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¿Por qué los perros corren autos, motos y bicicletas?

La Adiestradora Canina Adriana Martinelli explicá esta habitual conducta en las mascotas y cómo corregirla. Su columna hoy a las 12:05 por FM Andina.
03/12/2020
¿Por qué los perros corren autos, motos y bicicletas?

Todos hemos visto a muchos perros correr autos, motos y bicicletas. Los vemos agazaparse, concentrarse en el vehículo que se acerca y lo corre a toda velocidad. Algunos solo corren al auto hasta que desaparece de su visto y otros “atacan al auto”, colgándose del paragolpes o mordiendo las ruedas.

¿Por qué este comportamiento?

Esta es una conducta que viene en su genética, donde el perro debía cazar para alimentarse. Todo animal que corría era una posible presa. El perro se agazapa, se concentra en el objetivo y lo persigue. En otros casos, es una defensa de su territorio, donde corre al intruso para que este se aleje de su espacio.

En estos tiempos donde los perros son animales domésticos, ya no necesitan cazar, aunque siguen teniendo igual conducta y siguen defendiendo su territorio.

Hay distintos motivos por los que los perros continúan corriendo los vehículos.

La causa más común, es el aburrimiento y falta de ejercicio. Si nuestro perro no realiza ejercicio y no desgasta energía, buscará distintas maneras de canalizarlo y esta es sólo una de ellas.

La otra causa que se ve con frecuencia, es la imitación. Los perros imitan a otros que hacen lo mismo, simplemente comienza como un juego.

Otra causa es la defensa de su territorio. Esto es muy común en los perros que están sueltos en la calle. Sienten a la calle como parte de su terreno a defender, y este vehículo intruso intenta pasar por su espacio.

Si nos ponemos a estudiar la conducta canina, lo que el perro siente es un gran poder. Ya que defiende un espacio de ese intruso gigante que pasa sobre ruedas, y con solo correrlo, consigue ahuyentarlo. Como el auto sigue su camino naturalmente, para el perro significa que fue él quien lo ahuyentó. De esta manera, logró aumentar su ego y sentirse más seguro de su capacidad de defender su espacio.

Por supuesto que al conductor del auto no se le ocurrió siquiera pensar en esto.

El mayor problema se da con los pobres motociclistas y ciclistas, donde son sus piernas las que quedan expuestas, y no hay tanta diferencia de tamaño entre los rivales.

Veamos que hacer en distintos casos. Si somos los conductores de algunos de los vehículos mencionados o si somos el dueño del perro.

Si vamos en auto y vemos que un perro se agazapa o comienza a corrernos, tómense unos pocos segundos para hacer algo divertido y que ayudará a que algunos perros pierdan un poquito ese poder que sienten. Disminuyan la velocidad, para el perro, significa que el oponente está haciéndole frente, pero el oponente es mucho más grande. Normalmente con eso basta para que el perro se de la vuelta y ceda el territorio. En otros casos, donde el perro ya tiene mucho poder, hay que frenar unos segundos y observar su retirada.

Si vamos en moto o bicicleta, debemos aminorar la marcha, esa es una manera de decirle al perro que también reclamamos ese territorio. Suele bastar con eso, pero si el perro es más ofuscado, entonces hay que bajarse de la moto o bici y dejar el vehículo entre el perro y nuestro cuerpo. Y no seguir hasta que el perro se haya retirado por completo.

Si soy el dueño del perro corre autos, lo primero que debo hacer, es buscar la manera de que el perro esté dentro de los limites de la casa, y dejar que la calle sea pública para las personas y no para los perros.

Salir a caminar con correa ayuda a cambiar el mal hábito, y es bueno exponerlo a su fobia, sean autos, camiones, bicicletas o motos. Caminar cerca de ellos y corregir con la correa, hace que el perro pierda el interés en ellos.

Si está suelto y observo su actitud antes de atacar el vehículo, hay que tratar de llamar su atención con otra cosa, un ruido, un juguete, o con

comida. Cada vez que logre captar su atención debo premiarlo. De esta manera el perro irá cambiando la imagen que tiene de estos animales gigantes sobre cuatro ruedas. Pero por supuesto, se corrige con mucha perseverancia y repeticiones positivas y mucha paciencia.

 

 

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