COLUMNA SEMANAL
Integrantes del Grupo Árbol hacen propuesta de restauración para un sector de Villa Correntoso
“La restauración es un camino de sanación Social”
La mañana del día 31 de Marzo 2021, junto a algunos vecinos de Villa Correntoso, nos acercamos para charlar y ver cómo se puede colaborar en la recomposición del sector/boulevard/isla/plazoleta, que fue totalmente desmontado sobre Camino del Cóndor.
Ante esta inquietud de vecinos, algunos integrantes del Grupo Árbol y sus Técnicos, las Profesoras Claudia Atencio y Adriana Matar, fuimos a observar el lugar. Claudia y Adriana nos fueron contando sobre la composición de ese sector, donde se registran Coihues viejos de gran altura, árboles que constituyen el dosel (paraguas de nuestros bosques) y que protegen el suelo del socavamiento. Son las cavas hídricas que se forman por los 1200 a 2500 ml anuales de lluvias, entre precipitaciones pluviales y nivales, que arrastran todo a su paso cuando falta esta protección sabia de la naturaleza. Estos árboles no pierden su follaje, logrando de esta manera proteger del agua, las nevadas, las heladas, favoreciendo la integridad del suelo. Son formadores de napas acuíferas subterráneas que permiten ser los reguladores hídricos y administradores de éstas.
Al haber sacado todo el sotobosque, no se permite que se regenere solo. Los procesos de sucesión secundaria son fundamentales a la hora de construir o como se dice de limpiar un terreno, aunque hay que averiguar antes, investigar y preguntar a biólogos, licenciados en ambiente y/o paisajistas del lugar.
De haber dejado el semillero natural, y no sacar raíces de especies sostenedoras de suelo, ese sector no quedaría librado a la posibilidad de cavas, derrumbes, desmoronamientos, poceado, lagunas etc. Por tanto la recomposición será hoy mucho más costosa.
Como primera instancia imitar la acción que sabiamente realizan nuestros bosques. En este caso puntual, después de reconstituirlo por haber quedado tan descubierto y degradado, habría que colocar las hojas caducas del otoño que hacen de protección y colchón para el semillero de nuevas especies en el lugar, ya que ellos van a constituir la nutrición natural de ese pedazo de ambiente.
Lo ideal para sujetar y recomponer los suelos que rodean la calle y los bordes de los lotes linderos, sería una reforestación con nativas específicas que sostengan, nutran, se autorregulen y se mantengan con las precipitaciones naturales, sobre todo que protejan la integridad de las calles de esos barrios con pendientes tan pronunciadas e intervenidas.
Las plantas sugeridas por su belleza y característica serían el Corcolén (Azara lanceolata), Chilco (Fuchsia magellanica), Coihues (Nothofagus dombeyi), Fiunque (Lomatia ferruginea), Nalca o Pangue (Gunnera tinctoria), Lumilla (Mirceugenia fernandeziana), entre otras, presentado por un profesional en un dibujo de parquización y urbanismo con especies nativas. Del lado del loteo vecinal de la calle y por la altura en la que quedaron los terrenos particulares, se necesita sostener los mismos, con Caña Colihue (Chusquea culeou) que sostienen con sus fuertes e interconectadas raíces.
Por todo lo expuesto esperamos se vaya tomando conciencia de la importancia de comprometernos en trabajar en nuestros ambientes de forma articulada y cooperativa.
“Hay una Identidad, comprenderlo es tener soberanía sobre la calidad de vida en todos los sentidos que no evaluamos” (Adriana Matar).
Por Adriana Matar, Claudia Parodi para Grupo Árbol.
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