Advierten necesidad "urgente" de regular la venta de pesticidadas y venenos en la localidad

Con buen marco de público, el sábado por la tarde científicos y veterinarios brindaron una charla sobre la aparición de lechuzas muertas dentro del ejido. 

 

El sábado el número ascendía a 38, pero ayer se sumó otra más, por lo cual ya son 39 ejemplares muertos de los cuales se tiene el registro.

 

El grupo "Salvemos las Aves"organizó una charla con expertos para explicar a los vecinos los problemas que trae aparejado el uso de venenos para combatir roedores. La conclusión fue que no sólo no sirve para resolver el problema, sino que además se corre el riesgo de matar al depredador natural de los roedores, las lechuzas. 

 

Participaron de la charla el veterinario y biólogo, doctorado en Biología, Pablo Plaza, la Dra. y bióloga Valeria Ojeda y la veterinaria Mariana Armendariz del departamento de Zoonosis municipal. 

 

La charla inició con  Pablo Plaza.  Explicó porqué debe haber una urgente ordenanza de pesticidas y venenos. "Más allá de los resultados que den las muestras de las necropsias de las lechuzas muertas que ya suman 38.Fundamentaron científicamente con datos estadísticos e imagenes que documentan la mortandad de lechuzas, cóndores y buitres por venenos en toda la Patagonia. Hablaron de la emergencia y la urgente necesidad de declarar la Ordenanza de la regulación de pesticidas y venenos en nuestra localidad y en todo el país", detallaron los organizadores en un comunicado. 

 

Las lechuzas muertan fueron encontradas en distintos barrios de la localidad, por lo cual el problema no es de un sector determinado. 

 

"Realmente fue escalofriante tomar conciencia y dimensión de la dura realidad en cuanto a número y mortandad de aves por pesticidas y venenos como la mortandad de condores en masa por el Cabofuran", sostienen, y ejemplifican: "Pablo Plaza y Valeria Valeria Ojeda trabajaron muchas veces donde morian cantidades de condores y buitres en masa, en muchos casos pudieron observar que las aves estaban distribuidas en un área pequeña, junto a restos de una oveja muerta por envenenamiento.Inmediatamente todos los cadáveres fueron retirados del lugar para sanear la zona y evitar así futuros envenenamientos, y luego se completaron las necropsias desde allí se derivaron muestras para estudios toxicológicos a la Ciudad de Buenos Aires, las que arrojaron como resultado: envenenamiento por carbofuran. A raíz de estos que eventos se logró prohibir el carbofuran. Pero lamentablemente todavía quedan otros venenos que matan la fauna Silvestre de la Patagonia".

Mariana Armendariz expuso su trabajo sobre la ratada y  recalcó: "los venenos y pesticidas no sirven para nada". Expuso muchos casos donde los cebos con feromonas atraen más roedores y aquellos pobladores que usaban cebos caseros no tenían tantos roedores.

Los científicos coincidieron de manera unánime y con mucho énfasis en que "el uso de venenos y pesticidas no sirven para nada, menos las fumigaciones, porque al contrario atrae más roedores".

"Con datos científicos comprobados, en cada una de las exposiciones demostraron estadísticas claras de nivel internacional, que mundialmente debe regularse y prohibirse algunos tipos de venenos", apuntaron.

En un momento de la charla una persona del público preguntó ¿Entonces para qué sirven los venenos?, a lo que el orador Pablo plaza contestó: "Los venenos no sirven para nada. Fíjense quién les dice que sirven, y fíjense si esa persona trabaja con los mismos o se beneficiaron con su venta".

"Valeria Ojeda y Mariana Armendariz acompañaron la afirmación con más detalles científicos", aseguran. 

El próximo paso es la confección de un proyecto de ordenanza que será redactado y elaborado por científicos del CONICET. El objetivo es llevarle el proyecto al Concejo Deliberante para que pueda ser sancionado.

 

"Una vez logrado esto, otras localidades y provincias podrán copiar el valioso proyecto y así lograr que en todo el país de una vez por todas SE REGULEN LOS PESTICIDAS Y VENENOS. QUE MATAN NUESTRA FAUNA SILVESTRE", concluyeron.