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JUGUETE RABIOSO

Hoy compartimos “Nada mejor que hacer” de Carlos Chávez

En la entrega N° 16 de la sección literaria que cura Diego Reis, un cuento del escritor y co-fundador del grupo literario ALAMBERSE!
16/02/2023
Hoy compartimos “Nada mejor que hacer” de Carlos Chávez

NADA MEJOR QUE HACER / Por Carlos Chávez *

 

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Titán

¿Sabés porqué? me pregunta, por la influencia de Saturno en la casa dieciséis. Me tiene dando vueltas, y con períodos de oscuridad. A todas nos pasa, Jápeto, le digo, a todas nos pasa.

 

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Vivo en Villa. Nunca vi llano.

 

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Así como en la Villa en verano un camión va tirando agua por las calles polvorientas, en Venecia una barca va tirando tierra por los canales para ver si alguna vez tapamos la inundación por dios.

 

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Ahora hay tres mil millones durmiendo.

 

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Volví en mi Volvo

con mi revólver.

 

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A Reims en remis.

 

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¿Qué esperamos para proclamar La Haya y El Hoyo ciudades hermanas?

 

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Un gaucho con un bolso falso de Nike (un Fake).

 

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Esa sangre no es tuya. Es de la manzana.

 

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Filosóficamente, soy producto de descartes.

 

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Hamlet con J

¡Jamlet!, ¡Jamlet!, los zombies van a entrar al castillo, me grita mi fiel asistente C3PO. Me asomo a las almenas. Apenas distingo, allá abajo, la masa informe en medio de la noche, blandiendo lanzas y objetos contundentes. Sus gritos soeces se escuchan pero no se entienden.

Hacia el oeste, donde otrora se erigía el poblado, destaca un horizonte rojizo de hogueras que se confunden con el último crepúsculo.

Teneme la calavera, le digo, mientras busco el celular en el bolsillo del bombachón.

Veo a Frodo, que duerme en un rincón, exhausto como un equino.

No quiero pensar ahora en la cantidad de ocasiones que se fueron perdiendo, una a una, acercándonos a esta pesadilla. No recuerdo un desaliento así desde la infausta noche de los penales, allá, en la lejana Ischigualasto... Primera ronda...

Sin embargo, no puedo dejarme ganar por el desánimo y la pesadumbre, aunque es verdad que ya no quedan muchas posibilidades.

¡Encima no hay señal!

En ese mismo momento, con casi todas las esperanzas perdidas, oigo resonar desde el living las trompetas del Séptimo de Caballería Aerotransportada al mando del Teniente Coronel Kilgore.

Respiro aliviado, pero el Teniente Coronel se acerca y me dice enérgicamente: ¡Firme acá!

Ni siquiera leo lo que firmo, pero ya me lo habían advertido: ¡basta de buseca por las noches!

*

Asado

Yo fumé hasta los treinta y siete y listo,... nunca más... me dice con la mirada fija en las brasas.

Intentando esquivar el humo, me alejo y caigo en el campo gravitatorio de Gabriel, que nunca se movió de al lado del fogón. Pero Gabriel sigue mirando el fuego, inmune al humo. Hinmumo, pienso. Inhumo. No, eso es otra cosa.

Ya lo llamé como cuatro veces, viste, no sé qué se piensa, le dije a las dos y son menos diez, ¿alguno tiene que ir para el centro? esto lo podemos retrasar un poco más... ¿éste es mi vaso? lo huele, pero no espera a corroborarlo, cualquier líquido viene bien en la tarde brasosa, humosa, un domingo húmedo que empieza retrasado y terminará en una nube de hastío, obligando a que los chicos se bañen en medio de la perspectiva del lunes que ni un buen resultado en fútbol logrará eclipsar.

¿Vos tomaste fernet? me pregunta, mientras tomo nota que deja el vaso sobre el tocón de un pino cortado el año pasado. Ya tiene un brote, ridículo, casi inútil, una ramita deforme que nace de un tocón de un metro de diámetro. No espera mi respuesta. En plena actividad de asador, se extralimita y rastrilla los alrededores, agrega brasa, corta la ramita verde de pino, pierde vasos, los recupera y en el medio vigila el costillar.

Le dije a las dos, repite, espero que traiga las birras, porque esto no va a alcanzar, no va a alcanzar, se angustia. ¿Viste mi teléfono? Le señalo la mesita de al lado de la parrilla. Ahí, semicubierto con la bolsa de los chorizos, se asoma el teléfono.

¿Lo llamo de vuelta? me pregunta, mientras vuelve a hacer la última llamada.

*

 

Una breve semblanza de Alan Verse

Johann Alexis Heraldo Diego Pedro Raúl de las Mercedes Diego Lionel Wayne Szlatan Cristiano Killian Agustín Mario Alan Verse nació cerca de Fiorito, al norte de la actual Italia en la Baja Edad Media. Desde muy pequeño su destreza deslumbró a propios y extraños por lo que no tardó en ser adquirido por el Burda FC de Köln, de propiedad del poderoso Sindicato de Tejedores.

Sin embargo, no pudo aclimatarse o bien la idiosincracia del juego era muy distinta al de su lugar natal, lo cierto es que las continuas discusiones dentro y fuera de la cancha terminaron por desgastar al equipo, alejándolo de las posiciones de privilegio. No fue una sorpresa para nadie su temprana transferencia a un club de mitad de tabla de la Liga de los Habsburgos, que además estaba teñida de sospechas por la estrecha relación de dicha Liga con ciertos comerciantes de rapé con base en Marsella. Poco se sabe de su paso por dicha Liga y lo que ocurrió luego en su carrera, si bien existen muchas versiones: que volvió a Fiorito, que se estableció en Nápoles, que vivió en México. Incluso que ejerció en Arabia.

No obstante, en el museo de Colonia se conserva una tapa del Burda Moden de la época, un grabado a un color que lo retrata luciendo los colores de la institución prusiana, con su típica camiseta tejida.

 

Más info: www.alamberse.blogspot.com

 

*CARLOS CHÁVEZ nació en Buenos Aires en 1961. Estudió Administración de empresas, Letras y Publicidad pero no terminó nada. Fue bancario, redactor publicitario, vendió bebidas, artículos de limpieza y planes de medicina. A fines de 2000, ante la inminencia del desastre, se mudó a Villa La Angostura. Desde 2010 forma parte del grupo literario Alamberse o Alan Verse, que cuenta en sus filas con notables escritores y poetas de la región que han sido reconocidos en numerosas oportunidades con diversos premios o, al menos, libros publicados, aunque él no tiene ni una cosa ni la otra.
El grupo se reúne sábado por medio en la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer de Villa La Angostura. En la actualidad es CEO de una empresa virtual.

 

 

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