Recuerdan el 103° Aniversario del Genocidio Armenio

103°Aniversario del Genocidio Armenio (1915-2018)

Memoria, Verdad, Justicia

 Nuestro padre Kevork (Jorge), como suelen hacer todos los padres, nos dejó enseñanzas y algunas historias que fueron creciendo en sentido a través del tiempo. Una de ellas que creció a la luz de nuestra propia experiencia de vida, adquiere un nuevo alcance:

Kevork nos contó que había tenido en su vida muchos momentos importantes, imborrables, pero solo unos pocos que le arrancaron lágrimas a ese hombre bordado de cicatrices y dolores. Sólo unos pocos: el Sí de mi Madre, el nacimiento de cada uno de nosotros, sus hijos, y un día de 1962 cuando en el viejo Registro Civil de la calle Uruguay, en Buenos Aires, le entregaron su Cédula de Identidad, la ciudadanía argentina, tanto tiempo soñada, ahora en sus manos…

Con el tiempo dimensionamos esta “anécdota”, transformada en síntesis del alcance y significado de Identidad,  Patria, Cultura de un Pueblo,  Memoria y el porqué de nuestro persistente reclamo de Verdad y Justicia. 

Para nuestra mirada Kevork era un claro ejemplo de mitos, íconos y rasgos típicos de la argentinidad, fútbol, tango, amigos, asados, familia, barrio. Tardamos un poco más en descubrir  su identidad armenia, y esa cultura que constituye nuestra invalorable herencia.

Cultura y Memoria intacta de millones de Kevorks alrededor del mundo, nunca olvidada, nunca negada. Callada por el dolor interminable y una herida que no cicatriza: aquella de perder seres queridos, de huir sin nada hacia ninguna parte. No poder entender tanto horror, ese pretender borrar la historia de un pueblo, su cultura, su identidad, sus saberes…

¿Cómo podía olvidar Kevork? Él sabía que su padre dejó la casa en Ereván abierta, con su aljibe trabajando para tener agua fresca cuando por fin regresaran en pocos días más. Pero no regresó nunca, murió nuestro abuelo sin conocernos, a quince mil kilómetros de su casa, sin probar una gota del agua fresca, siempre pensando que volvería alguna vez, que no valía la pena echar raíces, ni aprender el idioma, ni hacer amigos…

Familias rotas, “desahuciadas, teniendo que marchar a vivir una cultura diferente…”  como dijo León. Otros murieron sin entender qué estaba pasando; agonía de un Pueblo ante la indiferencia de un mundo que siempre tuvo otras urgencias…

Pá, Abuelo, Kevorks de la diáspora Armenia alrededor del mundo, somos los portadores de esta Herencia Cultural, de este reclamo que no tiene pausa, somos los Hijos, serán nuestros hijos y nuestros nietos y así a través del tiempo, todos levantando las mismas banderas de nuestra Identidad y nuestra Historia. 

Hoy, 24 de Abril de 2018, 103°Aniversario del Primer Genocidio del SigloXX.

Argentina y Armenia, “no nos une sólo el Amor, también el Espanto”, espanto que alimenta el inacabable reclamo de Memoria, Verdad y Justicia. No hubo reconocimiento de las atrocidades, tampoco arrepentimiento por la barbarie. No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos. 

  Graciela, Alicia y Jorge ARAKELIAN

24 DE ABRIL, 2018