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La historia de Jean Pierre: Temporada 12 e instalación del T-Bar

En esta entrega, Jean Pierre Raemdonck narra cómo construyeron uno de los medios que amplió la superficie esquiable del Cerro.
26/06/2021
La historia de Jean Pierre: Temporada 12 e instalación del T-Bar

Al final del capítulo anterior, contaba mi subida en telesilla con el ex presidente, Dr. Raúl Alfonsín. Lo que me había dado la oportunidad de 12 minutos de audiencia privada. Me contó que apreciaba la política belga, pero como no me sentía capaz de hablar de política, dirigí la conversación sobre nuestra actividad turística y su importancia en un país como Argentina, que ofrece tantos panoramas diferentes, climas y tradiciones, sin olvidar sus miles de kilómetros de costa sobre el Atlántico, así como su Pampa, sus montañas, sus glaciares, las cataratas de Iguazú, etc. Pero era como si hablábamos dos idiomas distintos. Él sabía que su país tiene todas las riquezas posibles, pero me decía que le faltaba una buena política. Lo que no podía negar.   

Durante ese invierno de 1989, lo importante era que la nieve había llegado a tiempo y que la telesilla había sido para Villa La Angostura un éxito sin precedentes.

La pista principal durante la temporada de 1989.
Recorriendo las pistas antes de recibir los esquiadores.

 

El Cerro Bayo empezaba a ser un Centro de Esquí familiar, muy apreciado. Durante agosto tuvimos varias visitas, la primera fue la familia  de Hans Sprecher, de la localidad de Davos en Suiza, que se quedaron cuatro días.

La segunda visita importante había sido la de Étienne y Jean-Patrick Raemdonck, hijos de mi primo Jean-Louis Raemdonck que también pasaron algunos días con nosotros. Estaban descubriendo la Argentina.

Étienne y Jean-Patrick en el Cerro Bayo con Juan José Fioranelli.

En el Cerro Bayo, aprovecharon para esquiar y un día tomaron un colectivo para Chile, dónde fueron bien recibidos por nuestros amigos Michel y Françoise Van Ginderdeuren. Después de Villa La Angostura salieron para Córdoba donde fueron recibidos en el campo de la hermana de Eric Groverman. De allí viajaron a la Provincia de Jujuy para visitar otros amigos, también fueron invitados en Zarate por la familia de nuestro gerente de venta, Juan José Fioranelli y finalizaron su viaje en el campo de la familia Furlong en la provincia de Buenos Aires. Un lindo e interesante periplo. No hay duda que los viajes forman la juventud. Hoy Étienne y Jean Patrick son padres de familia con posiciones importantes en el mundo bursátil de Bélgica. 

Rápidamente, Cerro Bayo y el Club Andino Angostura se hacían conocer en el mundo del esquí y recibíamos invitaciones de los otros Centros para participar en sus competencias. En su carta del 12 de setiembre de 1989, Bernadette escribe: “Paul también hizo su primera experiencia de participar con un grupo del Club Andino en una competencia de esquí en Antillanca en Chile. Volvió encantado con un 6° puesto y una experiencia inolvidable que quiere repetir. La cruzada de la Cordillera había sido impresionante con una pared de nieve y hielo de ambas partes del camino. Estas carreras de esquí, como las de moto, hacían descubrir a la juventud angosturense, lugares distintos y muchas veces más evolucionados que nuestro pueblo, en pleno desarrollo en aquel entonces. Alojados en casas de los habitantes, hacían nuevos amigos que invitaban después en sus casas. 

Edouard con sus dos años.

Jean-Marie se había ocupado admirablemente bien de la cobranza en el Bayo. En realidad, fue un súper cajero en la montaña durante todos nuestros años de explotación. Sin su presencia, creo que hubiera sido casi imposible encontrar una persona tan capaz y tan honesta.

El 30 de setiembre de 1989, firmábamos con Jorge Sonntag un contrato de concesión para la explotación del Refugio Base. Su hermano Carlos que había sido un excelente andinista, guía de montaña y concesionario del refugio Cerro López, fue su maestro. Jorge y su mujer Viviana, atendían muy bien, muy simpáticos con los clientes, lo que era importante para la reputación de la montaña.

La familia Sonntag.

Las otras concesiones fueron con la Escuela de Esquí y el alquiler de equipos. El Club Andino atendía sus socios, para los cuales ofrecíamos precios muy accesibles para los medios de elevaciones con la condición que sean residentes. Para nosotros, el primer beneficiario de la montaña tenía que ser el pueblo, tanto para sus esquiadores como para los hoteles y otros comercios que aprovechaban de una temporada invernal que nunca hubieran imaginado antes de la instalación de la telesilla. El Bayo se transformaba en una gallina de huevos de oro para la localidad, pero algunos pensaban que nos enriquecíamos demasiado y que teníamos que tomar a cargo todos los gastos de publicidad en el país y en el extranjero para llenar sus hoteles y restaurantes. A pesar que nos parecía exagerado, incorporamos en nuestro personal, un especialista en “Marketing” en la persona de Juan José Fioranelli, licenciado en esta especialidad. Le gustaba viajar, fue hasta Estados Unidos, invitado al Centro de Esquí de Hunter Montain, dónde esquiaba la familia Kennedy. Éramos cada vez más conocidos en el mundo del esquí y aumentaba nuestra clientela, lo que nos obligó a ampliar, año tras año, las pistas con más servicios de medios de elevaciones, refugios, sanitarios, alquileres de equipos, estacionamiento, etc.   

En el mes de octubre de 1989, Bernadette y yo viajamos a Europa, dejando los chicos bajo el cuidado de Tencha, en quien teníamos entera confianza. Nuestra primera etapa era el Valais dónde presenté Bernadette a toda la gente que había conocido el año anterior. En Morgins, nos invitaron a asistir al montaje de una telesilla con helicóptero, incluida una “Paella” al pie de “Les Dents du Midi”, preparada por el personal de Telemorgins. 

Una paella al pie de “Les Dents du Midi”. (Los dientes del medio-día)

Después del Valais, estábamos invitados a Davos por la familia Sprecher. Finalmente, pasando por Lucerne, llegamos a Bélgica dónde nos esperaban  nuestras familias y amigos con sus brazos abiertos y sus buenas comidas. 

Reencuentro con Étienne, Jean-Patrick y familia.

Después de algunos días de reencuentros con amigos y familiares, dejé Bernadette en la casa de sus padres y volví a Suiza, dónde me esperaban para desarmar y poner en contenedores, un telesquí del Centro de Morgins y desarmar una telesilla doble en el Centro de “Les Crosets” cerca de Val d’Illiez, dónde Jacques Nantermod me había informado que estaban por reemplazarla  por una telesilla cuádruple. 

En “Les Crosets” conocí las familias Trombert y Borloz, que iban a ser para mí, unos muy buenos amigos, ayudándome con sus consejos, gracias a sus largas experiencias en la montaña. 

Gustave Trombert, dueño del Hotel de la Telecabina, fue con sus hermanos, pionero de “Les Crosets” y es accionista del conjunto ”Champéry/Les Crosets”, muy linda zona esquiable, con buena acumulación de nieve natural, reforzada por cañones de nieve y su ubicación  excepcional, a pocos kilómetros de Ginebra y de las otras ciudades alrededor del Lago Leman. Los hermanos Claude y Bernard Borloz, originarios  de Villeneuve, son unidos a la familia Trombert por sus casamientos con dos hermanas Trombert, Erika y Nicole, sobrinas de Gustave y de su esposa, Anne-Marie.

Anne-Marie, con su carácter autoritario, dirigía el “Hotel-Restaurant-Bar de la Telecabine”. Ella, inglesa, huérfana de guerra, conoció Gustave cuando era guía turística británica. Gustave excelente cocinero, dirigía la cocina. El bar-restaurant era el centro de reunión de todo el personal de la Estación. No podía haber encontrado mejor lugar. Además de encontrar tanta gente del gremio y de aprender mucho, estaba bien alojado y bien alimentado.

Claude Borloz, propietario de un camión grúa doble tracción, me  ayudó para desarmar la telesilla doble que iba a ser reemplazada por una cuádruple. Como lo van a constatar más adelante, Claude, iba a ser la persona ideal para estos desarmes y puesta en contenedores de mis adquisiciones en el Cantón del Valais. Una vez más había encontrado la persona idónea para solucionar estos desarmes complicados, a menudo en lugares de mucha pendiente y no siempre con buen tiempo. Ni las lluvias, ni la nieve impedían su trabajo.  

En menos de 15 días, llegamos a cargar tres contenedores con el telesquí de Morgins y una parte de la telesilla “Les Crosets”.

Listo para salir a Villa la Angostura, vía Génova, Buenos-Aires.

Apenas los contenedores cerrados y cubiertos con sus lonas, tomé un vuelo en Ginebra, para encontrarme con Bernadette en el aeropuerto de París, de dónde embarcamos para Buenos Aires. Después de las escalas habituales en Recife y Río de Janeiro, aterrizamos en Ezeiza, dónde nos esperaban la familia Furlong, siempre tan atentos con nosotros. Nos invitaron a dormir en su casa y el día siguiente nos llevaron a Aeroparque, donde había tanto viento que tuvimos que ir a tomar el avión a Ezeiza. En Bariloche, nuestro pequeño mundo, nos esperaba con impaciencia por ese atraso. Faltaba Édouard que había estado tan nervioso, que no había podido dormir su siesta y se durmió al momento de salir a buscarnos a Bariloche. Cuando llegamos en casa y lo despertamos, nos miró, medio dormido y después de un cierto tiempo, se dió cuenta que su papá y su mamá estaban a su lado. Durante nuestra ausencia, la Tencha se había ocupado muy bien de la tribu.

En su carta del 5 de diciembre de 1989, Bernadette escribe: “Paul ya tiene sus resultados escolares, 10 en todas las materias, Hélène  recibirá los suyos el miércoles, pero ya recibió un diploma por ser la mejor compañera de grado. Desde el 1° de diciembre, tenemos un tiempo horrible, viento, lluvia y nieve. Si sigue así, tendremos una Navidad blanca como me gustaba en Bélgica. Esperamos ahora la visita del hermano de Jean-Pierre.” Con  esta visita de mi hermano Jacques, terminábamos el año 1989. 

Paul acompañando Jacques en la telesilla.
Navidad en Andalué.

Para el primero de enero de 1990,  Papy y Mamy habían llegado  para participar del tradicional asado de Jean-Marie.

Reunión con la familia Caló.

El año 1990 se presentaba con varios nuevos proyectos de construcciones. En la base del cerro, la construcción de un pequeño chalet para la familia de Alfodo, Violeta y su hijo Manuel que se habían ocupado del refugio base hasta su concesión a la familia Sonntag. 

El chalet de 50 m2 construido para la familia de Alfodo.

Alfodo y Manuel nos ayudaban en las construcciones y la explotación de los medios de elevaciones en invierno. Dos familias vivían así en la base de la montaña, lo que se volvía indispensable, considerando los riesgos de robos y vandalismo. Otra construcción importante que empezamos en ese principio de año fue la instalación del potente telesquí “T-BAR” conseguido en Morgins, para el cual nuestros amigos suizos nos habían aconsejado fabricar torres nuevas, lo que hicimos en nuestro taller de Andalué. El lugar previsto sobre el Cerro era muy inclinado, con la imposibilidad de hacer un camino para transportar los materiales. Lo ideal, hubiera sido un helicóptero como se utiliza en estos casos, pero impensable para nosotros y decidimos instalar un teleférico de servicio como se usaba antes de los helicópteros. Para eso había conseguido, durante mi último viaje a Suiza un antiguo malacate en la fábrica Bartholet. El problema era que no teníamos ninguna experiencia en ese modo de transporte.

Ubicación del T-BAR a continuación de la telesilla hasta el nivel 1700 (línea interrumpida azul) 

Todavía, no teníamos camino de acceso hasta el lugar elegido para la salida del telesquí. Alquilamos una topadora para hacer un acceso desde la pista debutante “1”.

El camino de acceso al T-BAR realizado con topadora de la empresa Conevial. 
La construcción del cimiento de la Estación Motor del T-BAR

Con las siguientes fotos se van a dar cuenta de la construcción de los cimientos y del montaje con nuestro teleférico de servicio. Lo que no van a ver en las fotos, son los sufrimientos, debido a los esfuerzos para subir con herramientas está pendiente de arena volcánica, dónde a cada pisada uno regresaba la mitad de lo que avanzaba. Además las excavaciones a pala parecían interminables por los derrumbes de esta arena granulada. Para los cimientos de las torres tuvimos que hacer pozos inmensos y encamisarlos con tableros de madera para alcanzar el suelo firme, en algunos casos hasta dos metros de profundidad. Con tanta arena volcánica, nos preguntábamos si el Bayo no había sido volcán, hace algunos millones de años, antes de volverse hoy en pista de esquí.

Teníamos que prever también un refugio para el personal que iba a atender el T-BAR.

Nancho y Francisco Gaete con Vicente Imilian  construyendo el Refugio del T-BAR.
El malacate del teleférico de servicio colocado en el nivel 1700.
Transporte del hormigón por el teleférico
Alfodo descargando 400 kg de mezcla de hormigón.
Raúl manejando el malacate.
Transporte de una torre del T-BAR por teleférico.

Nos costó dos temporadas de verano (1990/1991/1992) para terminar ese difícil montaje que iba a ser, a partir del invierno de 1992, la alegría de los esquiadores. Qué además, fue una buena escuela para nuestro equipo de montaje. En realidad, nuestra actividad de 30 años sobre la montaña fue más una actividad de construcciones que de explotación turística. Después de cada realización, nos dábamos cuenta de la próxima mejora a realizar.

Mientras tanto la familia acompañaba, los chicos crecían y de muy jóvenes participaban en la creación de este nuevo Centro de Esquí. Durante los veranos, aparecían los abuelos con sus opiniones y consejos.

El 8 de julio de 1989, Carlos Menem había sido elegido Presidente de la Nación. El ex presidente Alfonsín le había dejado el país en una situación económica dramática: una inflación de 5.000 % anual y una terrible crisis energética. Menem decidió unirse con los conservadores y tomó como ministro de economía a Miguel Roig (Socio de la empresa Bunge y Born), que falleció apenas nombrado. Fue reemplazado por Néstor Rapanelli, que renunció apenas nombrado. Erman González lo reemplazó e inventó el “Plan Bonex” para parar la devaluación galopante. Los clientes de los bancos que habían colocado su dinero a plazo fijo, recibieron Bonex, en retorno de sus inversiones. Además, el Gobierno pagaba todas sus deudas internas con Bonex, que eran “promesas” de pago a largo plazo. A pesar de eso los precios seguían subiendo en un 70% mensual. El Gobierno vendió algunos edificios públicos y privatizó “Aerolíneas”, así como la empresa telefónica “Entel” y la explotación petrolera YPF. Así, Argentina podía devolver una parte de sus deudas externas, lo que le permitió conseguir nuevos préstamos del Fondo Monetario Internacional. Mientras tanto, la corrupción del Gobierno de Menem era tan grave, que Menem agregó cuatro nuevos Jueces amigos, a la Corte Suprema de la Nación, para conseguir con ellos, mayoría a su favor, con los casos escandalosos, en los cuales estaba directamente o indirectamente involucrado. 

Teníamos la impresión que esta crisis económica, acompañada de una Justicia corrupta, iba a arruinar totalmente el país, pero cerrábamos los ojos y seguíamos adelante con nuestros proyectos. En esos momentos, gracias a la construcción de la ruta a Bariloche y su conexión a la red de gas, el pueblo crecía en cantidad de habitantes y en construcciones de hoteles, cabañas, edificios públicos, etc. Villa La Angostura vivía una época de progreso sin preocuparse del resto del país. En cuanto a los comerciantes como Jean-Marie, pasaban su tiempo cambiando los precios a medida que les llegaban las últimas listas de precios. Jean-Marie manejaba bien su ferretería y su clientela aumentaba, así como la diversidad de sus artículos.

Leemos ahora la carta de Bernadette a sus Padres del 26 de abril de 1990: “Hace 15 días, estuvimos visitando las escuelas de Bariloche para inscribir los chicos, pero nos desanimaron visto la falta de lugares libres. En un colegio inglés, Paul estaba en 11° posición de la lista de espera para 5° grado, Hélène en 23° posición para 3° grado y Edouard 109° para  preescolar. Así que por el momento seguimos con clases de francés en casa y para Paul y Hélène, cursos de inglés, de dibujo e educación física, más básquet e informática para Paul y patines sobre ruedas para Hélène. Las semanas estaban bien ocupadas y una mamá que hacía de taxi una buena parte de la tarde. Paul empezó clases de catecismo en la parroquia, todos los sábados”.

Estas líneas de la carta de Bernadette muestra el problema de la educación en la Patagonia. Las escuelas del Estado dan un mínimum de instrucción durante un medio día y muy felices los chicos, como los nuestros, que pueden completar sus formaciones con clases particulares. Por suerte que Bernadette se ocupaba de esta organización durante mis construcciones en la montaña. Además de estas clases, hubo también las clases de esquí y clases de tenis.   

 

En aquel tiempo, no pensábamos nunca que en Andalué nos íbamos a ocupar de la práctica del tenis, bajo techo con superficie de césped sintético. Una cancha de lujo, muy concurrida actualmente.   

Con la felicidad de sus 3 años cumplidos y de toda una vida por delante.

Sigue la carta del 11 de junio de 1990: “El Sábado festejamos el cumpleaños de Hélène con un tiempo hermoso, jugaron toda la tarde en el jardín. Paul había organizado una búsqueda del tesoro. Había preparado masitas y tortas para ese pequeño mundo hambriento que volvió encantado a su casa.

Hélène festejando sus 7 años con sus amigas.

Imagínense que ya tenemos un pie en Bariloche. Por casualidad Jean-Pierre se encontró con un cartel de oferta de una casa en venta, por curiosidad tocó el timbre y el viernes visitamos la propiedad. La casa es chica con un lindo jardín bien mantenido. El dueño incluía a la venta, los muebles, cocina, heladera, cortadora de césped, etc.  y la compramos. Está situada en un barrio residencial bastante céntrico cerca de una escuela inglesa, dónde podrían entrar los chicos. Ya hablamos con el director, pero hay que esperar la primera semana de octubre para las inscripciones. No sabemos todavía si ampliaremos la casa o si edificaremos una nueva. La superficie del terreno es de 850 m2 (¿Otro proyecto de construcción antes de fin de 1990?).

Nuestra casa en Bariloche.

Cuando anunciamos eso a Paul y Hélène, parecían contentos de ir a Bariloche el año próximo, sobre todo cuando les dijimos que había una pileta de natación en el colegio. De toda manera teníamos que hacer ese paso. Para Paul este año fue casi un año perdido, porque en la escuela no avanzan mucho. 

Hélène sigue bien en la escuela y en casa  con el francés, que mezcla, pero empieza a leer bien. En cuanto a Édouard, todavía no cambia, sigue molestando a los demás. El día de mi cumpleaños y el de Hélène, no entendía porque no había regalos para él y lloró durante dos días.

Ahora esperemos que haya una nueva nevada porque por el momento no hay nieve suficiente para esquiar”.

Sigue la carta del 25 de junio de 1990: “Por el momento tenemos un tiempo horrible, lluvia y viento. ¿Y cuando la nieve? 

El jueves, fuimos con los chicos a Bariloche para mostrarles la casa, estaban muy contentos y la encontraron muy linda”.

En realidad era una cabaña mal construida, pero bien pintada y para los chicos, si la habíamos comprada, es porque era lo que hacía falta. Desde su juventud, siempre les hicimos participar en nuestras decisiones, teniendo en cuenta sus opiniones, como lo verán luego.

Un solo temporal de nieve a principio de julio nos permitió abrir la temporada invernal.

Principio de temporada invernal 1990.

Pero como eso puede ocurrir en cualquier parte, el invierno 1990 fue un invierno casi sin nieve, a tal punto que casi había desaparecido al momento de la llegada de Jacques, hermano de Bernadette, acompañado de su mujer Dominique y de sus dos hijos Gaëlle y David a fin de julio.

La llegada de Jacques y Dominique, Gaëlle y David. 

Bernadette cuenta el 17 de agosto de 1990: “Ya se termina la estadía de Jacques y Dominique, sin nieve, bastante lluvias, pero con varias actividades y mucho para contar. Un viaje a Chile, dejando Jean-Pierre y Édouard acá, con viaje en tren (en vagones con camas cuchetas), bus, visitas de museos en Santiago, shopping, zoológico, etc.

Hace tres semanas que no tenemos más nieve, los esquiadores tuvieron que aceptar la situación que es la misma en todos los Centros de Esquí, hace un calor anormal. Salvamos los gastos con las subidas de los peatones. También pudimos alquilar nuestra casa de Bariloche para las vacaciones. Ahora, decidimos hacer una nueva construcción atrás de la casa. Será una casa como la queremos, tendrá dos pisos de 75m2 cada uno. Esperemos terminarla antes de marzo 1991,  principio de las clases”.

Antes de la partida de sus primos belgas, Paul festejaba sus 10 años.

 

Paul se encontró muy feliz con su Légo-tecnic de regalo, pero sentía la partida de su primo David con quien había pasado tan buenos momentos. 

Ahora Édouard empieza a hablar un poco más y quiere absolutamente que Bonne-Mamy venga a Villa La Angostura.

En su carta del 11 de septiembre, leemos:  “Aquí el tiempo es cada vez más loco, después de haber tenido muy lindos días, empezó a nevar todo el fin de semana con temporal de viento y esta mañana teníamos nieve sobre la terraza de la casa y sigue nevando. Ahora que se fueron los turistas”.

Raúl pisando la nieve tan esperada, con el Ratrac de Morgins.

 

Fuente: https://jpraemdonck.blogspot.com/2021/06/capitulo-27-temporada-12-e-instalacion.html

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