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ESPECIAL DIARIO ANDINO

Flor de la Abundancia: Cada uno es responsable de sus actos

"Cuando terminen de leer  esta nota  cientos de personas nuevas en todo el mundo  van a estar agradecidas por los beneficios de  los sistemas o esquemas piramidales y  muchas otras  van a sentirte estafados por haber creído". Por Daniel Brito
02/11/2016
Flor de la Abundancia: Cada uno es responsable de sus actos

Para los que piensan que esto es algo nuevo o desconocido lamento decirles que ya había noticias de estas prácticas  a  mediados del 1800

Baldomera Larra  se hizo famosa en España  por  utilizar dinero que la gente le entregaba voluntariamente con la promesa de hacerles ganar intereses mensuales  cercanos al 30%.  En 1899, en Estados Unidos, un señor llamado William Miller creó una empresa  llamada “Unión  Franklin”  en la que ofrecía  10%  de interés semanal  mediante la reinversión del capital de sus clientes. Ya en el siglo 20 el Italiano Carlo Ponzi   entregó  su  apellido  a los esquemas piramidales.  Este esquema básicamente consistía,  al igual que el de Doña Baldomera,   en hacer  ganar dinero  a los primeros inversores  con el dinero que aportaban los nuevos. No se trataba de invertir el dinero recibido sino de redistribuirlo, el dinero del nuevo inversor servía para pagar los  altos intereses prometidos  a los primeros participantes. La estafa de Ponzi afectó a  más de 20.000 personas,  generó un negocio millonario  y sobrevivió 8 años.

 Al principio la fórmula secreta  de este señor consistía en ofrecerles  a inmigrantes de bajos recursos (que llegaban a Estados Unidos)  la  oportunidad de  obtener  importantes ganancias pero luego, a partir de los  brillantes resultados obtenidos  al principio, el negocio  de Ponzi  se popularizó  y creció al punto de que las personas  hipotecaban o incluso vendían sus propiedades para invertir en este fructífero negocio.  Finalmente la estafa fue desenmascarada, muchas perdieron todo lo que tenían  y  Ponzi fue encarcelado.  Estando en prisión algunas personas quisieron lincharlo pero otras vieron a  Ponzi  como un gran benefactor.

¿Que aprendimos de estas experiencias?

 Que es posible cambiarle el nombre a las cosas y seguir repitiéndolas  continuamente pero  también que podemos tropezarnos muchas veces con la misma piedra.

 En 1978 se creó  el Centro Latinoamericano de Asesoramiento Empresarial,  este es un  nombre desconocido para nosotros  pero para  Perú  representó  la mayor estafa  que sufrió en  su historia y fue  a partir de un esquema piramidal,  200.000 personas y U$S 640 millones  fueron algunos de los números que dejaron esta maniobra.

  En 1997 se daba en Albania una rebelión generada por el colapso del sistema financiero a partir de aplicar esquemas piramidales  que, para colmo,  habían sido avalados por el gobierno. Dos tercios de la población y el 50% del PBI (Producto Bruto Interno) fueron afectados  por este sistema que, como corolario de la revuelta, dejó  alrededor de  2.000 personas muertas.

   En 2006 se cerraba en España   un nuevo  caso de estafa por sistema piramidal, el Forum Filatélico y Afinsa eran dos empresas  que habían sido recomendadas  por el  Ministerio de Economía  español para invertir  y que además eran  reconocidas internacionalmente  entre las mejores empresas europeas.  El resultado, a diez años de ocurrido,  190.000 clientes afectados e indemnizaciones pendientes  por   2.574 millones de Euros.

 Pero el  caso más resonante  y con mayores consecuencias ocurrió en 2008  cuando un Señor llamado Bernard Madoff,  presidente de una  empresa de inversiones con su apellido e impulsor del desarrollo de NASDAQ (Bolsa de Valores Electrónica de Estados Unidos),   sorprendió al mundo entero al ser detenido por fraudes multimillonarios bajo el sistema piramidal. A diferencia de la Sra. Baldomera Larra y el Sr. Carlo Ponzi  el Sr Madoff había realizado estafas por U$S38.000 millones afectando todo el sistema financiero mundial.

 ¿Y en Argentina?

  Por suerte, esta vez, no inventamos nada nuevo pero logramos adaptar estas prácticas a las distintas realidades sociales de cada época.

  En el año 1975 hicimos una adaptación libre de los esquemas piramidales que se llamó “La cadena del Cheque”.  Este ingenioso sistema, que fue  promocionado en la tapa de la revista Gente de la época,   prometía importantes ganancias.

 La maniobra consistía en comprar una lista  (con 11 nombres y sus direcciones) por un valor determinado  (por ejemplo $1.000) con la obligación de mandarle un cheque al primero de la lista ($1.000),  hacer dos listas borrando el primer nombre  pero agregando el propio al final  y venderlas  ($1.000 cada una).  Si la “cadena de cheques se completaba” terminaban  interviniendo 2048 personas (para el  ejemplo de los $1.000 se habrían generado   ganancias de aproximadamente $2.000.000). Desde la mirada de los que participaban todos ganaban pero en la realidad existía un número limitado de ganadores aunque  la gran mayoría no sabía que perdería  el dinero invertido.

 En los años 80 volvió a surgir este esquema piramidal con el nombre de “El Avioncito”. La distribución era: 1 piloto, 2 copilotos, 4 tripulantes (azafata/comisario) y 8 pasajeros.  Desde la teoría un pasajero podía aprender rápidamente a  pilotear un  avión pagando  y  vendiendo pasajes a sus amigos. Claramente muchos aviones no pudieron aterrizar.  

  Entre  el 2001 y el 2005 volvimos a tener una nueva versión  de este sistema piramidal pero esta vez ayudado por la tecnología on line.  Se trató de un empresario argentino que, a partir de la crisis del 2001 (varios años antes que el norteamericano Madoff),  asesoraba y operaba  con el dinero de  otros argentinos  que estaban deseosos de  evitar el corralito,  valiéndose del acceso a  mercados financieros mundiales   a través de internet.  Este empresario y su esposa   fueron condenados, mediante juicio abreviado,   a 5 años  y 7 años respectivamente  por liderar una organización que “afectó” a   250 personas  por aproximadamente U$S 90 millones . A la fecha está libre, luego de haber cumplido una parte proporcional de su condena,  ejerciendo nuevamente  como asesor.  

 Actualmente está en discusión si el sistema piramidal y la comercialización por red  o multinivel (Amway,  Herbalife, etc.) son dos caras de la misma moneda.   Ambas tienen  puntos en común pero uno  de los argumentos que esgrimen las comercializadoras por red   es  que en el multinivel se exige tiempo, esfuerzo y trabajo para obtener ganancias. Más allá de eso es conocido el caso de una empresa de comercialización por red  que debió pagar un arreglo extrajudicial en Estados Unidos por U$S 200 millones y modificar sus formas de pago para evitar ser juzgada por comportamientos de tipo piramidal.

 Más allá de la cronología me resulta  inevitable inferir  que el esquema  de participación de “El Avioncito” tiene  las mismas características que la Flor de la  Abundancia del 2016 

 ¿Cuál es la diferencia entre  “El Avioncito” y “La flor de la Abundancia”

 Además del evidente cambio de  nombres,  el uso de la tecnología.  La dinámica del uso de celulares permite una rápida difusión.

 ¿Pero,  por qué  caen estos sistemas?

 Porque se vuelve prácticamente imposible conseguir continuamente  personas que ingresen a la base de la pirámide.  El cálculo para saber cuántas personas deberían  intervenir es exponencial, para el caso del avioncito son necesarias  32768 inversiones, es decir  2 donde 2 representa la cantidad de personas a reclutar y 15 el tamaño de la lista. Más allá de los cálculos esto significa que en algún momento  un eslabón de la cadena se corta   y  el resto de los participantes  pierden su dinero.

 ¿Qué deberíamos tener en cuenta para luego decidir si deseamos participar en este tipo de esquemas?

  • Si tenemos conocimiento financiero
  • Si  hay promesas de obtener beneficios económicos superiores a los del sistema financiero
  • Si hay promesas a corto plazo
  • Si hay documentos contractuales que avalen la operatoria
  • Si hay alguna ley que nos proteja:  hay vacios legales
  • Si estamos dispuestos a perder el tiempo y el dinero invertido
  • Que no todos los sistemas piramidales  pueden ser catalogados de fraudes.

 Por último resulta  interesante saber que  gran parte de  estas operatorias apelan a  razonamientos subjetivos, buscan captar  grupos de personas a través de  círculos de confianza en los que los garantes de honestidad  y  transparencia son personas conocidas que nos permiten animarnos  a participar.  Muchas veces  creemos comprender y queremos convencernos de conocer  los riesgos que estamos dispuestos a asumir  pero lo hacemos de manera intuitiva, no buscamos argumentos sólidos y demostrables;  deseamos creer  que estamos aprovechando una oportunidad única y que fuimos elegidos especialmente.

 Los especialistas en organizar  este tipo de  operatorias conocen la mayoría de los comportamientos y procesos mentales de los posibles candidatos. Una de las estrategias utilizadas consiste en  sugerir  aportar montos poco significativos para que, con el paso del tiempo,  se genere suficiente confianza para profundizar la participación; otros argumento consiste en utilizar testimonios y  recomendaciones  de personas con similares características a las propias  para convencer a los que dudan.   

 Si después de haber leído esta breve enumeración de la utilización de sistema piramidales  que se fue refinando durante los últimos  100 años deciden  participar  o seguir participando sepan  que no están solos,  hay millones de personas de todo el mundo que lo han hecho, lo seguirán haciendo y otros que nunca más lo harían. Algunos podrán ganar y muchos  otros perder, la cuestión es decidir con algún tipo de conocimiento.

  En definitiva todos somos responsables de nuestras decisiones.

Daniel Brito

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