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ARCHIVOS DEL SUR

Y un día, tuvimos escuela: La historia de la Escuela Nº104

En esta entrega, la historiadora Mechi Palavecino escribe sobre la creación de la Escuela 104.
21/03/2021
Y un día, tuvimos escuela: La historia de la Escuela Nº104
Antiguo edificio de la escuela, en el predio de la Universidad de Cuyo-foto libro Historico de la Escuela 104
Antiguo edificio de la escuela, en el predio de la Universidad de Cuyo-foto libro Historico de la Escuela 104

Por Mercedes Palavecino*

Comenzamos nuevamente con el ciclo de los domingos sobre la historia de nuestro pueblo y alrededores, que si bien continuaba, yo aun no habia aportado mi parte. Esta vez con algo muy sentido por los angosturenses un poco mas antiguos y es la educación en el paraje Correntoso (actual Villa La Angostura), y también zonas aledañas.

Antes de que tuvieramos escuela, sabemos por los registros orales y escritos, que Edith Jones solia tener alumnos en su casa en el Limay, también en el aserradero de El Chucao habia un vecino que impartía educación no formal a los niños de las familias alli. La familia Fernandez, en Traful tuvo una de las primeras docentes de esa zona. En la década del 20, en la estancia Far West de Huemul perteneciente a Aaron Anchorena y sus sobrinos  los Ortiz Basualdo, habia un edificio para escuela, para impartir educación a los suizos que en esos tiempos trabajaban alli y quizas otras personas tambien pudieron enseñar de manera  informal, pero es  recien en 1928  que se solicitó una escuela para los chicos del denominado paraje Correntoso, antiguo nombre de la Villa actual y fue planificada por una Resolución, en el gobierno de don Hipólito Yrigoyen, la Escuela Nº 104, por muchos años la única, a la cual asistimos la mayoria de los adultos mayores actuales.

Antiguo edificio, foto del libro histórico de la Escuela 104

La educación no formal amerita otros artículos posteriores, y hoy quiero centrarme en escribir sobre la escuela 104, que me retrotrae a mi infancia, a las largas horas transcurridas en ella, al cariño de las y los maestros, y al compañerismo de las y los alumnos con los que compartiamos  alli. Recuerdo el patio de recreo con sus tilos que perfumaban al florecer…también habia unos notros y las araucarias, que eran pequeñas cuando comenzó la escuela en ese predio y hoy son grandes árboles, mudos testigos del paso del tiempo. Las hamacas y los sube y baja, además de la cancha de futbol, para nuestra recreación Gratos recuerdos de una infancia lejana.

La escuela 104 comenzó a funcionar un 2 de mayo del año 1932, unos dias antes de la fundación de Villa La Angostura,  hace casi 90 años!!!!  Su primer edificio fue una construcción de madera de 8 x 3 m y el total de alumnos fue 58, dicha construcción estaba ubicada en el predio de la actual Universidad de Cuyo, sobre el lago. Coty Carmoney en sus memorias nos narra muchas anécdotas de esta primera etapa de la escuela (ver Coty Carmoney en la colección de Archivos del Sur).

Antiguo edificio-foto libro histórico escuela 104

Su primer maestro-director fue don Rodolfo Inabit Henri, a este docente al poco tiempo le sucedió Julio Suarez unos meses y luego el maestro Sergio Perez, que hoy posee una calle con su nombre en el barrio Mallín. Observemos que en estos primeros años de la escuela los docentes eran varones, aparentemente no era tan común la educacion de las mujeres en esos tiempos.

Con la creación de Parques Nacionales en el año 1934, se decidió construir una escuela acorde con la Villa Turística que la localidad deberia ser en la concepción de Parques, y se encargó  el diseño  del nuevo edificio de la escuela al equipo técnico, dirigido por el arquitecto Alejandro Bustillo. Se inauguró en 1938 y constaba de dos aulas, baños, patio interno, oficina de dirección y en frente  una sala que se usaba de biblioteca-museo y un hall de entrada. Posteriormente, en los 60, cuando yo iba a primero superior, se habilitó un galpón como aula, decorado por las hermanas Beguelin, Chiquita y Nydia., docentes que eran de Rafaela, provincia de Santa Fé.

Antiguo edificio- foto libro histórico escuela 104

La escuela posee un libro histórico que consta de varios tomos, en los que se documentan las actividades mas importantes a destacar y fotos alusivas. Tuve oportunidad de consultarlo cuando regresé al pueblo hace 26 años y  fotocopié el primer tomo para tenerlo en el Museo. Toda una reliquia.

Las y los alumnos llegaban de los distantes parajes de los alrededores como El Rincón, El Machete, El Chucao, El Colorado, El Macal, Ultima Esperanza, Puerto Manzano, Cumelén, Arauco…..yo recuerdo en mi infancia, los chicos Scherer tenian que caminar desde Arauco hasta la escuela, que quedaba en el Puerto, en el edificio de la actual Planta de Campamentos Nº 3, y Hugo Rivas venia a caballo desde la Estancia Lynch en Quetrihue, además de Angélica Barbagelata, mi compañera de banco, que vivia en Santa María y durante la semana se quedaba en casa de sus tios, la familia de don Enrique Barbagelata, cerca de la Ruma Andina actual, tambien Susana Pusakow, hija del encargado de Cumelén en ese tiempo, el croata Jorge Pusakow, pero ella durante la semana se quedaba en la casa del constructor don Pedro Schloegel o a veces en mi casa, y se iba a Cumelén recien los viernes a la tarde.Si bien Cumelén no queda tan lejos, pensemos que antes los inviernos eran muy duros, las nevadas muy fuertes y los caminos complicados y había pocos vehículos, el período escolar era de setiembre a mayo pero igual afectaban mucho las grandes nevadas, esto por citar algunos casos de la época en que yo curse la primaria, la década del 60.

Antiguo edificio-libro histórico de la escuela 104

En los años 60, en una oportunidad la Comuna, como se denominaba a la Municipalidad antes, proveyó un camion para el traslado de los alumnos a la escuela, pero  una vez la caja se volcó y muchos alumnos se lesionaron, suspendiéndose por un tiempo este tipo de traslado. Los alumnos caminaban desde el Cruce a la Villa, los que tenian caballo concurrian en él y los pocos que tenia vehículo lo compartian. Como yo vivia en el Correo (actual Prefectura) caminaba una cuadra, pero esa no era la realidad de la mayoria de los alumnos en ese tiempo. Nos calefaccionábamos a leña, cada aula tenia una gran chimenea.

Yo recuerdo a la directora Maria Luisa Alemán, que tenia viviendo con ella a varios chicos de parajes lejanos. Era una persona de apariencia severa, pero de una gran sencibilidad. Los doctores Molinero en sus memorias  (Recuerdos de dos médicos patagónicos) hablan de ella: “era la directora y maestra de la primera escuela de la Villa de la época de la fundación, hermana de un jefe naval de altísimo rango, su vocación la tenia anclada alli, sin recurrir a ningún privilegio…” también nos cuentan que el incentivo de comer en la escuela tenia tanta fuerza como el afán de aprender, y que ellos sugirieron que se agregase fiambres, queso y pan, con lo que según siguen narrando, Maria Luisa les comentó que a partir de esto, los chicos estaban mas atentos y aprendian mejor que antes. También describen los doctores Molinero a cierto maestro en el valle de Cuyín Manzano, alla por los años cincuenta, con una gran vocación.

Maria Luisa Alemán y otros-foto libro histórico de la escuela 104

María Luisa Alemán se retiró o trasladó, no recuerdo y le sucedió en la dirección de la escuela Norma Emilia Garcia de Munar, venida de Mar del Plata con su esposo, Antonio Munar, que era técnico especializado en submarinos y habia sido contratado para trabajar en el proyecto atómico de la Isla Huemul, por el físico nuclear austríaco, dr.Rischter, durante la segunda presidencia del General J.D.Perón.  Norma me comentó que cuando se cayó el proyecto Huemul, decidieron quedarse en la zona y ella consiguió la dirección de la Escuela aquí y él un trabajo en la Usina de electricidad y  luego como Juez de Paz. Eran nuestros vecinos y Graciela, su hija menor, iba a la escuela con mi hermano Tato, y se pasaba el dia en mi casa, ya que tia Norma, como nosotros la llamabamos, trabajaba doble turno y Graciela estaba con una criada que la cuidaba y en casa éramos tres para jugar.

Las maestras aquí eran jóvenes de 18 años que se recibian  despues de cursar estudios secundarios, la “Escuela Normal”, asi se llamaba, no era un profesorado como es ahora. Las escuelas eran Nacionales y las maestras debian esperar varios meses para cobrar sus sueldos, que les llegaban por giro postal al correo. Mi madre les tenia mucha pena, tan jovencitas y algunas venidas de tan lejos, asi que en mi casa siempre habia muchas de ellas, que mi madre, que era por naturaleza una persona muy solidaria y de un gran corazón, un poco las  amadrinaba.

Antiguo edificio-libro histórico de la escuela 104

La escuela cumplia una importantísima función social, era la única que habia y alli concurriamos todos, el rol de las maestras en ese tiempo era multifacético, debian sacar los piojos, colocarnos Detebencil, que era una loción para protegernos de la sarna, que una vez nos atacó y se debió cerrar la escuela porque todos nos contagiamos, incluídas las maestras. Realizaban los censos, visitaban las familias para saber su situación y los inconvenientes que pudieran tener para cumplimentar con la asistencia a clases…Se nos servia cascarilla o mate cocido a media mañana o a media tarde, con pan. Para los 25 de mayo, que era la fiesta mas importante que se celebraba en el pueblo y concurrian alli todas las autoridades, se hacía un gran acto, se servia  chocolate y los vecinos llevaban para compartir exquisitas confituras, se representaban obras de teatro, se cantaba y se daba por finalizado el ciclo lectivo.

En verano éramos visitados por las personas que tienen su residencia de verano aquí y que suelen ser de familias muy pudientes, con casas en Cumelén u otros lugares residenciales. También nos visitaban los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, que venían a vacacionar a Inacayal y siempre compartían sus saberes con nosotros, esto ahora se perdió al tener las escuelas el ciclo igual al resto del país. Cuando tuvimos viviendo en el pueblo al concertista de guitarra, Santiago Paz, que fué quien nos impartió los primeros conocimientos sobre las técnicas de ese hermoso instrumento, también se creó un coro en la escuela. Santiago fue quien hizo la letra y música de la primera Zamba alusiva a nuestro pueblo y que muchos vecinos aun recuerdan, su esposa Lucrecia, fue la primer asistente social con que contó nuestro hospital.

Antiguo edificio -libro histórico de la Escuela 104

 Cuando cursaba tercer grado mi maestra fue María Cristina Zamora, recientemente llegada de Quemú-Quemú, un pueblo de La Pampa, quien luego contrajo matrimonio con Carlos Hensel y alquilaban una vivienda en frente de mi casa. Posteriormente llegó también de esa provincia Elsa Lasagno, pero yo no la tuve de maestra a ella. Elsa se casó con Eduardo Hensel.

Recuerdo que en 6 y 7 grado tuvimos de maestra a Maria Josefina Bernas, “Finita” , que fue la primer maestra de nuestro pueblo, luego llegó Susana Martínez también de aquí. Finita se caso con el Dr. Niquela y se fue a vivir a Neuquén, Susana se quedó en el pueblo, se caso aquí con Alberto Ojeda, que fue el primer dentista que se radicó en el pueblo. Susana  se jubiló trabajando en nuestra querida escuela 104.

Pasaron por la escuela muchas maestras y algunos maestros también, la idea es ir mostrando otras voces y puntos de vista en artículos posteriores. Quiero dejar aquí estos recuerdos, como un pantallazo general, y en artículos sucesivos iremos narrando distintas  voces. Los invitamos a participar.

Contacto

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Mail: [email protected]

*Mechi Palavecino, museóloga y profesora de Historia UNComahue,  escribe para Archivos del Sur, Sub comisión de la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer

 

 

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