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JUGUETE RABIOSO / SEGUNDA TEMPORADA

Hoy compartimos, “Gracias Padrino” de María Viegas

En esta nueva entrega de la sección que cura Diego Reis, un cuento de la escritora local
13/04/2024
Hoy compartimos, “Gracias Padrino” de María Viegas

¡GRACIAS PADRINO! / Por María Viegas *

 

Tenías un Gordini azul, de esos redonditos de dos puertas laterales y una que abría por delante, con parabrisas y todo! Yo sólo cuatro años, gordita, y ya con algunos portazos en la Vida.

Aunque ésa sea otra historia.

Viniste a visitarme con un paquete con moño dorado, mientras tu moñito azul sobre el último botón de la camisa, sostenía tu sonrisa treintañera.

Mis manitas despellejaron desaforadas el papel brillante desde donde se asomaban “Las Hadas”.

Era un ejemplar “ENORME” de tapa dura ilustrada con la imagen acuarelosa de un árbol misterioso, en un bosque tupido de semisombras estelares, con haditas de finos tules, escondidas entre sus ramas.

Me lo calcé en la cintura, lo abrí con la curiosidad de un duende y comencé a dar vuelta las sedosas hojas como si de pétalos se trataran.

Deduzco entonces que al menos tendría sesenta centímetros de alto por treinta y cinco de ancho, aunque un lomo finito, apretado como tu cariño.

Lo sé ahora, desde mis palmas de arquitecta, y mi alma a ojo de recuerdo: Era el libro más grande que jamás había visto! Y era mío!

Más precisamente, ¡mi primer libro!

De eso estoy segura…

A mi hermana le habían comprado “Mi Primer Diccionario” de Editorial Sigmar, de tapas amarillas, también duras, también grande, pero no tan grande como el que vos me regalaste ese día.

 

Ella siempre lo hojeaba, se hacía la que lo leía, pero aún no sabía ni las letras. Siempre haciéndose la sabionda!

Yo en cambio, para variar, andaba subida a los árboles. La miraba desde arriba y no entendía cómo podía “divertirse” tanto con algo así quieto… mudo… duro…

Ya entonces éramos tan distintas…

Pero eso sería irnos por las ramas!

Mi libro era Gigante, con árboles adentro y afuera, con Hadas, con fantasías, como las que me persiguieron toda la Vida.

Como la de vivir en un bosque, como el que vivo ahora! 

Sería premonitorio que por aquél entonces mi casa quedaba en la calle “Forest”?

Sería casualidad que de adulta me mudé a Tronador y Nahuel Huapi?  Montaña y lago que rodean el bosque de mis sueños.

Sería verdad que tu libro era tan Grande? O será otro alarde de mi fantasía para engrandecer tu imagen?

Creo que ésa fue la primera y última vez que te ví. 

Sólo recuerdo eso: mi libro y tu sonrisa.

 

Cincuenta años más tarde, ante la desaparición de mi padre, tu estimado amigo del industrial, mi hermana dividió su agenda telefónica y dictatorialmente me encargó llamar y avisar a sus amistades –allí anotadas- de la “M a la Z”. Ella se encargaría de la primera mitad de la libreta.

Titubeando con mi dolor personal, disqué el número correspondiente a un tal Merlo.

Sin siquiera sospechar de quien se trataría, y mucho menos aquél que recibió esa llamada: Vos!  Ismael Merlo!, mi padrino de bautismo…

Ambos sorprendidos, uno por el tema en cuestión, y yo por escuchar mi sobrenombre de pequeñita -ciertamente olvidado- cuestionando ante la duda, mi identidad.

Fue un segundo de Amor reencontrado entre cenizas de olvido y chocolates.

Pactamos encontrarnos a la brevedad, el siguiente viernes a las cinco!

Marta, tu adorada mujer desde antes que yo naciera, me esperó con tazas de porcelana para tres y masitas secas en la fuente de plata.

Yo te llevé un libro de regalo.

Casi sin darme cuenta…

Era mi primer libro… Pequeño… ¡aunque escrito por mí!

Vos me volviste a regalar tu preciosa sonrisa,  llevabas otro moñito azul abrochando tu camisa.

Nos abrazamos fuerte...  como cuando tenía cuatro… ¡como para siempre!

 

*

 

*MARÍA VIEGAS. Con el Sol en Escorpio, nací porteña. Elijo vivir en Villa La Angostura, Patagonia Argentina. Mujer y madre, por gracia de Dios. Arquitecta de mi propio destino. Música por perseverante. Escritora por intrépida, autora de mi propia historia. Bailarina por casualidad. Viajera por curiosidad. Fotógrafa porque sí. Libros: De cómo ser arquitecta y no morir en el intento (publicada por editorial CP67, 1° edición Marzo 2004 y sucesivas); las novelas Silencios y Le Premier Fleur de Cotton (novelas); Porque llueve (teatro); Erase una vez un árbol (cuentos para niños); Hormonas al wok y Testosterona a la Parrilla” (cuentos de humor); Espejos y Nosotras (cuentos); SER LA VOZ de los Árboles” y De cómo SER ÁRBOL y no morir en el intento (ensayo); y los libros de Fotografía Vida, Pasión-Manos que tocan, Ternura-Manos que aman, Trabajo-Manos a la Obra, Salud-Manos que sana, Alma-Manos que viven, Alegría-Manos que juegan, Bouquet, La Voz de las flores, Bendita Primavera, Ni uno menos, Piel, Huellas, Bebés, Muerte, Besos y Abrazos, Pelos y Pies.

           

 

 

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