Cómo empezar a armar un cerco vivo de plantas nativas
Ayer 30 de noviembre 2020, cumplimos 1 año intercambiando saberes y experiencias.
Como habitantes enamorados del entorno en el que vivimos, desde el grupo Árbol queremos compartir nuestra alegría y festejar a través de nuestras vivencias y aprendizajes, lo que estamos haciendo para cuidar, preservar y remediar nuestro ambiente junto con la comunidad.
El Ambiente es nuestra Casa, y desde esa mirada les compartimos en esta ocasión, cómo empezar a armar un cerco vivo de plantas nativas que favorecerán al entorno, sosteniéndolo en el tiempo de forma de aprender a ser más amigables con el ambiente y estar en conexión con la naturaleza.
Nuestras especies de flora nativa no sólo tienen un alto valor ecológico, sino también ornamental.
Algunas especies arbustivas que podemos utilizar son: CHILCO (Fuchsia magellanica) , PAÑIL (Buddleja globosa), SIETE CAMISAS (Escallonia rubra), CALAFATE (Berberis buxifolia), MICHAY (Berberis darwinii), LAURA (Schinus patagonicus), PARRILLA (Ribes magellanicum) , ESPINO AZUL (Rhaphithamnus spinosus), CORCOLEN (Azara lanceolata), CHAPEL (Escallonia virgata), MAQUI (Aristotelia chilensis), CHAURILLA (Maytenus chubetensis), CHAURA (Gaultheria mucronata) , TAIQUE (Desfontainea spinosa) , entre muchas otras.
El primer paso es mirar…observar qué plantas crecen naturalmente en nuestro jardín o terreno; familiarizarse con sus nombres; conocer si son nativas, exóticas o invasivas. Es conveniente priorizar especies nativas de cada ecosistema, pudiendo intercalar plantas de más rápido crecimiento con otras más lentas, así como aquellas de follaje persistente con otras que lo pierden en otoño.
De esta manera propiciaremos un cerco que se mantendrá medianamente frondoso en época invernal, como colorido en época de primavera-verano que favorecerá la conservación de la diversidad de vida, tanto vegetal como animal.
Una de las especies que podemos utilizar es el MAQUI (Aristotelia chilensis), ya que es de rápido crecimiento, recompone suelos y mantiene su follaje frondoso todo el año. Cada tres o cinco arbustos de éste, pueden intercalarse otras especies que sí lo pierden.
Para lugares donde había mallines y el suelo está anegado, son el CHACAY (Discaria trinervis), CHAPEL (Escallonia virgata), que se pueden reproducir por semillas o acodo, absorben mucha agua y ayudan a recomponer suelos.
Algunas especies arbustivas llegan a crecer hasta los 3 metros de altura.
Del géneros Berberis, el CALAFATE (Berberis buxifolia), MICHAY (Berberis darwinii), MICHAY CHILENO ( Berberis linearifolia), con hermosas flores en tonos de amarillos y naranjas, son los más conocidos; tienen espinas y pueden llegar al metro y medio de altura, por lo que hay que pensar estratégicamente dónde ubicarlos.
Sugerimos en nuestra zona evitar cercos con pinos, que además de ser exóticos e invasivos, son árboles de muy alta combustión, rápido crecimiento y gran porte, ocasionando alto riesgo de incendios entre viviendas.
De esta forma armamos corredores bióticos, generando que las diversas especies reconecten áreas que comparten características ambientales similares, con el objetivo de preservar la biodiversidad, previniendo la fragmentación de los hábitats, favoreciendo la dispersión-migración-vinculación e interrelación de poblaciones de flora y fauna silvestre.
“Esta pequeña gran acción multiplicada, es sumamente efectiva como estrategia de conservación en lugares como Villa la Angostura que tienen ecosistemas y paisajes frágiles, que debemos cuidar entre todos, conservando así el “Patrimonio Natural de nuestro Bosque Andino Patagónico” y que forma parte de nuestra identidad, siendo el baluarte por excelencia de la defensa de lo propio. Por ello debemos poner nuestro corazón y manos en acción antes de que sea demasiado tarde”.
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Grupo Arbol