una y otra vez en cada uno de los que pertenecemos al acampe, estamos inmersos en una sociedad a la que no nos enseñaron a reclamar nuestros derechos y verlo reflejado así denota una sociedad que está despertando.

Los trabajadores de la salud del Hospital local que realizaron una nueva movilización para repudiar la propuesta de un aumento salarial del 12%, te hacen cuestionar ¿cuánto creen que vale una vida?

O mejor aún ¿cuánto vale salvar vidas? ¿Quién tiene la balanza para calcular cuál es un salario digno y cuál no?

O en nuestro caso ¿Qué es una vivienda digna para los que nos representan?

En nuestra localidad era muy raro ver personas manifestándose. Como que estábamos exentos de eso, sin embargo, en la actualidad se ve casi a diario una u otra marcha en reclamo. Como que el pueblo se levantó.

Estamos a días de cumplir seis meses en el pedido de tierras, que se declare la emergencia habitacional y se regule los alquileres y no obtuvimos respuesta alguna. Solo el famoso “Estamos Trabajando” y el hostigamiento del personal policial que “custodia” la entrada del acampe.

Pedir justicia o reclamar un derecho divididos en diferentes grupos por diversas problemáticas no sirve, nada de eso les da miedo porque saben que es inofensivo.

Lo que empieza a preocuparles es la unión de un pueblo que parecía dormido

Lo más importante para que este país resucite más fuerte y más limpio de la pesadilla de la corrupción que lo había anestesiado es tomar conciencia que sólo los Argentinos, los que se creen sin poder, tienen la fuerza de imponer a los políticos un freno a sus desmanes. Estos van a fingir cambiar las cosas para que todo siga igual.

El poder sabe dialogar con corruptos y corruptores porque entiende su idioma y sabe descifrar sus jeroglíficos. Lo que les infunde miedo es el lenguaje de la ira de los sin poder cuando, despiertos después de un largo letargo, empiezan a querer soñar juntos. Porque solo la indignación de la sociedad acabará con la corrupción política.

 Vecino sin techo de VLA señalar que “a días de cumplir seis meses en el pedido de tierras” no obtuvieron respuestas ante el pedido de declaración de emergencia habitacional y regulación de alquileres.

Vecinos Sin Techo VLA.

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